1 Despertar al gigante dormido Portada
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Crisis, crisis y crisis: llevamos muchos días, semanas, meses y años escuchando, hablando y sufriendo la crisis y sus consecuencias.

El CIS nos indica mes tras mes que las principales preocupaciones de los españoles son el paro, la crisis económica, la corrupción y la degeneración de las instituciones.

Es evidente que económicamente estamos mal. Es evidente también que políticamente existe una crisis que puede llevarnos al fin del actual sistema sin que tengamos la certeza de que lo que le sustituya sea mejor.

Pero ¿dónde está el origen de la crisis económica y de la política? ¿A dónde volveremos los ojos para hacer un análisis prudente y sensato que nos indique las verdaderas causas de los problemas que hoy padecemos?

Esos problemas, estamos profundamente convencidos, hunden sus raíces en una profunda crisis moral, causada por la dictadura del relativismo tan denostada por Benedicto XVI y por el Papa Francisco.

La crisis económica es grave. Pero lo es aún más la corrupción moral que nos lleva a una sociedad que:

  • no reconoce en su legislación el matrimonio (al haber acabado con la posibilidad de un matrimonio indisoluble entre hombre y mujer con plena eficacia civil como institución claramente diferenciada de otras y por ello con un régimen propio que le reconozca su fundamento como célula básica de la sociedad) y priva a los niños de su derecho a tener un padre y una madre;
  • acaba con cientos de miles de niños que no ven la luz al ser matados en centros abortistas o clínicas de planificación familiar;
  • deniega a los padres el deber derecho de educar a sus hijos con una reglamentación absoluta que no evita sin que más bien propicia el fracaso escolar;
  • en base a un insano individualismo olvida que el bien común y no el interés, sea éste individual o general, debe ser el fundamento y el objetivo de cualquier decisión política llegando al extremo de la defensa de secesiones unilaterales;
  • abandona a los indefensos en su edad madura o en su enfermedad negándoles su igual dignidad al valorar solo al hombre por lo que puede hacer o tener y no por su ser;
  • ante el paro y los problemas sociales reacciona buscando solo el propio interés o los datos macroeconómicos olvidando a tantas personas que caen en la desesperanza.
  • hace de la política y de la acción social no un campo de ejercicio de la caridad más alta sino un campo de corrupción para ver quien se enriquece más rápido a costa de los demás y una forma de vida, una profesión de la que vivir con privilegios en vez de una ocupación de servicio

Pero si sólo nos quedamos aquí no tendríamos la visión completa de la realidad. De lo que hemos dicho hasta este momento nada es falso pero no es, a Dios gracias, el panorama completo.

En medio de esta sociedad encontramos personas que actúan de otro modo, que:

  • luchan por ayudar a matrimonios en dificultades mediante centros de orientación familiar y similares;
  • ayudan de forma desinteresada y con su tiempo y su dinero a madres que están en dificultades para que puedan sacar adelante a sus hijos;
  • luchan porque todos los niños  tengan una buena educación e incluso entregan su vida a este propósito;
  • trabajan por la paz y la unidad, por la verdad y la hermandad de todos los hombres, incluso ofreciendo toda su vida por estas causas;
  • cuidan a los ancianos, a los enfermos terminales y a los abandonados;
  • con su tiempo socorren a aquellos que están sufriendo especialmente los efectos de la crisis;
  • entran en el campo político y social no para vivir de él sino para servir a los demás

Ejemplos claros son las hermanas de la Madre Teresa, y tantas otras monjas y voluntarios que las ayudan, los miles de voluntarios de Caritas, los cientos de Manos Unidas, los que trabajan en Parroquias y asociaciones de fieles, los sacerdotes y Obispos que entregan su vida así como los consagrados, los matrimonios que en medio de las dificultades y de las cruces, encuentran las fuerzas para mantener su matrimonio y hacerlo crecer cada día.

¿No podemos encontrar un remedio a la crisis que padecemos si estudiamos el por qué estos colectivos hacen lo que hacen? Indudablemente la fe es un elemento clave para entender las razones que les mueven a esa gratuita generosidad pero es también indudable que su ejemplo es una ayuda para que cualquier persona de buen corazón, aún privada del don de la fe, pueda encontrar fundamentos para salir de la crisis.

Y es indudable que el sistema político, tan viciado y corrupto, tiene mucho que aprender de este espíritu de servicio y de gratuidad que inspira la acción de estas personas y colectivos. Debe abrirse necesariamente si quiere superar la crisis a un diálogo racional y abierto a lo que supone la tradición religiosa que es capaz de generar tantos elementos de servicio a los demás.

Por ello nos hemos propuesto recopilar algunos textos breves del Magisterio de la Iglesia que nos puedan hacer entender el porqué de la acción caritativa de estos colectivos y que oriente también ese espíritu en la vida pública y política de España, textos que hemos recogido en una Publicación bajo el nombre de Despertar al Gigante dormido.

La denominación responde al fin de la publicación: despertar a ese «gigante dormido» al que se refería Juan Pablo II, es decir, el conjunto de los bautizados laicos, generalmente desconocedores de las implicaciones de su fe. La Iglesia ha alimentado, a lo largo de la historia, a generaciones de hombres y mujeres que han contribuido a transformar el mundo en sus diferentes dimensiones: cultura, política, sociedad, economía, ciencia…  ¿Quieres ser tú uno de ellos?

La crisis económica, la corrupción política y la desesperanza social tienen su origen en la ausencia de Dios de nuestra vida pública y privada, y encontrará remedio sólo a través de personas de fe ardiente, comprometidas con el entorno, grande o pequeño, en el que viven.

España, que tantos testimonios de fe activa ha dado al mundo, está hoy especialmente necesitada de católicos conscientes que trabajen con vocación de servicio por una sociedad en la que se respete la vida humana, se defiendan los derechos de los más débiles, se gobierne con justicia, se promueva la unidad entre los españoles, se respete la libertad religiosa y se considere la fe un bien para la convivencia social. Ojalá estos textos, intencionadamente breves, contribuyan a despertarnos del letargo y nos animen a construir el bien común de nuestra sociedad.

Terminamos este largo texto recogiendo una cita que el Presidente de la Conferencia Episcopal Cardenal Rouco pronunciaba en su Discurso inaugural de la CI Asamblea Plenaria: “Una de las formas de responder a la vocación cristiana y a la llamada universal a la santidad, particularmente en el caso de los fieles laicos, es la de la participación en la acción social y política” Y citaba la Nota de la Congregación de la Doctrina de la Fe sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y a la conducta de los católicos en la vida política “La legítima pluralidad de opciones temporales mantiene íntegra la matriz de la que proviene el compromiso de los católicos en la política, que hace referencia directa a la doctrina moral y social cristiana. Los laicos católicos están obligados a confrontarse siempre con esa enseñanza para tener la certeza de que la propia participación en la vida política esté caracterizada por una coherente responsabilidad hacia las realidades temporales”

Hemos realizado una primera edición de mil ejemplares que esperamos se multipliquen al menos por diez en los próximos meses. Nuestro objetivo es alcanzar a políticos, empresarios y personalidades de la vida social, cultural y periodística así como a miembros destacados de la Iglesia y a todos aquellos que tengan interés por conocer los fundamentos de la Doctrina Social de la Iglesia.

Estoy convencido de que la lectura atenta de esta sencilla publicación provocará en sus lectores un nuevo compromiso social y político, caritativo, hacia nuestra sociedad, lo que redundará en acciones concretas que nos ayudarán a salir de la crisis que padecemos.

Por ello te pedimos también que si pues nos ayudes a realizar una segunda edición. Por cada 100 euros que recibamos nosotros nos comprometemos a publicar 50 nuevos ejemplares. ¿Puedes ayudarnos con 20, 50, 100 euros u otra cantidad?

Puedes hacerlo de dos maneras:

a)      Hazte socio o domicilia tu ayuda puntual en www.enraizados.org/colabora

b)      Envía un donativo puntual por transferencia a nuestra cuenta: 1465-0100-91-1900001688

Muchas gracias por ayudar a transformar nuestra realidad social y política con la difusión de estos textos.

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