Estos días nos llegan constantemente noticias sobre el supertifón Haiyán que está destrozando Filipinas. El país asiático ha pasado en un mes por un terremoto y por este huracán. Los españoles nos sentimos especialmente cercanos a Filipinas al compartir historia y fe.
Vivencia de esta fe son dos estatuas de Cristo y de Virgen que, como nos cuenta Jorge Enrique Mújica en su blog, siguen en pie tras estas dos catástrofes naturales y se han convertido en símbolo de la esperanza de los filipinos. Así lo interpreta el Padre Mújica: «La imagen en pie [de la Virgen] ha significado para miles de filipinos la cercanía de la madre que ve a sus hijos sufrir mientras ella misma también sufre pero que se queda en pie para que ellos no se desplomen moralmente. Y aunque seguramente no se trata de un milagro estrictamente dicho, la estatua en pie de María no deja de ser un aliento que inspira y sostiene precisamente cuando millones de personas más necesitan ese apoyo y la figura de la mamá que consuela y, con su fortaleza, anima a mirar el futuro». «La imagen de Jesús nos deja ver ahora también el mismo gesto pero con ese cariz del padre bueno que conforta y da coraje para seguir adelante», continúa.
Cristo y la Virgen, esperanza para los católicos; y esperanza para Filipinas en estos difíciles momentos.