Ene 9, 2019 | Actualidad
Hoy hemos enviado dos felicitaciones. Porque cuando las cosas se hacen bien, hay que felicitar.
Por una parte, hemos felicitado por escrito a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, por poner un belén en la Puerta de Alcalá de Madrid. Carmena quitó hace dos años el tradicional nacimiento de luces en este lugar. Nosotros le pedimos que lo volviera a colocar. Muchos madrieleños, además, llevaron un belén a la glorieta. El Doctor Gaona fue el primero que lo hizo y, tras anunciarlo en la radio y en las redes sociales, fueron muchos quienes continuaron, entre ellos Enraizados. Este episodio de creencia popular se repitió durante dos años.
Esta Navidad, Carmena ha decidido poner una lona con un cuadro del Museo del Prado, por su 200 aniversario, representando el Nacimiento del Señor a cada lado. Y por eso la hemos felicitado, así como por la guía de belenes.
Por otra parte, hemos escrito a la Dirección de TVE para felicitar a Anne Igartiburu por acordarse en las campanadas de fin de año, posiblemente uno de los programas más importantes del año, de los 14.000 misioneros españoles que hay por el mundo y que realizan una labor excepcional.
Ene 2, 2019 | Peticiones
[emailpetition id=»131″] El ayuntamiento de la ciudad española de Segovia quiere poner una estatua del diablo al lado del Acueducto.
La Asociación San Miguel y San Frutos ha presentado un recurso en contra de esta barbaridad, el cual ha sido desestimado. Mientras continúan la lucha en los tribunales, vamos a ayudarles.
Vamos a demostrar al ayuntamiento que hay mucha gente en contra de la colocación de esta estatua en el monumento más emblemático de la ciudad. Firma
Estos son los argumentos que esgrimen desde la Asociación:
- La obra que el Ayuntamiento de Segovia pretende instalar en la calle San Juan de Segovia, representando la figura del diablo, con el nombre de SEGODEVS, AQVAEDVCTI ARTIFEX, resulta contraria a los valores cristianos y al derecho de libertad religiosa, en cuanto que no respeta las creencias cristianas, e incluso impone como oficial, desde el Ayuntamiento, a un nuevo «dios de Segovia» (Segodeus), en la medida en que el nombre otorgado a la estatua, en latín, tiene ese sentido sugerido o evocado.
- No respeta el patrimonio cultural inmaterial, ya que traiciona el sentido de la leyenda del Acueducto de Segovia. En la leyenda, el diablo aparece vencido y no triunfante, ni gracioso o bonachón ni con un teléfono móvil en la mano, como nos dicen que se le va a representar en la estatua, lo que nada tiene que ver con la leyenda.
- No respeta los valores democráticos, ya que se impone por el Ayuntamiento la instalación, sin haber consultado a los ciudadanos, sin haberse sometido al pleno, sin un concurso público, y sin tener en cuenta la oposición manifestada por los ciudadanos con numerosas firmas en contra.
Firma tú también en contra de esta estatua
- No respeta las normas de contratación. Se infringen los principios informadores de la contratación del sector público: publicidad, transparencia, concurrencia, igualdad y no discriminación (art. 1 LCSP), y concurre incluso falta de competencia por parte de la Junta de Gobierno Local, pues, al tratarse de la instalación de una figura que conlleva obligaciones para el Ayuntamiento durante más de 70 años, la decisión debe ser sometida al acuerdo del pleno.
- El Ayuntamiento no recibe todos los derechos patrimoniales de la estatua, ya que la donación reflejada en la Junta de Gobierno local solo se refiere a UNA fundición, con la obligación del Ayuntamiento de no donarla, ni venderla, por lo que se está favoreciendo a ese autor, sobre otros, al corresponderle por la Ley de Propiedad Intelectual los derechos de explotación de la estatua.Lo habitual es que en los pliegos de condiciones para la adquisición de una estatua por un Ayuntamiento se incluya los derechos patrimoniales en favor del organismo público; de lo contrario, se estaría utilizando un espacio público para enriquecimiento o beneficio de un particular.
- IMPONE CARGAS a gobierno futuros, y a los segovianos durante más de 70 años. Si se permite la instalación de la estatua, al tratarse de una obra original, y diseñada expresamente para ese espacio público, se estaría imponiendo la carga al Ayuntamiento de Segovia de tener que mantener esa obra en ese sitio, a futuros equipos de gobierno, mientras viva el autor, y durante 70 años más, quedando al arbitrio del autor permitir o no su modificación (sin el consentimiento del autor, solo podría cambiarse de sitio, previa acreditación de interés público e indemnización en favor del autor).
- No respeta la autenticidad e integridad de los bienes de interés cultural. La zona en la que pretende instalarse la estatua, el pretil de la calle San Juan, en la zona más alta, en la curva, está dentro del entorno protegido por BIC Casa Marqués de Lozoya y por el entorno BIC Murallas de Segovia. Tal estatua desfiguraría su entorno y afectaría de forma negativa a la imagen y autenticidad de la Casa Marqués de Lozoya y del entorno de la antigua Puerta de San Juan en la que quedaría enclavado, alterando incluso el paisaje que puede observarse de las torres de las Iglesias de San Justo y El Salvador, que se contemplan sin ningún obstáculo desde ese mirador en la actualidad, alterando igualmente su uso y función.
Firma ahora para que no se coloque una estatua del diablo en el Acueducto de Segovia
Ene 2, 2019 | Actualidad
La acción formadora del imperio español, tiene un escaso reconocimiento mundial y como de costumbre, todavía menos dentro de nuestras fronteras. Reflexiono de esta forma cuando advierto el contenido de las efemérides que corresponden al 2 de enero. En esta fecha y en un lejano 1553, se impartió la primera cátedra en la Universidad de Lima, actualmente conocida como Universidad de San Marcos. Esta Universidad, tiene el honor no solo de ser la más antigua en toda América, sino de estar en activo desde su fundación.
Hay quien dice que “todas las comparaciones son odiosas”, pero a mí me gusta relativizar las opiniones que acusan de oscurantismo al sistema de formación implantado en los confines de nuestro antiguo imperio. Utilicemos esta efeméride como ejemplo.
En 1492, Cristóbal Colón puso el pie en una isla de las Antillas. Nada se sabía de la geografía de las tierras descubiertas, ni de la composición de los pueblos encontrados. Ello no impidió que 61 años más tarde se fundara una universidad abierta a todos los habitantes de la comunidad, indígenas o procedentes de Europa.
En 1607, el capitán inglés Christopher Newport desembarcó una expedición de colonización en Virginia y fundó la futura Jamestown, que fue el germen de los Estados Unidos de América. La expedición disponía de mapas de la zona y respaldo económico de la “Virginia Company of London”. Sin embargo no fue hasta 1749 que Benjamin Franklin fundara la Universidad de Pensilvania. O sea, la cultura inglesa tardó 133 años en hacer lo mismo que la española, y eso a pesar de contar con muchos más medios, información y avances tecnológicos. No digamos del acceso a dicha Universidad. Los indígenas no es que fueran mal bienvenidos a dicha universidad, es que habían sido totalmente exterminados en todo el Estado de Virginia.
La fundación de la Universidad de Lima, fue consecuencia de la labor de dos personas eminentes. Por una parte, de Fray Tomás de San Martín, un dominico muy capaz que, nacido en España, invirtió gran parte de su vida en aumentar el nivel cultural de los pueblos indígenas de América. Por otra parte, del capitán Jerónimo de Aliaga, que empezó su carrera como conquistador de las nuevas tierras y acabó trabajando en la administración del imperio y defensa de sus moradores. Tampoco otras civilizaciones producen figuras como esta que pasaron de la espada a la pluma en poco tiempo.
La Universidad de Lima inició sus cursos con las facultades de Teología y Artes, pero rápidamente se implantaron las de Leyes y Medicina. Otra de sus características fue el interés mostrado hacia la cultura indígena. En el año 1577 se inician los estudios en la «cátedra quechua» para profundizar en el conocimiento de una de las lenguas más extendidas en el Imperio Inca. Dichos estudios se han mantenido ininterrumpidamente hasta la actualidad. De las lenguas indígenas habladas en la Virginia de 1607 no se conserva nada, ni la cultura anglosajona ha hecho nada para estudiarlas.
Manuel de Francisco
Fuentes:
Cátedra de Lengua Quechua
Penn’s Heritage
Ene 1, 2019 | Actualidad
Cuando se repasa la historia, con cierto bamboleo entre sus fechas, puede darse el caso de hallarse con acontecimientos por demás llamativos o cuando menos curiosos. Posiblemente, a los aragoneses el término
Segeda les recuerde un oppidum, es decir, una colina cuyas defensas naturales, por su altitud o por su especial ubicación, merecieron de un reforzamiento por parte de sus habitantes o conquistadores. Y este el caso de tal población, situada en las proximidades de Calatayud, entre la actual Mara y Belmonte de Gracián, en la provincia de Zaragoza. Sus habitantes eran los belos, un pueblo celtibero en la Hispania Citerior, por allá el siglo II a.C.
Tales guerreros, con su decisión de ampliar las murallas de la ciudad, provocaron que el Senado romano, en el año 154 a.C., considerase tal acción como un casus belli, con una trasgresión de los Pactos de Sempronio Graco. Se trataba, en el fondo, de agrupar a los poblados próximos a Segeda y ampararlos detrás de una muralla con un mayor perímetro. No se trataba de un acto de guerra; sin embargo, los senadores romanos vieron en aquel acto una ocasión para doblegar, definitivamente, a los celtiberos y los lusitanos, creadores éstos de expolios y perjuicios en las Hispania citerior. Así las cosas, el requerimiento a Segeda por parte de los senadores contenía una recriminación por el levantamiento de las murallas, una queja por el impago de los tributos y la exigencia de aportar hombres a las legiones romanas. Los belos fueron de los más exquisitos: los pactos prohibían construir nuevas ciudades o poblados pero no ampliar las actuales, el impuesto había sido derogado después de Graco y lo de aportar tropas, no estaba dentro de sus planes. No cabe duda de que la respuesta fue más propia de una alta política que de un general celtíbero. Mas lo cierto es que Roma mandó a la Hispania Citerior a Quinto Fulvio Nobilior con cerca de 30.000 hombres, topándose con las tropas celtibéricas de Segeda y de Numantia, siendo derrotada Roma en la proximidades de tal población, con cerca de 6.000 cadáveres romanos. Ello acontecía en 153 a.C.
Ante tal descalabro, el Senado adoptó una decisión especialísima. Hasta aquel entonces el Consulado se elegía en los famosos Idus de Marzo, al comienzo de las cosechas, lo cual cubría el último trimestre del año natural con una especie de desidia por parte de los cónsules que veían finalizar su período consular. Comenzando el año civil en las Kalendas de enero, desde que así lo estableció el rey Numa Pompilio a finales del siglo VIII a.C., el Senado adoptó la decisión de hacer coincidir la elección de los Cónsules con ese inicio del año, es decir, el 1º de enero. En tal forma lo relatan las Crónicas de Apiniano, junto con las Periochae de Tito Livio, con lo cual, aparte del hecho de ser los gobernadores de la Hispania de rango superior, o sea consular, los pretores y los cónsules, con tal adelanto electoral en el Campo de Marte tenían tiempo de ponerse al corriente de los asuntos y tomar las medidas que considerasen pertinentes para ponerse al frente de las legiones llegado el periodo de campaña militar, es decir, la primavera y el verano.
Conclusión de todo ello es que en 153 a.C., el año político implantado por el Senado romano se inició el 1 de enero, por vez primera, siendo culpable de tal decisión un pueblo, de nombre celtibérico Sekaida, del cual queda escasísimo rastro físico, pero brillantísima historia. Tanta que todo el mundo contabiliza su tiempo por una victoria de sus moradores, los belos, victoriosos junto con los numantinos, frente a las brillantes y triunfantes legiones romanas.
Ya con posterioridad, en el 46 a.C., el gran Julio César estableció el año solar de 365 días, más uno cada cuatro años en «bis sextus dies ante calendas Martii», o sea, seis días antes de las Kalendas de marzo. Confirmó, con la ayuda del matemático Sosígenes de Alejandría, el inicio del año el 1 de enero, ya que los romanos, supersticiosos, no deseaban un cambio cual deseaba Céesar, es decir, adelantarlo diez días. Pero no, los romanos exigieron que se mantuviese el primer plenilunio posterior al solsticio de invierno. Con lo cual, el primer mes pasó a llamarse «Ianuarius» y el «Quintilis», «Jiulius» en honor de César. El calendario Juliano perduró hasta finales del siglo XVI, con la llegada del Papa Gregorio XIII y los sabios consejos de científicos de la Universidad de Salamanca, hechos llegar al Vaticano en los años 1575 y 1578. Así, en 1582, España, Italia y Portugal adoptaron el año trópico, es decir, el periodo que tarda el sol en completar una vuelta, a partir del 1 de enero, o sea, 365 días, 5 horas, 48 minutos, 45 segundos.
Lo dicho, todo comenzó en Sekaida, Hispania citerior.
Francisco Gilet
Bibliografía:
Marqués, Néstor F. (2018). Un año en la antigua Roma : la vida cotidiana de los romanos a través de su calendario
¿En qué mes comenzaba el año en la Antigua Roma? • Antigua Roma al Día». Antigua Roma al Día,
La reforma del calendario gregoriano, por Wenceslao Segura González.
Apiano. Historia romana. Madrid: Editorial Gredos
Dic 28, 2018 | Actualidad
Hoy hemos escrito a la Concejal de Dinamización Social y Relaciones Institucionales, Doña Lorena Gutiérrez, felicitando al Ayuntamiento de Santander por el I Maratón de Villancicos. El año pasado nos reunimos con ella para pedirle que la celebración de la Navidad se viviera con el verdadero sentido: que Dios ha nacido. Y este año nos encontramos con esta agradable sorpresa.
«Me parece una iniciativa preciosa, con la que estamos disfrutando niños, padres y abuelos. Había tantos grupos para cantar que han tenido que ampliar el horario, y siempre que he ido las sillas dispuestas estaban repletas y aún quedaba gente de pie», explica Mayte Cortés, portavoz de Enraizados Cantabria.