A colación del asunto del pin parental, me veo sumida en un debate sobre si la educación sexual debe de realizarse en las aulas o no. A mí, desde luego, no se me dio ninguna en el colegio. Nunca la eché de menos ni cuando tuve edad y deseos necesité que viniera ningún adulto a iniciarme en ello (cuando yo era niña, eso se llamaba pederastia). Así que me encuentro sorprendidísima cuando amigas mías me dicen como llenas de rencor que hay que impartir esa educación en la escuela, porque es que a ellas no se les dio ninguna educación. Entonces yo pienso, qué equivocadas están.

La educación sexual es la que se da en casa mediante el ejemplo. ¿Tus padres tuvieron relaciones delante de ti? La mayor parte de la gente (siempre hay excepciones) responderá que no. Bien, amigas mías, con eso vuestros padres os estaban ya dando la primera lección. Las relaciones sexuales se mantienen en la intimidad. Seguramente, en algún momento te contaron si llegaron vírgenes al matrimonio o no, y lo más probable es que a eso añadan un juicio de valor, con lo cual te están indicando lo que a ellos les parece idóneo.

Tengas una familia grande o pequeña, en algún momento dejaron de llegar los niños. Lo normal es que en una familia a partir de cierta edad, los niños sepan si los hermanos no llegaron por imposibilidad (sea del tipo que sea) o porque no se deseaban más. Ahí nos están transmitiendo su opinión sobre la planificación familiar, si perciben la vida como un don o como una carga, si aprueban el uso de anticonceptivos o no…

Cuando un familiar o amigo cercano se casa o se va a vivir con su novia, es algo que se habla en casa. Tus padres van a expresar su opinión. Te están enseñando cómo valoran el hecho de la convivencia prematrimonial o la falta de ella.

Si tus padres viven juntos, se respetan y se quieren, aprenderás que eso es lo normal, y desearás tener lo mismo. En todas las casas hay problemas y discusiones, pero si ellos se esfuerzan por llegar a un acuerdo a pesar de sus diferencias, si ves que ceden por el bien de la familia aunque no consigan estar de acuerdo, aprenderás que vale la pena sacrificarse y ceder por amor. Y que si alguien te quiere, también le valdrá la pena.

Claro que hay familias en las que no se da esta situación, hay padres que se separan, pero enseñar a todos los niños en la escuela que esa situación es igual de maravillosa que aquella en que los padres viven juntos es un error. El matrimonio que fracasa lo hace por algo, y los hijos sufren las consecuencias de ese fracaso, porque al igual que viendo amor aprendemos a amar, cuando vemos que hay serios motivos para esa separación, aprendemos que el mundo es un lugar hostil. A esos niños se les debe ayudar a ver la importancia de elegir bien su pareja para no repetir la experiencia. Otras veces vemos que esos motivos no son tan graves, simple dejadez o falta de esfuerzo en que funcione. Esos niños aprenden que el amor es bonito mientras dura, que es un sentimiento temporal. Yo diría que el amor es lo que hay tras ese sentimiento temporal, que es fruto de una decisión personal libre, y que es mucho más grande y hermoso que ese “me gustas”.

Ahora decidme si no recibisteis educación sexual, para bien o para mal, en vuestros hogares. Porque algunas de las personas que me dicen que no tuvieron ninguna me consta que podían hablar con sus padres de cualquier cosa…

Que alguien te enseñe cómo se practica el sexo, no es educación sexual y, en el caso que estamos tratando, un menor de edad (desde 3 años) al que un adulto enseña a tocarse y alienta a probar todo tipo de prácticas sexuales, al margen de la opinión que cada cual pueda tener sobre ellas, ni es natural, ni es sano. Es perversión de menores.

Mayte Cortés del Valle

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