[emailpetition id=»128″] Este sábado la Iglesia Católica volverá a vivir una fiesta grande.
Serán beatificados en Barcelona 16 mártires de la persecución religiosa del siglo XX en España.
Uno de los fines de Enraizados es reconocer el testimonio de los mártires como testimonio de vida.
Por ello, en todas las últimas beatificaciones hemos pedido que se ponga una calle o se haga un homenaje a los mártires en los lugares donde fallecieron, dentro de la campaña “Un mártir, una calle”.
Y una vez más, lo volvemos a pedir.
Firma para que se ponga una calle a los 16 mártires de la archidiócesis de Barcelona que serán beatificados este sábado
Ellos son:
- Padre Teodoro Illera del Olmo, Hermano Joaquín Gómez Peña, Hermano Máximo Franco Ruiz, Hermano Joaquín José Puente González. Congregación de San Pedro ad Vincula. Murieron en Pallejà.
- Hermano Estanislao de Kotska Tajadura Marcos. Congregación de San Pedro ad Vincula. Murió en Alcañiz (Teruel).
- Hermano Bernardo Puente González, Hermano Ángel de la Iglesia Ocina, Hermano Ricardo Guerra Villaizán, Hermano Acacio María Calleja Santamaría. Congregación de San Pedro ad Vincula. Murió en Barcelona.
- Gregorio Díez Blanco, Camila Díez Blanco, Eliseo Moradillo García. Laicos. Murieron en Barcelona.
- Hermana Andrea Solans Ballesté, Hermana María Auxilio Noguera. Religiosas de la Congregación de Hermanas Capuchinas de la Madre del Divino Pastor. Murieron en Hospitalet de Llobregat.
- Hermana Patrocinio Vilanova. Religiosa de la Congregación de Hermanas Capuchinas de la Madre del Divino Pastor. Murió en Barcelona.
- Madre Carlota de la Visitación Duque Belloso. Religiosa de la Congregación de Hermanas Franciscanas de los Sagrados Corazones. Murió en Barcelona.
Todos murieron perdonando y no ocultaron su condición de cristianos.
Todos nos interpelan, como cristianos del siglo XXI, para seguir su testimonio y su ejemplo de vida.
Una forma de que se conozca y se reconozca su vida es que les hagan un homenaje donde murieron (calle, placa…).
Sabemos que ellos ya gozan de lo mejor: el cielo.
Pero su testimonio debe servir para ayudarnos a nosotros en nuestra fe
Pide una calle para estos mártires en Pallejà, Alcañiz, Barcelona y Hospitalet de Llobregat.
Tu firma llegará a estos municipios.
Gracias a las firmas enviadas por Enraizados, este tema se ha debatido en varios ayuntamientos como los de Madrid, Santander o Almería. Y en Antequera se le concedió una calle al Beato Juan Silverio Pérez Ruano.
Una calle para los nuevos mártires. Firma ahora.
Muchas gracias por tu apoyo. Recibe un fuerte abrazo,
José Castro Velarde, Enraizados
P.D: Ayer fue la fiesta de los mártires españoles del siglo XX. En distintas ciudades, tuvimos eucaristías y actos. Y sé que mucha gente más lo celebró a lo largo de toda la geografía española. Incluso algunos socios me dijeron que rezarían en su casa porque no pueden salir por estar enfermos. Esto es la Iglesia Universal. Todos unidos pidiendo la intercesión de los santos y beatos mártires españoles, que alegría más grande.
Firma para que estos mártires sean testimonio y ejemplos para los cristianos del siglo XXI en todo el mundo.
Aunque esta iniciativa de dedicar una calle a los mártires del siglo XX vaya a tener muchos obstáculos y posiblemente no cuaje -dada la situación política en la que nos encontramos- es muy positivo que se intente porque al menos sabrán los enemigos de los creyentes que no somos tan pocos y que queremos que se oiga nuestra voz. Odian a la religión porque saben que una persona verdaderamente devota está armada de valores y virtudes y no la pueden manipular. Actúan como una secta.
La diferencia entre un rebelde y un verdadero revolucionario es que el primero es vicioso, narcisista, necrófilo y de carácter simbiótico. El verdadero revolucionario intenta transformar el mundo sin violencia, con la máxima pureza, en humildad y con bondad.
Quienes atacan a las religiones y no se someten a Dios, son personas egocéntricas, materialistas y con unos instintos autodestructivos.
Jesús nos enseñó muchos rasgos de la Divinidad y todo el que se burla, lleva dentro parte del infierno.
Eso es lo que quieren los que odian la religión: que estemos callados y sumisos. Debemos hacer el bien y lo que creemos justo, le pese a quien le pese. De lo contrario seremos culpables del mal y del odio social por omisión.
No servirá de nada poner el nombre, por qué tarde o temprano, se lo cambiarán.
Si, es cierto, lo cambiaran, la ventaja es que sabemos quienes lo harán, los del odio a la fe, los resentidos de la guerra civil que no perdonan ni olvidan que, perdieron una guerra que ellos mismos provocaron -me refiero a los@@ «podemitas» de entonces-. A pesar de lo evidente, que se pongan nombres de los mártires en calles y plazas, me parece justo y necesario. Luis
«Sirva» o «no sirva» desde el punto de vista de la permanencia física, no es lo principal, como en tantas cosas de la vida.
Los que practican la mediocridad o la zafiedad, llevan en su cinismo parte de la culpa, por mucho que se empeñen en justificarla. Ellos mismos saben en su interior lo que es positivo y lo contrario, lo que es trabajar en favor de lo bueno o de lo malo en términos absolutos del derecho natural.
Para todos es evidente que asesinar a otro por sus ideas, será malo siempre.
Por ello, si lo cambian, deben asumir una doble culpabilidad, y en su conciencia seguro que lo sienten, aunque lo enmascaren hipócritamente.
Estos muertos, como muchos millones más, lo han sido por sus ideas religiosas, no eran enemigos políticos ni militares, no empuñaron más arma que su fe, y los mataron por ello.
Es de justicia pedirlo, y por lo tanto, creo que se debe hacer.
Incluso puede que no lo quiten…
Saludos.