fátima báñezEn los últimos meses se ha venido debatiendo la necesidad de trasladar las fiestas a los lunes o viernes para ayudar a paliar la actual crisis económica  que atravesamos. Conscientes de la misma, como ciudadanos responsables, pero seguros de la ineficiencia de tal medida, que lejos de ayudar, empeorará la situación, proponemos firmar la siguiente acción.Puedes añadir motivos personales a los que incluimos en la carta modelo. Entre todo podemos parar esta medida que no encuentra respaldo en ningún estudio ni país de nuestro entorno.

 

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Ecxma. Sra. Ministra de Empleo y Seguridad Social

C/C
Sr. D. Pedro Llorente Cachorro, Subsecretario de Estado
Sr. D. Juan Pablo Riesgo Figuerola, Gabinete de la Ministra

Estimada Dª Fátima:

En los últimos meses se ha venido debatiendo sobre la necesidad de trasladar determinadas fiestas a los lunes o viernes con el objeto de evitar los puentes y con ello contribuir a paliar la actual crisis económica.

Seguro de su justa preocupación por la actual situación del empleo en España, que comparto como ciudadano consciente, no quiero dejar de hacerle llegar mi más enérgico rechazo a tal incorrecta e ineficaz medida, que justifico, sin ánimo de exhaustividad, en los siguientes motivos:

1.- No existe ningún estudio serio que demuestre que trasladar las fiestas a los lunes o a los viernes mejorará la productividad o la eficiencia de nuestra economía. Quien lo afirma debiera responsabilizarse de que el cambio, que afecta tanto a nuestra forma de vida y a los valores que nos han configurado como sociedad no nos trajese las milagrosas mejoras económicas que indican sin la más mínima prueba.

2.- Un reciente estudio señala que cerca del 50% de las grandes empresas consultadas señalan que el calendario laboral en España está bien como está. Si se consultaran la totalidad de las empresas y de las fundamentales en España, las pequeñas y medianas empresas, ese porcentaje sería abrumadoramente mayoritario (Estudio realizado por la Escuela de negocios ESCP Europe).

3.- En España existe la jornada anual por lo que los trabajadores que disfrutan de los llamados puentes lo hacen con cargo a sus vacaciones que deben consensuar con sus empresas de acuerdo a la legislación laboral vigente.

4.- La actual crisis ha sido provocada, entre otras, por causas que se explican por el olvido de criterios morales a la hora de enjuiciar y dirigir la actividad económica y financiera. Las jornadas de fiesta ayudan a humanizar lo económico. La supresión de fiestas o su traslado pueden ahondar y profundizar en una incorrecta valoración de lo económico como único criterio para superar la actual crisis. Si la producción y el consumo de las mercancías ocupan el centro de la vida social y se convierten en el único valor de la sociedad, no subordinada a ningún otro, cuando el hombre es considerado más como un productor o un consumidor de bienes que como un sujeto que produce y consume para vivir, entonces la economía pierde su necesaria relación con la persona humana y termina por alienarla y oprimirla. Estos y otros factores, no hay que ocultarlo, entrañan serios peligros para el hombre, al someter los valores humanos y espirituales a las exigencias de la producción y del consumo. El deterioro de los valores morales que padece nuestra sociedad no es ajeno al proceso de deshumanización, donde tiene gran importancia la incorrecta valoración de las fiestas.

5.- La industria turística en España es una de las más importantes. Los empresarios de este sector señalan lo peligroso de tomar una medida que les puede perjudicar seriamente. “Desde el punto de vista del negocio turístico, (la supresión de los puentes) a primera vista parece negativa ya que una parte importante de la oferta se beneficia precisamente de los puentes festivos que disfrutan los ciudadanos españoles», (Ramón Estalella, secretario general de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos). En este sentido, Estalella destaca que los puentes son cruciales por ejemplo para el turismo de nieve así como para el turismo rural y de interior, debido a que generan miles de salidas desde las grandes ciudades hacia numerosos destinos.

6.- La tradición de España y de todo Occidente se basa en la celebración y recuerdo de determinadas personas y fiestas que han configurado nuestro ser. No debe olvidarse la importancia de recordar estas celebraciones en su fecha pues lo contrario desvirtuaría las mismas. No se trataría ya de disponer de tiempo para festejar y recordar determinados eventos y personas que nos hacen ser los que somos sino simplemente se trataría de disponer de un tiempo libre. Merecen una gran atención también las fiestas locales (p ej las del Patrono del lugar u otras fiestas de la Santísima Virgen) que el pueblo celebra con particular énfasis. Su importancia reside precisamente en las implicaciones de tipo religioso, cultural, folklórico y turístico que llevan consigo, y en que contribuyen, con su lenguaje y su ritual, a definir y afirmar la identidad de un pueblo. Además las fiestas del calendario cristiano pertenecen al patrimonio cultural de una fe que se ha encarnado en los pueblos de nuestra geografía europea y que se ha extendido en gran parte del mundo. En este sentido el domingo y las fiestas poseen valores que son aceptados comúnmente por la sociedad pluralista y secularizada y que llevan el sello cultural cristiano.

7.- Existe un falso juicio de la importancia que los españoles damos al trabajo. España no es el país con más festivos, y países como Noruega, Dinamarca o Suecia tienen más y su situación económica es más favorable. Tomar esta medida podría profundizar la idea de que los españoles no trabajamos tanto como otros países de nuestro entorno, lo cual es falso e injusto.

8.- Ciertamente hay que tomar medidas para lograr una mayor eficiencia y productividad. España se encuentra entre los países europeos donde la jornada laboral efectiva es más larga. Como señalan diversos estudios para la racionalización de la jornada laboral en España para mejorar la eficiencia debemos reducir y no aumentar la jornada laboral: pasar menos horas en el trabajo pero de manera más eficiente (véanse las propuesta de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios). Con esta reestructuración de la jornada laboral, otros problemas de España como el alto fracaso escolar por la falta de atención de los padres a sus hijos al estar trabajando, la baja natalidad, el alto número de separaciones matrimoniales y el absentismo y la siniestralidad laboral, se verían altamente disminuidos. Está demostrado que las empresas que han reducido sus horarios han aumentado la productividad (véanse las propuestas realizadas por el Bufete Hispacolex). Asimismo más que en la reducción de puentes, debemos centrarnos en la unificación de los festivos a nivel nacional.

10.- Seguramente algunas empresas necesitarán evitar los puentes. En gran medida estas empresas ya tienen capacidad para adaptar el horario de trabajo a sus necesidades como sucede en las fábricas cuyo proceso productivo no puede parar. Otras, por el contrario, incentivan que sus trabajadores tomen los puentes para ahorrar costes al cerrar el centro de trabajo. Ello implica que la gran diversidad de situaciones no pueden resolverse de forma sencilla sino que un legislador prudente debe adaptarse a la realidad sectorial e incluso a la especificidad de cada empresa. La solución debe pasar por el acuerdo de empresarios y trabajadores a un nivel más cercano a cada empresa, sin imposiciones legislativas innecesarias.

11.- Los días de fiesta y los puentes deben valorarse como días de alegría y de liberación del trabajo. Han contribuido de manera decisiva a definir y a humanizar el tiempo de los hombres como espacio para el culto a los valores del espíritu. Para muchos es una ocasión para cultivar su libertad religiosa, dando culto a Dios o para dar parte de su tiempo como voluntarios o para defender la vida familiar, tan importante y tan amenazada en nuestros días. La prohibición de trabajar en los
días festivos tuvo inicialmente una finalidad social, en defensa de los criados y de los campesinos. Con razón se ha calificado al domingo y a los festivos como una institución clásica de la cultura cristiana muy beneficiosa para los hombres, que ha ejercido una amplia y profunda irradiación en la vida personal, familiar y social. Todas las fiestas contribuyen a humanizar la existencia y a recomponer la armonía interior del hombre, rota no pocas veces por el estrés y el cansancio de la vida ordinaria La convivencia familiar, la dimensión festiva del hombre, el sentido cabal y religioso del descanso y la integración social promovida incesantemente por la fiesta, son valores que atañen a la salud de la sociedad entera.

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