Me gustaría que se pusiera un poco de cordura y sensatez para el bien de esta España nuestra en la que la gente se está cansando de tantas ideas que van contra el sentido común y que podrían hacernos reír si no fueran tan funestas. ¡Y estoy hablando de algo mucho más importante que lo de Cataluña! Hasta ahora, una de las cosas por las que hemos luchado los profesores ha sido la libertad de cátedra. Sin embargo, me llega la noticia de que a una profesora de Tafalla (Navarra) quieren apartarla de la docencia por referirse, en relación a la ideología de género, a que una ley no puede ser buena si quita la patria potestad a los padres. La acusación que pesa sobre ella es la de transfobia (puedes mandarle tu apoyo aquí).

¡¡¡¡Por favor, déjennos expresarnos sin el miedo de que nos pongan una multa de bastantes miles de euros!!!! Vamos a pensar un poco si queremos que las personas funcionemos en paz y democracia. Quizá nos puede ayudar a esto reflexionar sobre que no es lo mismo disidencia que odio. Voy a poner un ejemplo: Soy partidario de que en mi ciudad, Madrid, se dé una gran prioridad a la bicicleta sobre el uso del coche. Tengo muchos amigos que disienten claramente de esta opinión y, sin embargo, no nos odiamos, sino que seguimos siendo tan amigos, porque somos demócratas y no creemos en el pensamiento único.

Desgraciadamente, en España se nos obligó, “por nuestro bien”, a una censura y a un pensamiento único para que todos estuviéramos de acuerdo con los principios del Movimiento Nacional. La verdad es que me parecía que el miedo que teníamos a disentir se había acabado, pero ahora parece que no. Yo, por mi parte, no pienso plegarme y diré con nuestro Quijote que «la libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”.

Sí, yo por la libertad estoy dispuesto a perder mis bienes y mi vida y, más aún, quiero decir que estas posturas, que van contra el sentido común y contra los derechos constitucionales de la Igualdad y de Libertad de Expresión, pueden originar un cansancio e incluso una rebelión en la sociedad, letal para los auténticos derechos de los homosexuales, y llevarnos a tiempos pasados, lamentables y absolutamente injustos contra estas personas, y en donde yo estaría en la primera línea de defensa de estos homosexuales.

Fernando Sivit

Aquí puedes leer sobre otra campaña del lobby LGTB contra el periodista Luis del Val. 

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