mártires 2013
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Reproducimos a continuación el artículo publicado por Joan Boronat en CatalunyaCristiana.

Tarragona se vuelca con la macrobeatificación del 13 de octubre

La beatificación de más de 500 mártires españoles en el Año de la Fe, que se celebrará en Tarragona el 13 de octubre de este 2013, tendrá como marco, con toda probabilidad, el Complejo Educativo, la antigua Universidad Laboral, que toma fuerza ante la otra alternativa propuesta en un principio, como es la Avenida de Catalunya, una de las vías más importantes y amplias de la ciudad, con la muralla romana como telón de fondo. Ésta es la opción que ahora mismo gana más peso, después de que, hace pocos días, una comisión de la secretaría de la Conferencia Episcopal Española, encabezada por Mons. Juan Antonio Martínez Camino, hiciera una nueva visita a Tarragona.

Tal y como ha subrayado el arzobispo de Tarragona, Mons. Jaume Pujol, metropolita y primado, en declaraciones a Catalunya Cristiana, el espacio del Complejo Educativo «ofrece las garantías logísticas necesarias para el buen desarrollo de un acontecimiento histórico y de gran magnitud como es éste». Sin embargo, el arzobispo Jaume ha remarcado que «todavía no se ha hecho una petición oficial para solicitar la utilización de este enclave».

No hay duda de que el Complejo Educativo de Tarragona presenta numerosas ventajas a tener muy en cuenta, como la gran superficie de la plaza central, las instalaciones en perfecto estado, la amplia zona de aparcamiento, que podría acoger a los centenares de autocares procedentes de todo el Estado, más de 50.000 peregrinos, entre ellos casi la totalidad del episcopado español. A todo esto hay que añadir que la utilización de este escenario no comportaría alterar el ritmo ciudadano, como sería el caso de la Avenida de Catalunya, no sólo el día de la celebración, sino las jornadas previas y las posteriores a la ceremonia, lo que sopesa muy ponderadamente el propio arzobispo.

Mons. Pujol se muestra ilusionado de cara a la beatificación del Año de la Fe por el apoyo que el arzobispado ha encontrado entre las administraciones y las instituciones, tanto ciudadanas como en general, que hasta ahora «nos dan todo tipo de facilidades», hasta el punto de que se puede afirmar que toda la ciudad se está volcando de forma incondicional.

El arzobispo también ha hecho público que, con motivo de su ida al Vaticano para asistir a la misa de inicio de pontificado del nuevo papa Francisco, entregó una carta al Pontífice nvitándole a presidir la magna beatificación del 13 de octubre en Tarragona, muy probablemente la más multitudinaria de la historia, por encima de la celebrada en Roma en octubre de 2007, una vez se hayan cerrado algunas de las causas que todavía permanecen abiertas. También ha querido dejar muy claro que esta invitación no comporta que el Papa haya aceptado este compromiso, que seguro que «en pocos días ha recibido muchas invitaciones», pero que al menos «ya la tiene», remarca el prelado tarraconense.

Por encima de todo, Mons. Pujol incide en el sentido de la beatificación, como legado y testimonio de los mártires por la fe, ya sean religiosos o laicos. Fueron víctimas de una persecución religiosa, de una violencia sistemática ejercida contra las personas miembros de la Iglesia católica, por no querer apostatar de su fe para salvar la vida. Esta masacre coincidió en buena parte con una contienda bélica donde murieron muchas personas pero no todas «a causa de su creencia religiosa», y ésta es la diferencia.

No hay duda de que en Tarragona, que vio derramar la sangre de los primeros cristianos Mártires de la península Ibérica, bajo la dominación romana, como el obispo san Fructuoso y los diáconos san Augurio y san Eulogio, inscribirá su nombre con letras mayúsculas en el mapa de la Iglesia universal, por su condición de sede apostólica, paulina, hecho que puede favorecer la promoción exterior de la ciudad que, desde hace unos años, apuesta decididamente por el turismo religioso.

Templos devastados

En el marco de los preparativos para la beatificación, el miércoles 12 de marzo tuvo lugar la presentación del libro 500 Templos devastados. Guerra civil (1936-1939). Arzobispado de Tarragona, obra del periodista Francesc Basco Gracià.

La presentación tuvo lugar en la sala de actos de la Cámara de Comercio de Tarragona, bajo la presidencia del arzobispo Pujol. La sala fue insuficiente para dar cabida a toda la gente que acudió a la cita.

El libro, que ha visto la luz a través de la Editorial Escua, es el primero de los tres volúmenes que Basco ha escrito sobre la devastación de los templos en la archidiócesis de Tarragona durante la guerra civil española, y su reconstrucción. Tal y como dijo uno de los presentadores de la obra, Josep Maria Prats, director del Colegio La Salle de Tarragona, al fin y al cabo «la esperanza cristiana se impone a la violencia y el perdón gana la batalla al odio», tomando como testimonio a Jaume Hilari, hermano de La Salle, el primer santo mártir de la guerra civil. A él y a otros 12 hermanos de las Escuelas Cristianas de Tarragona, martirizados, Basco dedicó un libro en el año 2007.

Algo que se quiso dejar claro en la presentación del libro es que esta recopilación de hechos históricos e incontestables está «exento de rencor, con el corazón abierto y en defensa de la memoria de los que ya no pueden hablar», tal y como subrayó el propio autor, Francesc Basco. El escritor y periodista destacó el capítulo del libro que recoge la primera relación de templos devastados, elaborada por el arquitecto tarraconense Josep Maria Monravà, autor del inventario que cuantifica los daños sufridos por los lugares de culto, y es a su vez «alma de la reconstrucción de los templos en la archidiócesis».

Basco retrocedió en el tiempo para citar recuerdos dolorosos de infancia cuando, en la penuria, con sus familiares había ido a recaudar limosnas y donaciones para poder restituir la iconografía de Paüls (Baix Ebre), el pueblo natal y, entre ella, la imagen de san Roque para entronizarla Nuevamente en la ermita que le está dedicada.

En su intervención, el filósofo Cèsar Pastor, el otro de los presentadores, calificó el trabajo de Francesc Basco de «riguroso y sin añadiduras, fiel a una ética informativa». Lo etiquetó como historiador de los estragos materiales y humanos que sufrieron nuestros pueblos «por los odios entre unos y otros», de reflejar las nefastas consecuencias para «hacernos meditar, sin remover las cenizas». Pastor incidió en que la obra «es una aportación para completar la recuperación de la memoria histórica» recordando en este sentido las declaraciones hechas a la prensa, unos años atrás, por el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, en las que instaba a «no dejar de lado a una parte de las víctimas de la guerra».

El director del Colegio La Salle subrayó que «nos toca a nosotros administrar la memoria, ser coherentes con el legado, fieles con el ejemplo y valientes en los actos». Se refirió a la lección evangélica que dan los mártires, como se recoge en los anteriores libros de Francesc Basco que ponían cara, de manera coral, a las múltiples fisonomías del sufrimiento y el suplicio.

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