Esta semana ha tenido algunos aspectos de cierto misterio.
Empezaba con la asistencia al – Encuentro con Cristianos Perseguidos – del martes 21.
En ella todos los testimonios resultaron impresionantes.
Pero hubo un momento que me resultó de especial significado.
Primer Camino, conversión:
Cuando a lo largo del testimonio del cristiano nigeriano nos recuerda su encuentro con dos desconocidos por el camino y después de hablar se despiden de él con un -«¡que Jesucristo te acompañe!».
No pude evitar que viniese a mi mente la idea que el cristiano revivió parte de lo ocurrido a los dos discípulos en el camino a Emaús (Lucas 24:13).
Al día siguiente recibí el mensaje de la vicepresidenta diciéndome que llevamos una racha muy larga de noticias malas de la semana y esta vez deberíamos destacar una buena ofreciéndome comentar la siguiente noticia “Converso”.
En la conversación que mantuvimos destacamos tres aspectos de la noticia como son la atracción exótica de las filosofías orientales, los aspectos “cuestionados a la Iglesia” y la unión en los cristianos que está generando la creciente presión sobre nuestra fe.
Segundo camino, el Señor nos guía:
Preparando el comentario de la noticia encuentro “bushido: el camino del guerrero”, término muy relevante dentro de la maravillosa y rica tradición japonesa.
Y pienso: los cristianos también tenemos marcado un camino.
¿Por qué buscar en lugares exóticos lo que ya tenemos enfrente de nosotros?
Y que mejor sitio para encontrarlo que en las reflexiones del Papa Francisco:
“De hecho el Señor va siempre adelante, nos hace conocer cómo es el camino del cristiano”
Tercer camino, Cristo:
No podía parar de pensar en el final del artículo, me preocupan las críticas que continuamente recibimos los cristianos sobre nuestra posición sobre las leyes de género.
Buscando encontré las palabras del queridísimo Papa Juan Pablo II, recordaba escucharle que el camino a Cristo no es un menú del que cada uno escogemos lo que se nos antoja. De una recopilación de sus pensamientos encontré este dirigido a los jóvenes:
Cuarto camino, familia y sociedad:
El aspecto más positivo del artículo es hablar de ‘la familia’, clave del cristianismo, y de la sociedad, que es continuamente atacada por ser origen de libertad y desarrollo del ser humano.
Igualmente, el Papa Juan Pablo II nos lo recuerda:
“La familia es para los creyentes una experiencia de camino, una aventura rica en sorpresas”.
“Base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden por vez primera los valores que les guían durante toda su vida”.
La unión y conversión en la familia es origen de la unión y conversión de la sociedad.
“El compromiso social de los cristianos laicos se puede nutrir y ser coherente, tenaz y valeroso sólo desde una profunda espiritualidad, esto es, desde una vida de íntima unión con Jesús”.
Al final solo hay un camino: santidad.
Nos lo recordaba Mons. Martínez Camino al clausurar el – Encuentro con Cristianos Perseguidos – en su despedida:
‘¡A ser santos!’
Esa es la vocación de todo cristiano: ser santo. Volviendo a las palabras del Papa Juan Pablo II:
“La vocación del cristiano es la santidad, en todo momento de la vida. En la primavera de la juventud, en la plenitud del verano de la edad madura, y después también en el otoño y en el invierno de la vejez, y por último, en la hora de la muerte”.