“¿Cómo es posible que no quiera recordar a los que murieron perdonando, pero sí a asesinos?”, se pregunta José Castro Velarde, presidente de Enraizados
El Ayuntamiento de Madrid quiere poner en el Cementerio de la Almudena una placa en homenaje a los fusilados por el franquismo entre el 1939 y 1944. Entre esas personas, se encuentran 134 chequistas, que asesinaron a 2.625 personas y participaron en matanzas como la de Paracuellos.
Por esta razón, la Asociación Enraizados ha dirigido una carta a la alcaldesa Manuela Carmena y a la Comisión de la Memoria Histórica, ya que en su día pidió al Ayuntamiento que pusiera calles en Madrid a los mártires de la persecución religiosa de 1936 muertos en Madrid. Esta propuesta fue la más votada. La misma Comisión indicó que podía haber algún otro tipo de reconocimiento, como placas.
Entre otras vidas, “estos asesinos cortaron las de sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos que murieron perdonando, muchos en el mismo Cementerio de la Almudena también”, explica José Castro Velarde, presidente de Enraizados. “En un ejercicio de revanchismo y sectarismo, ninguna de nuestras dos propuestas ha sido tomada en consideración por el Ayuntamiento”, prosigue Castro Velarde.
“¿Cómo es posible que no quiera recordar a los que murieron perdonando, pero sí a asesinos?”, se pregunta el presidente de Enraizados.
Entre los asesinos a los que quieren hacerle un homenaje se encuentran los del obispo de Jaén, Monseñor Manuel Basulto, y su hermana, en un tren que salió de la ciudad andaluza hacia la cárcel de Alcalá de Henares pero que fue interceptado en Vallecas, antes de llegar a su destino. Además de a ellos, mataron a otras 191 personas el 12 de agosto de 1936.
Estos hechos están documentados por historiadores y por ello la Asociación Enraizados espera que Carmena y la Comisión de Memoria Histórica tome en consideración su carta y no se decanten por el sectarismo al proponer ahora placas a asesinos mientras que no escucharon una de las propuestas más votadas, como fue la de poner calles u homenajear con placas a los mártires asesinados en Madrid.