El Vaticano ha pedido perdón por los abusos sexuales que han cometido sacerdotes y ha explicado ante la ONU los pasos que está dando para acabar, denunciaR y castigar estos terribles actos. Sin embargo, a la ONU no le interesa aclarar los casos de abusos sexuales por dos evidencias: sólo ha preguntado al Vaticano, cuando existen pederastas en más profesiones y en más países, y ha dado indicaciones a la Iglesia para que cambie su doctrina sobre diferentes temas, como el aborto, la homosexualidad, los anticonceptivos o la educación sexual. La ONU quiere convertirse en guía moral de la humanidad, conseguir en todo el mundo un pensamiento único.
Explica a la ONU en la carta que proponemos lo que dice el Catecismo y déjale claro que no son guías morales de la humanidad.
Estas son las recomendaciones morales de la ONU a la Santa Sede sobre homosexualidad, aborto, anticonceptivos y educación sexual:
(Traducción de Infocatólica: http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=19904)
Sobre la homosexualidad:
25. La Comisión acoge con satisfacción la información proporcionada por la Santa Sede de que se ha iniciado una revisión de su legislación con el fin de retirar la expresión discriminatoria «hijos ilegítimos», que todavía se puede encontrar en el Derecho Canónico, en particular en el canon 1139. Tomando nota también de manera positiva el decreto emitido por el Papa Francisco en julio de 2013, el Comité está preocupado por las declaraciones de la Santa Sede en el pasado sobre la homosexualidad, que contribuyen a la estigmatización social y la violencia contra las personas lesbianas, gays, bisexuales y adolescentes transexuales y los niños criados por parejas del mismo sexo.
26. La Comisión recomienda a la Santa Sede modificar todas sus leyes y sus reglas (…) de conformidad con el artículo 2 de la Convención y abolir inmediatamente la clasificación discriminatoria de hijos nacidos fuera del vínculo conyugal como hijos ilegítimos. La Comisión también insta a la Santa Sede a utilizar su autoridad moral para condenar toda forma de acoso, discriminación o violencia contra los menores en base a su orientación sexual u orientación sexual de sus padres y para promover a nivel internacional la despenalización de la homosexualidad.
27. Con referencia a la anterior preocupación sobre la discriminación basada en el género, la Comisión expresa su pesar porque la Santa Sede sigue fomentando la complementariedad y la igual dignidad, dos conceptos que difieren de la igualdad de hecho y de derecho prevista en el artículo 2 de la Convención y que a menudo son utilizados para justificar políticas y leyes discriminatorias. La Comisión lamenta también que la Santa Sede no ha proporcionado información precisa sobre las medidas adoptadas para promover la igualdad entre niños y niñas y para eliminar los estereotipos de género en los libros de texto de las escuelas católicas conforme a lo solicitado por la Comisión en 1995.
28. La Comisión insta a la Santa Sede a adoptar un enfoque basado en los derechos para abordar la discriminación entre niñas y niños y a abstenerse de utilizar una terminología que pueda ser contraria a la igualdad entre niñas y niños. La Comisión invita además a la Santa Sede a adoptar medidas activas para eliminar de los libros de texto de las escuelas católicas todos los estereotipos de género que podrían limitar el desarrollo de los talentos y las aptitudes de niños y niñas y reducir sus oportunidades educativas y de vida.
48. Aunque acoge con satisfacción la información proporcionada por la delegación de que la Santa Sede va a proceder a una revisión en un futuro próximo de las disposiciones del Derecho Canónico relacionadas con la familia, la Comisión expresa su preocupación por que la Santa Sede y la Iglesia no reconocen la existencia de distintas formas de familias y a menudo discriminan a los niños con base en su situación familiar.
49. La Comisión recomienda a la Santa Sede que garantice que las disposiciones del Derecho canónico reconozcan la diversidad de entornos familiares y no discriminen a los hijos basándose en el tipo de familia en que viven.
Sobre el aborto:
36. A la luz de los artículos 6, 7, 8 y 19 de la Convención, la Comisión insta firmemente a la Santa Sede a cooperar con los estudios para determinar las causas fundamentales de la práctica del abandono anónimo de bebés y para promover alternativas (…).Asimismo, el Comité insta a la Santa Sede a colaborar para hacer frente al abandono de los bebés mediante la difusión de la planificación familiar y la salud reproductiva, así como de la adecuada asesoría y el apoyo social, para evitar embarazos no deseados (…).
54. La Comisión expresa su preocupación más profunda, porque en el caso de una niña de nueve años en Brasil que fue sometida a un aborto para salvarle la vida en 2009 después de haber sido violada por su padrastro. El arzobispo de Pernambuco sancionó a la madre de la niña así como al médico que efectuó el aborto, una condena que posteriormente fue aprobada por el superior de la Congregación de Obispos de la Iglesia Católica Romana.
55. La Comisión invita a la Santa Sede a revisar su posición sobre el aborto que pone evidentemente en riesgo la vida y la salud de las niñas embarazadas, y a enmendar el canon 1398 relativo al aborto, reconociendo circunstancias en las que el acceso al aborto pueda ser permitido.
Sobre los anticonceptivos:
56. La Comisión está seriamente preocupada por las consecuencias negativas de la posición y la práctica de la Santa Sede que niega a los adolescentes el acceso a la anticoncepción así como a la salud y la información sexual y reproductiva.
Sobre la educación sexual:
57. (…) La Comisión recuerda a la Santa Sede los peligros de los embarazos precoces y no deseados y del aborto clandestino, que se traducen en tasas considerablemente altas de morbilidad y mortalidad materna en adolescentes, así como el riesgo de que los niños y niñas contraigan enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH / SIDA. El Comité recomienda a la Santa Sede:
(A) Que evalúe las serias implicaciones de su posición (…) y supere todas las barreras y los tabúes respecto a la sexualidad de los adolescentes, que impiden su acceso a la información sexual y reproductiva, incluida la referente a la planificación familiar y a los anticonceptivos, los peligros del embarazo precoz, la prevención del VIH/ SIDA (…);
(B) Que ponga el interés de los adolescentes en el centro de todas las decisiones que afecten su salud y su desarrollo (…);
(C) Que garantice el derecho de los adolescentes a tener acceso a una adecuada información esencial para su salud y su desarrollo y para su capacidad de participar en la sociedad. En este sentido, la Santa Sede debería asegurarse de que la educación sexual, la salud reproductiva y la prevención del VIH/SIDA sean parte del currículum obligatorio de las escuelas católicas (…);
(D) Que garantice los intereses de las niñas embarazadas y se asegure de que su punto de vista sea siempre escuchado y respetado en el ámbito de la salud reproductiva (…).