[emailpetition id=»140″] Se acerca el 19 de marzo. Es el día del padre, el día del padre de Jesús, S. José y es también el día del seminario. Este año, el lema es “El seminario, misión de todos”. Es también tu misión.
Eso lo saben muy bien en Lu Monferrato, un pequeño pueblo del Norte de Italia.
Al igual que tú, muchos de sus feligreses eran conscientes de la enorme falta de personas consagradas y santas que tiene hoy en día la Iglesia. En vez de pedir porque el Señor envíe obreros a su mies, comenzaron a pedirle que uno de sus hijos se ordenarse sacerdote o una de sus hijas se comprometiera totalmente al servicio del Señor.
Para ello, usaron el arma más poderosa que existe en la faz de la Tierra: la Oración. Comenzaron a reunirse todos los martes para la adoración del Santísimo Sacramento y a rezar por las vocaciones. Todos los primeros domingos del mes recibían la comunión con esta intención. Después de la Misa, todas las madres rezaban juntas para pedir vocaciones sacerdotales.
¿Cuales fueron las consecuencias?
Pues que de este pequeño pueblo anclado en la montaña surgieron 323 vocaciones a la vida consagrada: 152 sacerdotes (y religiosos) y 171 religiosas miembros de 41 congregaciones. En algunas familias había hasta tres o cuatro vocaciones.
¿No te gustaría conseguir esto en tu localidad? Comprométete aquí a rezar por ello.
El ejemplo más conocido es la familia Rinaldi. El Señor llamó a siete hijos de esta familia. Dos hijas se consagraron como religiosas salesianas y fueron enviadas de misioneras a Santo Domingo. Entre los varones, cinco fueron sacerdotes salesianos. El más conocido de los cinco hermanos, Filippo Rinaldi, fue el tercer sucesor de don Bosco, beatificado por Juan Pablo II el 29 de abril de 1990. De hecho, muchos jóvenes entraron con los salesianos. No es una casualidad, porque don Bosco llegó a ir hasta cuatro veces a Lu.
El santo participó en la primera Misa de Filippo Rinaldi, su hijo espiritual, en su pueblo natal. Luigi Borghina y Pietro Rota vivieron la espiritualidad de don Bosco de modo tan fiel que fueron llamados uno “el don Bosco de Brasil” y el otro “el don Bosco de la Valtellina”
¿No te gustaría que uno de tus hijos, ahijados, sobrinos o nietos fuera bendecido igualmente? Comprométete aquí a rezar por ello.
Esta foto es única en toda la historia de la Iglesia católica. Desde el 1 al 4 de septiembre de 1946 una gran parte de los 323 sacerdotes, religiosos y religiosas provenientes de Lu se encontraron en su pueblo. Este encuentro tuvo resonancia en todo el mundo.
¿Cuál era la oración que rezaban las madres de Lu?
La oración que las madres de familia recitaban en Lu era breve, simple y profunda:
“¡Señor, haz que uno de mis hijos o ahijados llegue a ser sacerdote!
Yo mismo quiero vivir como buen cristiano y quiero conducir a mis hijos hacia el bien para obtener la gracia de poder ofrecerte, Señor, un sacerdote santo. Amén”.
Así de sencillo.
¿Qué te proponemos?
Que formes parte de la ciudadanía celestial de Lu Monferrato por medio de la comunión de los santos. Para ello, deberás comprometerte a cuatro cosas muy sencillas:
- Que incorpores la oración de las madres a las que ya reces todos los días. No se trata de rezarla puntualmente el día de S. José, sino de que la incorpores a tus oraciones diarias.
- Te proponemos que propagues también esta devoción.
- Que todos los primeros domingos del mes recibas la comunión con esta intención y, después de la Misa, reza para pedir vocaciones sacerdotales.
- Cuando tengas ocasión de adorar al Santísimo Sacramento, acuérdate de rezar por las vocaciones.
Queremos que adquieras la ciudadanía celestial de Lu Monferrato por medio de la oración hasta conseguir ampliar su padrón en cientos de miles de nuevos ciudadanos y consigamos, todos juntos, un nuevo florecimiento vocacional de nuestras Iglesias locales.
Porque una vocación sacerdotal o religiosa no se improvisa. Requiere de tu constancia.
Únete a esta ciudadanía monferratense comprometiéndote a incorporar esta oración en tu día a día firmando tu nueva ciudadanía aquí.