Hace una semana destrozaron y profanaron la capilla de la Casa de la Espiritualidad de la Asunción de Bahía Blanca, rompieron el Sagrario y se llevaron el Santísimo Sacramento. A principios de noviembre, dos templos metodistas, en Buenos Aires y Rosario, sufrieron destrozos, mientras que unos vándalos quemaron las puertas y un confesionario, invirtieron la cruz del altar, robaron imágenes y se llevaron las reliquias de la Capilla del Monte (Córdoba).
A finales de octubre, el altar de la Catedral de Mar de Plata fue utilizado como letrina y el mantel del altar como elemento de aseo; también robaron reliquias. Pero la ola de profanaciones comenzó cuando a principios de octubre unos alumnos del prestigioso Colegio
Nacional de Buenos Aires realizaron pintadas y destrozos en la Iglesia de San Ignacio de Loyola, la más antigua de la ciudad.