(Del libro “Un día, una historia”, de Jaime Retena, promovido por la Fundación Villacisneros)

Con la toma de Granada por los Reyes Católicos concluye la Reconquista Española (1942), plasmada en el cuadro del pintor Francisco Padilla.

Casi siete siglos después de la invasión árabe en 711 por Tarik y Muza, el último Rey de Granada, conocido como Boabdil, se rendía y entregaba las llaves de la ciudad.

Según una extendida leyenda, al salir de Granada camino de su exilio en Las Alpujarras, cuando coronaba una colina, volvió la cabeza para ver su ciudad por última vez y lloró, escuchando de su madre la sultana Aixa: «Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre». Debido a esto, esa colina recibe el nombre de Suspiro del Moro.

El enfrentamiento entre Cristianos y Musulmanes dotó al conflicto de un rasgo inequívocamente religioso, incluyendo llamadas a las “cruzadas” desde uno y otro lado del mediterráneo. La noticia de la Toma de Granada fue celebrada con festejos en toda Europa.

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