(Del libro “Un día, una historia”, de Jaime Retena, promovido por la Fundación Villacisneros)

El destacamento de 54 españoles sitiados en Baler repele un nuevo ataque de los tagalos. Serían los famosos “Últimos de Filipinas” (1899).

El hundimiento del Maine sirvió de casus belli para el inicio de la Guerra Hispano-Estadounidense. Los filipinos se aprovecharon y entraron en guerra contra España en busca de su independencia. El destacamento español en Baler (isla de Luzón) fue atacado y sus miembros se refugiaron en la iglesia del pueblo. Su heroica resistencia duró 337 días.

En diciembre del 98 España firmó la rendición frente a los Estados Unidos y les vendió la isla, perdiendo la soberanía sobre ella. Pero los sitiados desconocían este hecho, por lo que mantuvieron su resistencia.

A pesar de las enfermedades, el hambre y los ataques de los filipinos, 33 soldados y dos frailes sobrevivieron, cuando se rindieron tras leer un periódico que relataba la independencia filipina. Ya no había motivo para luchar.

La capitulación fue honrosa, no fueron considerados prisioneros y el presidente filipino, Aguinaldo, emitió un decreto en el que exaltó su valor.

También, el 15 de diciembre de:

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