Estamos en el mes de mayo y, también en las actuales circunstancias de sufrimiento por el coronavirus, es el mes de las flores, EL MES DE MARÃA. Y tal como nos recomienda el Papa Francisco, es una excelente oportunidad para “manifestar con particular intensidad nuestro amor y devoción a la Virgen MarÃaâ€. SerÃa estupendo que cada dÃa sepamos tener con Ella detalles de buenos hijos (“con flores a MarÃa, que madre nuestra esâ€), entre otros “rezar el Rosario en casa, con la familiaâ€, como también nos anima el Santo Padre en su carta para este mes de mayo de 2020.
Yo me propongo “visitar†cada dÃa un santuario dedicado a la Virgen donde ya he estado anteriormente para rezar el rosario y pedir a nuestra Madre por todos los fallecidos y por sus familiares, que tanto vienen sufriendo y tampoco se les reconoce (lo represento con la bandera de España con lazo negro).
Allá por el año 40 del primer siglo de nuestra era, el Apóstol Santiago estaba evangelizando la penÃnsula Ibérica. Parece ser que no le iban muy bien las cosas, por lo que andaba pensando abandonar estas tierras y sus gentes tan duras de mollera, y volver a Jerusalén. “Fue entonces cuando se le apareció la Virgen MarÃa en Zaragoza, en la orilla derecha del rÃo Ebroâ€, explicaba en una entrevista a ACI Prensa en el año 201  el P. José MarÃa Bordetas, capellán de la Virgen del Pilar y encargado del cuidado de la imagen de la Virgen.
“MarÃa vino a ver a Santiago en carne mortal (ella todavÃa vivÃa en Palestina) y para que no hubiera dudas de su vista, los ángeles que la acompañaban trajeron un pilar, sobre el cual la Virgen puso sus pies y animó a Santiago a seguir adelante en su misión evangelizadora, prometiéndole que mientras estuviera ese pilar en pie, habrÃa verdaderos discÃpulos de su Hijo en estas tierras -ahora España-, promesa que sigue en pie a dÃa de hoy (…). Santiago y sus discÃpulos recogieron el regalo de la Virgen y guardaron esa columna que se convirtió en el centro religioso de esa pequeña comunidad en Zaragoza†afirma el P. José MarÃa Bordetas.
La BasÃlica del Pilar es una de las más antiguas de España, en su interior se encuentra la columna sobre la cual la Virgen se apareció al Apóstol, año 40 d. C., la primera aparición mariana reconocida por la Iglesia.
Julio Ãñiguez Estremiana