La semana pasada conocimos que el Juez del Juzgado de Instrucción nº 2 de Pamplona, D. Fermín Otamendi Zozaya, dictaba auto de sobreseimiento (dejarle libre sin ningún tipo de sanción) para Abel Azcona por el robo de numerosas formas consagradas (el robo de Dios bajo la forma del pan) y el uso de las mismas en una exposición blasfema.
Hasta no leer entero el auto y analizarlo no he querido enviarte este escrito, pero tras hacerlo me he quedado profundamente indignado.
– Indignado por la indefensión en que nos deja a los católicos
– Indignado por el trato que el Juez admite a Nuestro Señor: sustraer formas consagradas poniéndose en la fila de la Comunión y después llevándoselas para el uso que se quiera de ellas
– Indignado por la definición que da en una parte del Auto a las Formas consagradas, “objetos blancos y redondos de pequeñas dimensiones”
– Indignado porque el mayor sacrilegio y atentado a nuestra libertad religiosa se queda sin ningún tipo de reproche por parte del juez
No podemos permitirlo
Este Juez ampara que cualquiera robe al Señor y use esa forma para lo que quiera, sea una Misa negra o cualquier otra barbaridad que prefiero no escribir.
Defiende al Señor:
Manda una queja al CGPJ (Consejo General del Poder Judicial) firmando aquí.
El auto, además, carece de respeto en su lenguaje hacia los católicos. No es de recibo que califique al Señor de “objetos blancos y redondos de pequeñas dimensiones”. Es cierto que en otro momento muestra una mayor empatía al hablar de “que se ha utilizado uno de los signos más sagrados de la religión católica”, pero en el resto del auto Su Señoría muestra muy poco respeto hacia los hechos, la Verdad y las creencias religiosas.
Todos los católicos sabemos que lo más importante de la Iglesia no son los ornamentos. Lo importante no es un cuadro o un fresco aunque éste sea de Velázquez o de Rubens. Lo importante no es que la Iglesia sea un gran monumento. Lo realmente importante es el Señor, realmente presente, y desprotegido como en el Calvario. El Templo es por el Señor y para el Señor, no por acumular cosas bonitas. Y esto debe saberlo un señor juez a quien además se le ha explicado en la tramitación.
Entonces:
– Habiendo reconocido el procesado que las formas las ha sustraído de las Iglesias, que son formas consagradas, ¿cómo puede decir el auto que no ha perpetrado un delito en dependencias religiosas?
– ¿No es un acto de profanación de la Comunión, objetivo, no sólo para los cristianos, llevarse lo más importante de la Iglesia para usarlo de forma sacrílega y ofensiva?
– El mismo juez muestra su incoherencia al recoger la definición de “profanar” como “tratar algo sagrado sin el debido respeto, o aplicarlo a usos profanos”. ¿No es lo que ha reconocido el procesado sustrayendo lo más sagrado para un Católico y usándolo para fines denigratorios contra el Señor y contras los católicos en general?
– ¿No es un escarnio para los católicos el uso de lo más sagrado para una exposición blasfema?
– ¿No se mofa de nuestra fe (creemos realmente en la presencia real del Señor) al usar esas formas?
Por todo ello, firma la queja que presentaremos en tu nombre ante el CGPJ.
No dejes que el Señor se quede solo. Defiéndele con tu oración y con tu acción justa y llena de paz (la paz es sinónimo de justicia, no hay paz sin justicia)