Artículo escrito por Fernando Junceda Quintana – Arqueólogo y profesor
Rvdo. Padre Gregor Mendel
Padre de la genética moderna
Desde la revolución neolítica -con la lenta y continua selección de las especies naturales más rentables- pocos descubrimientos han influido tanto en nuestras sociedades, no sólo para mejorar la productividad y calidad de nuestros alimentos sino también para hacer frente a la escasez de estos. El P. G. Mendel -con la humildad del orden sacerdotal y sin proponérselo- inició en el siglo XIX el camino científico de la industria alimentaria, médica y biológica de los próximos siglos.
Johann Mendel nació el 20 de julio de 1822 en un pequeño pueblo llamado Heinzendorf, en la región de Moravia, de la provincia austriaca del Imperio Austrohúngaro y actualmente perteneciente a la República Checa.
Fue bautizado como Johann, aunque años más tarde pasaría a la posteridad como Gregor Mendel. En Heinzendorf pasó sus primeros años de vida en el seno de una familia humilde. Fue hijo del granjero Anton Mendel (1789-1857) y de Rosine Schwirtlich (1794-1862). Ésta, a su vez, era hija de un jardinero de la villa. Tanto su abuelo materno como su padre le enseñaron las técnicas básicas de jardinería y cómo hacer injertos de plantas y cultivar frutales. Mendel tuvo cuatro hermanas: Verónica, nacida en 1820, Teresa (1829) y otras dos niñas que murieron tempranamente. Su infancia estuvo llena de pobreza y necesidades.
Tras cursar el bachillerato con muy buenas calificaciones extraordinarias el cura del pueblo se dio cuenta de ello y pudo enviarle a estudiar lejos de su localidad. A los 18 años entró en el Instituto de Filosofía de Olomuc, con el fin de preparar su ingreso en la Universidad de Olomuc. Ésta provenía de una Escuela Episcopal del siglo XIII que ya en el siglo XVI otorgaba titulación universitaria, y estaba dirigida por la Compañía de Jesús.
Debido a su humilde condición tuvo que sufragar sus estudios impartiendo clases particulares. Incluso así, pasó dificultades económicas en las que fue ayudado por su hermana Teresa, que le cedió parte de su dote.
En 1843 -habiendo sentido la vocación religiosa-, decidió tomar los hábitos e ingresar en la orden de los padres de San Agustín. Tras cuatro años de noviciado, recibió las órdenes sacerdotales el 6 de agosto de 1847. En la ordenación sacerdotal cambió su nombre de pila, Johann, por el de religión, Gregor, que será el que utilizará para firmar sus publicaciones científicas.
Desde entonces su lugar de residencia fue la Abadía de Santo Tomás, en Brno, salvo cortos periodos que empleó en su propia formación.
Gregor Mendel encontró un gran apoyo al entrar en la Abadía de Brno. Según parece, G. Mendel tenía fama de ser un monje demasiado aficionado a la comida, algo que probablemente era consecuencia de las penurias pasadas. Él reconocía que la gula era uno de sus defectos. Pero aparte de eso era muy estudioso y un concienzudo investigador. Era, también, un ratón de biblioteca, y como la de la abadía tenía una gran biblioteca, rica en libros religiosos, científicos y literarios, se pasaba las horas aumentando sus conocimientos. También tenían en el monasterio una importante colección botánica. Poco inclinado a las labores pastorales, en 1849 consiguió que le concedieran un puesto como profesor en la ciudad vecina de Znaim, pero no logró superar las pruebas de acceso.
En 1851 proseguirá sus estudios de historia, botánica, física, química y matemáticas en la Universidad de Viena. Asiste, como oyente, al Instituto de Física de Christian Doppler y conocerá las teorías del profesor Franz Unger sobre la fisiología vegetal. Terminará consiguiendo el doctorado en matemáticas y ciencias.
Retornó a la abadía en 1853. En este momento Mendel empieza su etapa como profesor suplente de ciencias de La Real Escuela de Brno. También iniciará sus estudios de la herencia utilizando ratones y abejas. En 1856 el Abad le pide que -debido a su preparación- se encargue de cultivar y cuidar el jardín y la huerta del convento. Así se le despertará su interés por continuar sus investigaciones por medio del cultivo de diferentes especies de guisantes (Pisum Sativum), labor que realizó de 1856 a 1863. Llegó a plantar y estudiar 28.000 plantas de guisantes y otros vegetales. Mendel presentó sus trabajos en las reuniones de la Sociedad de Historia Natural de Brno el 8 de febrero y el 8 de marzo de 1865. En 1866 los publicó como Experimentos sobre hibridación de plantas en las actas de la Sociedad.
G. Mendel estableció las 3 leyes de la hibridación de vegetales:
- Primera ley o principio de uniformidad.
- Segunda ley o principio de segregación.
- Tercera ley o principio de combinación independiente.
Estas leyes de hibridación descubiertas para la especie Pisum Sativum, fueron también comprobadas en la especie Phaseolus, en las que obtuvo los mismos resultados y proporciones.
Además de estudiar los vegetales también registró e informó sobre los fenómenos meteorológicos -manchas solares, vendavales, tornados y otros fenómenos producidos en Brno y Moravia en general- que les podían afectar. Su primer informe es de 1863, relativo a los registros meteorológicos, donde usa los resultados estadísticos de un año para compararlos con los quince años previos. Siguieron a éste, otros cinco trabajos -entre 1869 y 1870-, y luego otros tres entre 1870 y 1882. Estos trabajos se publicaron en la revista de la Sociedad Meteorológica Austríaca, de la cual era miembro. El tratamiento estadístico de estos reportes es indicativo de la proyección y el interés de G. Mendel por esa línea de trabajo, que ya había seguido al efectuar sus experimentos sobre hibridación.
En 1868 abandonaría definitivamente sus labores investigadoras, ya que fue nombrado abad del convento y tuvo también que cuidar de unos sobrinos.
En 1883 enfermó, presumiblemente de insuficiencia renal, y falleció -con 61 años- el 6 de enero de 1884 en Brno. Fue enterrado tres días después en el Cementerio Central de Brno.
A Mendel no se le reconoció en vida como descubridor de los mecanismos de la herencia. De hecho, por un tiempo hubo algunas discrepancias sobre sus resultados, ya que algunos querían la exactitud de una teoría matemática y no de una teoría biológica como era. Al final fueron aceptados. El reconocimiento sería póstumo.
Bibliografía
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