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Este fin de semana se ha desarrollado en Madrid el Congreso WeAreN2015, organizado por Hazteoir, Maslibres y CitizenGo. A él han asistido el Presidente de Enraizados, José Castro, y la portavoz, María Isabel Moreno. Los testimonios valientes de los cristianos no nos han ofrecido simplemente datos sobre la situación de nuestros hermanos en África y Oriente Medio, sino que nos han interpelado sobre nuestra fe. Ellos se sienten orgullosos de su fe. ¿Y nosotros? Ellos están preparados para ser los mártires del s.XXI. ¿Y nosotros?

Para los que no hayan podido asistir, y para aquellos que quieran orar con estos testimonios, dejamos algunas de las frases:

Kayla y Hauwa, padres de la joven estadounidense secuestrada y asesinada por Boko Haram en Nigeria: «Nuestra relación con Dios no ha cambiado. Dios está siempre ahí, con nosotros: siempre. Me preguntan si estoy enfada con Él; a veces me dan que pensar: «¿debería estarlo’?» Pero no: Dios no me ha enfadado en absoluto». «Es difícil pasar por la muerte de un ser querido, y cuando ocurre es normal que uno pregunte a Dios por qué. Quizá no sepamos el por qué hasta que un día nos reunamos con Kayla».

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Su Beatitud Ignatius Joseph III Younan Patriarca de Antioquía (Siria) y y obispo de Beirut: «Los cristianos se han convertido en blanco muy fácil, somos los más vulnerables». «Occidente debe invitar a la reconciliación entre los grupos islamistas y a un verdadero diálogo».

Mons. Angaelos Obispo Gral Iglesia Ortodoxa Copta: «Se nos presiona por todos lados pero no nos hundimos; perseguidos pero no olvidados; abatidos pero no destruidos. Padecemos mucho sufrimiento, pero somos fuertes. Cuesta mucho destrozar a un cristiano, porque tenemos esperanza».

Mons. Bashar Matti Warda, de Irak: «Qué no mueran más inocentes sin razón».

Reverendo Michael, pastor evangélico en Egipto: «Desde la primavera árabe, el lugar más peligroso es la Iglesia».

Mons. Bagobiri, Nigeria: «Hay que afrontar el mal con valor».

Padre Luis Montes, de Irak: «Los cristianos de Irak tienen mayor confianza en la providencia y no cuestionan a Dios, están más unidos a Él en la adversidad. Van a misa todos los días, leen la Biblia más que nosotros y las dificultades les ayudan a purificarse para poder rezar mejor. Piden oraciones por todos. El pueblo árabe nos da enseñanzas a nosotros». También contó como, en un reciente viaje a Egipto, escuchó como los niños hablaban sobre qué harían cuando fueran degollados: uno rezaría a la Virgen, otro se ofrecería a Dios…

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Mireille Al Farah, joven de Siria: «Cuando abrazamos nuestra fe la cogemos completa». «Los cristianos siguen llenando las iglesias. Mis amigos me dicen que prefieren morir tomando el cuerpo de Cristo a quedarse en casa». «Los funerales son para nosotros una fiesta, los celebramos como una boda, los engalanamos con flores blancas… Los mártires son como novios y novias que se entregan al cielo para unirse Cristo».

Ashiq Masquiq, marido de Asia Bibi, y Eisam Ashiq, hija pequeña: «Mi mamá trabajaba en el campo. Salió a beber agua y la tomó de donde bebían los musulmanes; los musulmanes lo vieron «impuro» y discutieron cinco días sobre ese tema. Al quinto día, la sacaron de casa, rodeada por todo el pueblo. Nosotros éramos la única familia cristiana de la aldea, junto a la de mi tío». En la cárcel, «Asia Bibi no ha podido tener ninguna asistencia religiosa, pero se mantiene firme en la fe».


Reverendo Edward, Presidente de la Alianza Cristiana Evangélica en Siria y Líbano:
“La oración es algo en lo que podemos confiar”. Él tiene al ISIS a solo 13 kilómetros de su casa.

Joseph Fadelle, autor del libro «El precio a pagar», iraquí convertido al cristianismo y perseguido incluso por su familia: “Ni en mi familia ni en mi entorno musulmán, me tendieron una mano». «La policía me pide que cambie constantemente de residencia».

Mons. Oliver Dashe Doeme, de Nigeria: “El Rosario vencerá al demonio de Boko Haram». «El día que acepté ser obispo sabía que estaba firmando mi sentencia de muerte».

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