PREGUNTAS FRECUENTES SOBRE TRANSEXUALIDAD E IDENTIDAD DE GÉNERO
Ponemos a tu disposición una guía que estamos elaborando sobre transexualidad e identidad de género.
Ante la conocida como nueva ‘ley Trans’ aprobada recientemente en el Congreso, hay muchos temores razonables de padres y educadores sobre el perjuicio que puede suponer para menores y adolescentes.
Te presentamos una guía con las 16 preguntas más frecuentes sobre la Transexualidad e identidad de género, cuyas respuestas han sido contrastadas con informes internacionales. Al final de la publicación *adjuntamos el documento anexado con notas a pie de página, con todas las referencias basadas en las respuestas, para que puedas descargarlo.
El contenido de estas preguntas y respuestas pertenece a la campaña realizada en Estados Unidos por www.childparentrights.org y ha sido traducida por el equipo de voluntarios de Enraizados.
1. ¿Se asigna el sexo en el momento del nacimiento?
No. El sexo se determina en el momento de la concepción, cuando el esperma que lleva un cromosoma X o Y se une con el óvulo, que tiene un cromosoma X, dando lugar a un varón (XY) o una mujer (XX). Posteriormente, el sexo se reconoce en el momento del nacimiento (o en el marco de pruebas prenatales) mediante la observación de los genitales externos y permanece fijo durante toda la vida. Los «National lnstitutes of Health» ( como el NIH, que es uno de los centros de investigación médica más importantes del mundo. Agencia del Departamento de Salud de los Estados Unidos) definen el «sexo» como «el estado biológico de ser mujer o varón, basado en los órganos sexuales, cromosomas y perfiles hormonales endógenos.»
2. ¿Existen más de dos sexos?
No. Solo hay dos sexos. El sexo humano se determina en el momento de la concepción a través de los cromosomas sexuales y su contenido, que dirigen el desarrollo de la anatomía masculina o femenina. En un 99,98% de los nacimientos, el sexo del bebé es claramente femenino o masculino. Sin embargo, en menos de 2 de cada 10.000 nacimientos, el bebé nace con genitales ambiguos. Se trata de una anomalía del desarrollo sexual (ADS), que en ocasiones se denomina intersexualidad. Las personas con ADS son individuos con afecciones médicas (a menudo resultantes de cromosomas atípicos o irregularidades hormonales) que impiden el desarrollo normal de estructuras reproductivas masculinas o femeninas. Al igual que las personas que nacen con seis dedos no ponen en cuestión la norma de que las manos suelen tener cinco dedos, los ADS no ponen en duda la norma de que existen dos sexos. Los desarreglos congénitos no son sexos adicionales.
Por último, «la mayor parte de las personas que sufren ADS no se identifican como transgénero, y la mayor parte de las personas que se identifican como transgénero no tienen una ADS”. Las personas trans se identifican como algo distinto a su sexo, cuando normalmente poseen cromosomas y anatomía sexuales normales.
3. ¿Significa lo mismo “sexo” que “identidad sexual»?
No. El sexo no puede modificarse y tiene sus limitaciones naturales, sus características biológicas y diferencias físicas vinculadas al estado fisiológico de ser hombre o mujer. En cambio, la “identidad sexual” se refiere a un estado mental de modo que es inherentemente subjetivo y puede cambiar con el tiempo.
4. ¿Es posible tener un cerebro de mujer en un cuerpo de hombre y viceversa?
No. El sexo no está definido por el cerebro, sino por las instrucciones genéticas del cuerpo (es decir, los cromosomas). Existen dos cromosomas sexuales – dos cromosomas X en las mujeres o un cromosoma X y un cromosoma. Y en los varones prácticamente todas las células de nuestro cuerpo. El cerebro está compuesto por células que tienen los mismos cromosomas femeninos o masculinos que el resto del cuerpo de modo que no puede dirigir el desarrollo de un cuerpo que es del sexo opuesto.
5. Las políticas escolares de identidad de género ¿afectan únicamente a los alumnos que se identifican como transgénero?
No. A todo el mundo le afectan las políticas inclusivas en materia de género que niegan la protección basada en el sexo, priorizando la percepción mental sobre la realidad biológica. Esas políticas tienen implicaciones sobre el modo en el que todo el entorno escolar percibe la naturaleza fundamental del sexo y puede fomentar que la confusión de género se contagie socialmente. Las políticas de identidad de género afectan al 100% de los alumnos.
6. Denegar el acceso al baño de su elección a un niño ¿es una forma de discriminación?
No. Existe discriminación cuando se trata de forma distinta a dos personas que son iguales. Los niños y las niñas no son físicamente iguales. El sexo físico no cambia en función de cómo nos identifiquemos desde el punto de vista psicológico, y nuestra anatomía demuestra claramente que los varones y las mujeres son distintos entre sí. Asignar aseos específicamente a un determinado sexo no es más que el reconocimiento de las diferencias anatómicas inmutables y no suponen tratar a nadie como si fuera inferior. No es fanatismo reconocer las diferencias biológicas entre niños (varones) y niñas (mujeres).
7. ¿Se incrementa la probabilidad de que se cometan agresiones sexuales cuando se usan vestuarios mixtos?
Si. Cualquiera puede aprovecharse de las instalaciones mixtas. Un estudio de 2018 demuestra que se produjeron tres veces más casos de voyerismo en los establecimientos Target después de que se anunciara públicamente su política de aseos y probadores mixtos. Además, un informe de investigación británico demostró que «casi un 90% de las agresiones sexuales, acoso sexual y voyerismo denunciado en vestuarios de piscinas y centros deportivos» se produjo en instalaciones mixtas.
Los vestuarios separados por sexos existen para proteger a las mujeres y niñas de agresiones y delitos sexuales, pero las mujeres y las niñas (y hombres y niños) también tienen derecho a su intimidad frente al sexo opuesto cuando se cambian de ropa o utilizan el aseo. Además, erradicar los límites que impone el sentido común entre sexos configurará la percepción de la realidad de los alumnos – les convencerá sutilmente de aceptar la ideología transgénero de que el sexo biológico está completamente supeditado a la percepción mental.
8. ¿Cómo se diagnostican las identidades transgénero?
El individuo afectado es quién manifiesta su condición de transgénero. No existe ninguna criterio o prueba que un profesional sanitario pueda realizar para diagnosticar, examinar u observar una «identidad de género.»
9. ¿Se está invocando la identificación transgénero para justificar intervenciones médicas en algunos niños?
Sí. No existen criterios objetivos biológicos para diagnosticar una identidad trans, y la mayor parte de los menores que se identifican como transgénero aceptan sexo al llegar a la edad adulta si no son sometidos a intervenciones de transición social y/o de tipo químico o quirúrgico (véase el Apéndice 1). Habida cuenta de que no existen estudios a largo plazo de dichas intervenciones, estas son experimentales. Se sabe que dichas intervenciones suponen riesgos significativos pero el alcance pleno de los riesgos a largo plazo es desconocido.
10. ¿Es completamente reversible el efecto de los bloqueadores puberales y las hormonas?
No. Existen muchas pruebas de que los efectos de los inhibidores puberales no son reversibles. En primer lugar, no hay prácticamente ningún caso de adolescentes que hayan dejado de tomar medicamentos inhibidores de la pubertad y su desarrollo normal para su sexo se haya restablecido, lo cual significa que no existe información sobre si la pubertad seguirá su curso normal en caso de que se deje de administrar bloqueadores puberales. Sin embargo, sí que hay datos que demuestran que el 100% de los niños a los que se han suministrado bloqueadores puberales siguen usando hormonas cruzadas. Los menores que siguen recurriendo a hormonas cruzadas después de que se ha bloqueado su pubertad natural serán estériles. Las intervenciones quirúrgicas de retirada de testículos u ovarios supondrán su esterilidad permanente y son irreversibles.
En segundo lugar, bloquear la pubertad puede reforzar la persistencia de sentimientos transgénero en lugar de actuar como un «botón de pausa.» Según parece, la pubertad natural ofrece a los niños que sufren disforia de género una oportunidad única para estar cómodos con sus cuerpos. Las consecuencias para los niños cuya pubertad ha sido eliminada y que más adelante aceptan su sexo biológico son desconocidas.
En tercer lugar, los inhibidores puberales están asociados a daños neurológicos y fisiológicos significativos. Interfieren en el desarrollo y la salud mental (se ha observado que incrementan los síntomas de depresión, pueden incrementar las tendencias suicidas y afectar al QI ) y perjudican el desarrollo óseo.
11. ¿Se está sometiendo a los niños a cirugías transgénero?
Sí. Se está aprobando cirugías para menores con fines de «reasignación de sexo» o «transición de género». Niñas de tan solo 13 años se han sometido a doble mastectomía en su intento de parecer varones, 178 y medios de comunicación populares como el programa “Soy Jazz”, de TLC, National Geographic y la BBC han mostrado a chicos menores de 18 años que se han sometido a cirugías integrales de “reasignación de sexo” (castración). Existen “clínicas de género” que realizan esas intervenciones a pacientes menores.
12. ¿Están ignorando los médicos los problemas mentales de niños que quieren someterse a transición?
Un número significativo de jóvenes que se identifican como transgénero tienen un trastorno psiquiátrico previo. Es preciso realizar una evaluación psicológica completa y terapia para cerciorarse de que esas enfermedades no contribuyen al deseo de someterse a transición. Los activistas transgénero han presionado a la comunidad médica para que permitan intervenciones médicas sin indagar sobre la motivación del niño para someterse a ellas. Así, se está medicalizando a los niños sobre la base de un autodiagnóstico. Como consecuencia, algunas personas informan de que se les han ofrecido recetarles hormonas sexuales y citas para cirugía de forma inmediata, en lugar de tratamiento psicológico adecuado.
13. Los problemas mentales de los jóvenes que se identifican como transgénero ¿son principalmente resultado de estigmas?
El nivel de cuidados que promueven los activistas transgénero y los politizados líderes de diversas asociaciones profesionales médicos aducen que los problemas mentales de esa población son el resultado de estigmas y que el mejor modo de resolverlos es “afirmando” una “identidad de género” elegida. Sin embargo, la investigación no respalda esa afirmación. El principal estudio que supuestamente vinculaba los problemas mentales con la discriminación social fue rebatido de forma tan rigurosa, que sus autores se retractaron de sus conclusiones y las consideraron “erróneas.» El Dr. Lawrence Mayer y el Dr. Paul McHugh, ambos psiquiatras, han concluido que «es imposible demostrar a través de los estudios [recientes] que el estigma [que sufren las personas que se identifican como transgénero] ocasionan problemas mentales […]»
14. Los niños que quieren ser del sexo opuesto ¿acaban superándolo?
La totalidad de los once (11) estudios publicados sobre esta cuestión afirman que la mayor parte de los niños diagnosticados de disforia de género no tendrán ese deseo en la edad adulta si no se someten a transición social y si se les permite pasar por la pubertad natural. Esos estudios y resultados se enumeran en el Apéndice 1. Las directrices que respaldan la «afirmación de género» y la intervención médica en menores simplemente ignoran el consenso científico de que si no se les somete a tratamiento, la mayor parte de los niños acabarán superándolo.
Es importante señalar que actualmente estamos en presencia de una nueva generación de adolescentes y jóvenes adultos que no están reflejados en estudios anteriores que de pronto se identifican como transgénero. Cada vez existen más pruebas de arrepentimiento entre adolescentes que se sometieron a transición médica. De hecho, una mujer que se sometió a un procedimiento de reversión de la transición de género en Reino Unido ha demandado a la Tavistock GIDS Clinic por acelerar sus intervenciones de «afirmación de género” cuando era adolescente.
15. ¿Defienden realmente la mayor parte de los médicos y profesionales sanitarios que las «intervenciones de afirmación de género» son seguras y eficaces para los niños?
Algunas asociaciones médicas se han rendido ante los grupos de activistas y han emitido declaraciones en apoyo de las intervenciones de «afirmación de género», pero ninguna de ellas ha realizado alguna encuesta entre sus miembros para conocer su opinión. Por ejemplo, la American Academy of Pediatrics (AAP) emitió una declaración a favor de la afirmación, redactada únicamente por siete miembros del comité de la AAP y aprobada por un máximo de 36 asociados – de entre uno 50.000 asociados de la AAP a nivel nacional. Resulta significativo que, según un psicólogo (gay) con amplia experiencia en las terapias transgénero, «las referencias citadas por la AAP como base de su declaración política contradicen de plano tal política.»
De igual manera, las directrices de The Endocrine Society también están escasamente fundadas. Sobre la base de sus propios sistemas internos de calificación, ninguna de sus 22 directrices está basada en “pruebas científicas sólidas”, y casi la totalidad de ellas están fundamentadas en pruebas científicas de “baja calidad” o “muy baja calidad”.
Esas asociaciones alegan que respetan las normas de la World Professional Association for Transgender Health (WPATH). Sin embargo, la WPATH es una asociación de cabildeo que no exige credenciales sanitarias para formar parte de ella.
Otras asociaciones médicas y facultativos de prestigio, tanto en EE.UU. como en otros países, se oponen firmemente a que se realicen intervenciones en niños que se identifican como transgénero. Entre ellas, se incluye el American College of Pediatricians que ha realizado una consulta a sus miembros y advierte que «condicionar a los niños para que crean que pasarse toda la vida representándose como del sexo opuesto mediante la administración de productos químicos y la realización de intervenciones quirúrgicas es norma y sano constituye una agresión a menores. « El Director Ejecutivo de la Association of American Physicians and Surgeons ha declarado que «utilizar [inhibidores puberales] en niños que sufren confusión de género constituye una experimentación contraria a la ética.»
Más de 200 miembros del Australian College of Physicians han instado a que se lleve a cabo una investigación urgente a nivel nacional sobre la administración de medicamentos hormonales no probados a “niños con confusión de género.» El Royal College of General Practitioners del Reino Unido ha alertado sobre la «significativa falta de pruebas sólidas y exhaustivas sobre los resultados, efectos secundarios y consecuencias no buscadas” de dichas intervenciones. Un psiquiatra infantil sueco de fama mundial ha señalado que la aceptación de las intervenciones de «afirmación de género» es «probablemente uno de los mayores escándalos en la historia de la Medicina.»
16. ¿Ayuda la transición médica a los niños que se identifican como transgénero?
Los estudios a corto plazo indican que muchos jóvenes que se identifican como transgénero experimentan un período de satisfacción de «luna de miel» tras la transición, pero a menudo esa sensación no perdura. Los estudios a largo plazo muestran una imagine bien distinta de los efectos de la transición, demostrando que, en muchos casos, la calidad de vida se deteriora de forma significativa y las tasas de suicidio se incrementan.
Un reciente estudio de cohortes en el marco del cual se realizó un seguimiento de casi 4.000 adultos que se identificaban como transgénero y recibieron terapia hormonal durante una media de ocho años, indica que el riesgo de infarto en las mujeres se multiplicó por tres mientras que el riesgo para los hombres de desarrollar embolias (coágulos de sangre) era cinco veces mayor.
La plena magnitud de los daños médicos derivados de tratamientos con hormonas, prescritos de por vida, no podrá conocerse hasta transcurridos muchos años. Según el único estudio de seguimiento a largo plazo que existe, los adultos que tomaban esas hormonas o que se sometieron a “cirugía de reasignación de sexo” presentaban mayores tasas de mortalidad, suicidio, intentos de suicidio y hospitalizaciones por motivos psiquiátricos.
Los estudios más autorizados demuestran que con el paso del tiempo, la transición está relacionada con resultados negativos. De hecho, el mayor conjunto de datos sobre intervenciones de cambio de sexo hasta la fecha emitió una corrección reconociendo que esas intervenciones, tanto hormonales como quirúrgicas, no dan lugar a los beneficios psicológicos prometidos.
*Descarga
Guía de las 16 preguntas más frecuentes sobre transexualidad e identidad de género Editado por Asociación Enraizados
APÉNDICE 1
Tabla de estudios que acreditan que la mayor parte de los niños desisten de su disforia de género (aceptan su sexo) en la edad adulta si no son sometidos a tratamientos de transición de género.
Yo creo y estoy aegu