El pasado 5 de junio se ha celebrado ‘El Día Mundial del Medio Ambiente’.
¡Lo confieso, no me acordaba!
Pero me lo recordó el siguiente ‘tweet’ del Papa Francisco.
“No debemos olvidar que el entorno natural es un bien colectivo, el patrimonio de la humanidad y la responsabilidad de todo el mundo”.
¡Evidentemente! No me llegó a mi solo sino a más de 10 millones de católicos que le seguimos por esta red social.
Cuando llegan estas celebraciones de la ONU, tanto esta del día 5 como otras, ‘El Día Mundial del Clima’, etc…, no puedo dejar de recordar la imagen que encabeza esta noticia.
“Un punto azul pálido (Pale Blue Dot). Puede observarse la Tierra como un punto de luz entre blanco y azulado situado en la franja marrón de más a la derecha de la imagen. La fotografía fue tomada a una distancia de 6000 millones de kilómetros de la Tierra por la Voyager 1 en 1990.”
[Me he permitido la licencia de redondearles el punto que es la Tierra]
Y algunas de las palabras del científico Carl Sagan cuando la vio por primera vez:
“… Eso es aquí. Eso es nuestra casa. Eso somos nosotros. Todas las personas que has amado, conocido, de las que alguna vez oíste hablar, todos los seres humanos que han existido, han vivido en él …”
“… Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos los unos a los otros más amable y compasivamente, y de preservar y querer ese punto azul pálido, el único hogar que siempre hemos conocido.”
En estos días siempre surge la polémica sobre el Cambio Climático, realmente no sé cuál de las dos posturas está en lo cierto, no soy un científico y mis conocimientos sobre estos temas no son suficientes.
Por un lado están los alarmistas o ¿realistas?, ¡no lo sé!
“La necesidad de cuidar el medio ambiente”
Por el otro los negacionistas.
“La gran estafa del calentamiento global”
¡Ni idea de quién tiene la razón!
Lo que sí sé, creo que todos sabemos, es que por puro sentido común no podemos seguir destruyendo el planeta como si sus recursos no tuviesen fin.
Pero volviendo a las palabras del Papa Francisco y del astrónomo Carl Sagan, ambos nos lo dejan muy claro, esta es nuestra casa común donde todos vivimos y estamos obligados a cuidarla para nosotros y nuestros descendientes.
Y para subrayar las palabras del Papa Francisco les recuerdo, ¡me recuerdo!, que ya en el 2015 se publicó la “Carta Encíclica LAUDATO SI’ DEL SANTO PADRE FRANCISCO SOBRE EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN”
Como es muy extensa facilito su contenido compartiendo los siguientes enlaces ordenados de mayor a menor complejidad de lectura.
“Resumen Encíclica Laudato Si’”
“Los 6 capítulos de «Laudato Si»
Lo que le está pasando a nuestra casa.
El evangelio de la creación.
Raíz humana de la crisis ecológica.
Una ecología integral.
Algunas líneas de orientación y acción.
Educación y espiritualidad ecológica.”
Y por último.
“10 propuestas de la Iglesia a la cumbre sobre cambio climático”
- Tener en cuenta no solo los aspectos técnicos del cambio climático sino también, y sobre todo, los aspectos éticos y morales de conformidad con el artículo 3 de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
- Aceptar que el clima y la atmósfera son bienes globales comunes de todos y para todos.
- Adoptar un acuerdo mundial justo, motor de un cambio transformacional y legalmente vinculante fundamentado en nuestra visión del mundo que reconoce la necesidad de vivir en armonía con la naturaleza y de garantizar el ejercicio de los derechos humanos de todos, incluyendo los de los Pueblos Indígenas, las mujeres, los jóvenes y los trabajadores.
- Limitar el aumento de la temperatura global y establecer un objetivo para alcanzar una completa descarbonización para mediados de siglo, con el fin de proteger a las comunidades más afectadas por los efectos del cambio climático, especialmente las que viven en las islas del Pacífico y las regiones costeras. Garantizar que el límite máximo de aumento de la temperatura aparecerá reflejado en un acuerdo global legalmente vinculante, con acciones y compromisos de mitigación ambiciosos por parte de todos los países en función de sus responsabilidades comunes pero diferenciadas y sus respectivas capacidades (CBDRRC en inglés), según los principios de equidad, las responsabilidades históricas, y el derecho al desarrollo sostenible. Garantizar la coherencia entre las trayectorias de emisiones y objetivo de descarbonización; así como la imposición de revisiones periódicas de las ambiciones y de los compromisos adoptados. Para ser exitosas, estas revisiones periódicas deben basarse en datos científicos y el respeto del principio de equidad, y deben ser obligatorias.
- Explorar nuevos modelos de desarrollo y estilos de vida que sean compatibles con el clima, combatan la desigualdad y saquen a los pobres de la miseria. En este sentido, resulta esencial poner fin a la era de los combustibles fósiles, eliminar de forma gradual las emisiones de combustibles fósiles y proporcionar un acceso a la energía renovable que sea asequible, fiable y seguro para todos
- Garantizar el acceso de todos al agua y a la tierra para la consolidación de sistemas alimentarios resilientes y sostenibles que prioricen las soluciones impulsadas por las personas y no por los beneficios.
- Garantizar la inclusión y la participación de los más pobres, de los más vulnerables y de aquellos sobre los que repercuten mayoritariamente las decisiones tomadas a todos los niveles.
- Garantizar que el acuerdo adoptado en 2015 lleve consigo un proceso de adaptación que responda de forma adecuada a las necesidades inmediatas de las comunidades más afectadas y refuerce las soluciones locales.
- Reconocer que las necesidades de adaptación están supeditadas al éxito de las medidas de mitigación adoptadas. Los responsables del cambio climático tienen la obligación de ayudar a los más vulnerables en la adaptación y la gestión de las pérdidas y daños; y de compartir la tecnología y los conocimientos necesarios.
- Establecer hojas de ruta claras sobre cómo los países deberán cumplir sus compromisos financieros adicionales, coherentes y previsibles, de forma que se garantice una financiación equilibrada de las acciones de mitigación y de las necesidades de adaptación. Todo esto debería llamar a una seria consciencia y educación ecológica”.
¡Por cierto!
Hoy 8 de junio es el ‘Día Mundial de los Océanos’.
Vicente Medina