- Miles de personas han protestado por diferentes medios contra una moción del Consistorio del sur de Madrid que tacha a todos los católicos de homófobos
- “Acusar a los católicos de incitar al odio contra los homosexuales es una falsedad”, afirma José Castro, presidente de Enraizados
- “Quien exige respeto debe tenerlo por los demás”, declara Castro
El Ayuntamiento de Getafe tiene previsto aprobar este miércoles una moción que establece que el perfil de los homófobos es: hombre, blanco, heterosexual, de clase media-alta, joven, delgado y de “la fe mayoritaria,”, es decir, católico.
El texto es un “Manifiesto por el día internacional del orgullo LGTBI” que, previsiblemente, va a ser apoyado por Ciudadanos, Ahora Getafe-Podemos, IU y PSOE. Miles de personas han protestado por diferentes medios contra un manifiesto que califica a los católicos de homófobos.
“Si eres blanco, heterosexual, delgado y católico eres homófobo, según el Ayuntamiento de Getafe. Este Manifiesto califica a las personas con etiquetas. Quien exige respeto debe tenerlo por los demás”, afirma José Castro, presidente de la Asociación Enraizados.
“Desde Enraizados, una voz católica en la vida pública, creemos que acusar a los católicos de incitar al odio contra los homosexuales es una falsedad”, prosigue Castro. “Todos tenemos derecho a expresar nuestra fe sin ser discriminados. Sin embargo, el Ayuntamiento de Getafe está discriminando a los católicos con estas palabras, tachándoles de incitar al odio contra los homosexuales”, explica Castro.
“Por ello, pedimos al PSOE, que gobierna en la ciudad, a Ahora-Getafe, IU y Ciudadanos que no aprueben un manifiesto que discrimina a las personas por su descripción física y sus creencias religiosas”, destaca José Castro.
“La fe católica ha contribuido a crear el Estado de Derecho al defender la dignidad de toda persona. El Catecismo de la Iglesia Católica así lo explica al exponer que `el respeto de la persona humana implica el de los derechos que se derivan de su dignidad de criatura. Estos derechos son anteriores a la sociedad y se imponen a ella (…) Corresponde a la Iglesia recordar estos derechos a los hombres de buena voluntad y distinguirlos de reivindicaciones abusivas o falsas’”, concluye el presidente de Enraizados.