Guerra Civil Cerro de los Ángeles
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Guerra Civil Cerro de los Ángeles

Estos días es el aniversario del inicio de la Guerra civil española de 1936 a 1939.

En los últimos años, la llamada ley de Memoria Histórica y el rojiprogresismo han tratado de vender a los españoles y no españoles que los que se levantaron el 17 y 18 de julio de 1936 contra un Régimen republicano que hacía aguas por todas partes, que había expulsado a los jesuitas, que había visto cómo se asesinaba a uno de los jefes de la oposición por parte de agentes de la República, donde se quemaban iglesias, y que se deslizaba hacia un régimen comunista y totalitario, eran todos unos salvajes.

Nadie quiere una guerra civil. Ya hace unas semanas te mandé un sereno análisis de este tema. Por si no lo has leído te lo adjunto al final de este artículo.

Lo que hoy te quiero hacer llegar es una canción de un amigo ya fallecido. Un amigo que con los talentos que Dios le había dado, influyó mucho en mí. Una de las aficiones de Fausto era la música. Y componía. Y adelantándose a esta injusticia que trata de condenar al menos a la mitad de los españoles, compuso una canción para que no olvidemos que la inmensa mayoría de los que lucharon en un bando u otro, lo hicieron por legarnos una España mejor.

Y muchos se levantaron por amor a España, por evitar que a este trozo de tierra llegase un régimen comunista totalitario que rodease a Europa de un extremo a otro de los agentes de Stalin. Fueron poesía frente a la barbarie. La barbarie que llevó al bando rojo a matar a miles de personas por el solo hecho de ser creyentes, muchos de ellos hoy ya beatos y santos reconocidos por la Iglesia, otros muchos lo son a juicio de Dios, el único realmente importante. El amor que derramaron no morirá si nosotros lo mantenemos vivo. No podemos colaborar en reducir su memoria a una condena. Te ruego que escuchas y difundas la canción que hoy te regalo.

Estoy seguro de que Fausto no se daba cuenta, pero con esta y otras canciones ayudó a que muchos de los que tuvimos la gracia de conocerle, quisiéramos ser mejores y hacer de nuestra vida algo que mereciera la pena sirviendo a Dios y a nuestros compatriotas. Doy gracias al Señor de que se cruzara en mi vida.

El enlace a la canción, lo tienes aquí: https://enraizados.org/wp-content/uploads/2018/06/17-Zamba-de-los-ca%C3%ADdos.mp3. Puedes descargarla pinchando en los tres puntos verticales que aparecen en la barra de sonido y guardarla en tu ordenador o teléfono para oírla siempre que quieras.

Muchas gracias. Un abrazo,

José Castro Velarde, Enraizados

P.D: Como te decía al principio, por si aún no lo has leído, te dejo unas líneas redactadas desde la firmeza y desde el honor por un gran amigo y un hombre íntegro, Jaime Urcelay Alonso. Jaime nos ayuda a ser fieles a aquellos españoles que nos legaron una España mejor, una España unida y en paz y que ahora están siendo calumniados. Te ruego que lo leas si tienes unos minutos:

 

Sobre la memoria histórica

La Ley de Memoria Histórica de Zapatero ha ido muchísimo más lejos de cualquier propósito legítimo, como hubiera sido facilitar la búsqueda de los cadáveres de las víctimas de la guerra.

En un primer momento ya provocó una innecesaria quiebra de la reconciliación entre todos los españoles tan trabajosamente conseguida, hurgando en heridas del pasado ya superadas para la inmensa mayoría, gracias, entre otros factores, a la implacable sucesión generacional.

Después, en una segunda etapa marcada por la inaudita pasividad del Gobierno del Partido Popular, la Ley de Memoria Histórica se ha erigido en un voraz instrumento de odio e injusticia hacia todo lo que tenga que ver con el bando nacional, vencedor en la contienda 1936-1939, y el periodo de paz y desarrollo que la sucedió. Pese a todos sus errores e imperfecciones, sin esos cuarenta años de unidad, trabajo y superación, la España de la que hoy disfrutamos y nos sentimos orgullosos hubiera sido, simplemente, inimaginable.

La nueva “vuelta de rosca” de la proposición de nueva ley presentada por el PSOE va aún más lejos, cercenando gravemente libertades básicas de pensamiento y expresión.

Ya no puede guardarse por más tiempo silencio sobre este atropello a la verdad histórica, la cohesión entre los españoles y, si no lo evitamos, a nuestra libertad más básica para formarnos y expresar juicios sobre la realidad.

No es aceptable por más tiempo mantener esta mentira maniquea que manipula la historia de forma tan grosera e injusta para quienes se alzaron para acabar con un régimen de anarquía, incapaz de garantizar la más básica convivencia entre los españoles y que había falseado la voluntad ciudadana en las elecciones de febrero de 1936.

Una mentira histórica maniquea que tergiversa los ideales que movieron a quienes generosamente entregaron su sangre en el bando nacional, en su mayor parte sin otro ideal que defender su libertad para practicar una fe religiosa a la que se negaban a renunciar. O rescatar a España de la amenaza real que representaba la tiranía comunista impulsada por la entonces poderosa Unión Soviética.

Muchos sentimos que ese heroísmo y el martirio de tantos, no puede seguir siendo vilipendiado así, despertando sentimientos de odio y revancha. Y si algo debe ser históricamente aclarado, la responsabilidad primera para hacerlo es de los historiadores serios, no de una élite política movida por un sectarismo ideológico que ahora pretenden imponer a golpe de Código Penal.

Ojalá la guerra se hubiera evitado. Ojalá no se hubieran cometido errores y excesos. En ninguno de los dos bandos. Ojalá no se hubiera cometido ninguna injusticia.

Pero es ese mismo sentido de la justicia el que ahora nos impele a decir ¡basta ya! de manipulación de la verdad histórica y de avivamiento del odio y la revancha.

Los españoles nos debemos a la convivencia, la reconciliación y el respeto a la verdad. Nunca a través del odio y el revanchismo fue posible construir el futuro de paz y oportunidades que los españoles de buena voluntad anhelan.

 

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