Buscando información sobre el Monasterio de Montserrat, sobre la forma de visitarlo y sobre el legado de sus mártires, encuentro en el buscador de internet en uno de los primeros enlaces sugeridos una página de la Abadía de Montserrat:
En primer lugar me agrada, como español parlante, encontrar información en mi lengua materna. Lo que agradezco de corazón.
También me agrada que recuerden en el Monasterio la Beatificación de sus hermanos benedictinos.
Pero al leer el texto no puedo más que esbozar una sonrisa, sonreír es la única alternativa al lloro que nos queda ante tanta tontería e insensatez, incluso en lugares tan serios como debía ser una página de una Abadía benedictina.
El redactor de la noticia hace auténticos malabares para no citar la palabra España. Hasta el punto de caer en el mayor de los ridículos. Veamos algunos ejemplos:
”Mártires de la Península”
Cita: “Dentro de la celebración prevista para el 13 de octubre en Tarragona, en que serán beatificados 522 mártires de la Península muertos por la fe de Cristo…”
Sí, ha leído bien, mártires de la Península… Quizás el autor lo haya dicho para poder incluir (ya sabemos que el nacionalismo siempre es muy respetuoso con el extranjero) al Beato Portugués Mario Félix (en el siglo Manuel José Sousa Sousa) pero si es así debiera haber utilizado mejor la expresión de “mártires del mundo” o al menos “mártires de Europa y América” para no olvidar incluir a los franceses Franciscanos Hermanos Jean Marie, Colombanus Paul y Luis Damián (en el siglo Fèlix Cèlestin Gombert Olympe, Enrique Oza Motinot y Joseph Sobraqués Glory) y al colombiano Claretiano Jesús Aníbal Gómez Gómez.
Además con la expresión “Mártires de la Península” se olvida incluir a los nacidos en territorio insular, incluidos los de los Països Catalans como el mercedario P. Jesús Eduardo Massanet Flaquer nacido en Capdepera en Baleares.
Todo sea por no nombrar a la innombrable por “inexistente” España.
Incluso aunque alguno de sus hermanos mártires al morir dijera expresamente como el Beato P. Fulgencio Albareda “ofrecer su vida a Dios por la salvación de España”.
“Superiores Benedictinos del Estado español”
Siguiendo el texto podemos encontrar otra expresión propia del nacionalismo separatista: “Participará en el acto el P. Abad Josep M. Soler, el P. Abad Primado de los benedictinos y diversos superiores benedictinos del Estado español”. No sabíamos que ahora los Superiores Benedictinos formaban parte de la estructura político administrativa de España. Seguramente habrá sido un lapsus del Abad Soler que esperará gozar de un sillón preferencial, por los servicios prestados, en las esperemos nunca existentes futuras Cortes independientes de Catalunya. Mucho nos tememos que en tal escenario las fuerzas revolucionarias que pilotan la secesión del Principado le tendrían reservada otra posición o una patada en ciertas partes a nuestro querido Abad Soler.
Por último, y aunque quizás sea lo más anecdótico, destacamos la catalanización de los nombres de todos los nuevos Beatos a pesar de que 2 de ellos eran castellanos, uno riojano y otro vasco. Al menos con este último habían podido tener la deferencia de adaptar su nombre al vascuence, hombre.
Tan respetuosos que nos piden ser con los nombres en catalán, cosa que me parece perfecta, y tan poco respetuosos los nacionalistas cuando constantemente llaman Sergi al futbolista Busquets y catalanizan los nombres del soriano Domingo (Cipriano) González Millán (en el texto de Montserrat Pare Domènec (Cebrià) González i Millán); del hermano de origen vasco Eugenio María (José) Erausquin Aramburu (en el texto Germà Eugeni M. (Josep) Erausquin i Aramburu); del riojano Luis Gonzaga (León) Alesanco Maestro (en el texto Pare Lleó (Lluís Gonzaga) Alesanco i Maestro); y del burgalés Luis Palacios Lozano (en el artículo Pare Lluís Palacios i Lozano).
Realmente si la Iglesia ha durado más de veinte siglos con gente así es que detrás está seguro el Espíritu Santo.
José Castro Velarde