Publicamos aquí el poema de un mártir de la persecución religiosa del siglo XX, José Susilla Bustamante: «Pronto, Señor». El poema, que aparece en el libro «Mártires de la montaña», nos lo ha enviado una de las voluntarias de Enraizados, Mayte Cortés:

Pronto, Señor, nos veremos

en tu Casa solariega.

 

Contadas tienes mis horas

y los pasos de mis sendas,

contadas mis pulsaciones

y las gotas de mis venas,

los soles que han de lucirme

y las noches que me esperan,

los inviernos que me aguardan

y estíos y primaveras…

Tú escrita, Señor, latienes

mi jornada postrimera.

 

Yo sé que se está llegando

Yo sé que la tengo cerca,

yo las veo, yo las toco

de mi vida las fronteras

Oh muerte que serás vida

vida que serás eterna.

Pronto, Señor, nos veremos

en tu Casa solariega.

 

Veo en tus manos las llaves

que abriránme aquellas puertas.

Y siemre, Señor, contigo

en tus moradas eternas;

sin temores de perderte,

sin las zozobras terrenas,

sin aquel ¡ay! enel alma,

sin nublados ni tinieblas,

sin los febriles ardoeres

de ambición no satisfecha.

 

No son sueños, ni ficciones,

no es ilusión, no es quimera.

Pronto, Señor, nos veremos

y nos veremos de cerca

Y serán tus heredades

mi patrimonio y herencia

tu gloria será mi gloria,

tu Cielo mi recompensa.

Pronto, Señor, nos veremos

en tu Casa solariega

 

Qué Casa, Señor, la tuya.

Qué prederas tus praderas.

Qué lumbre la de tus soles.

Qué paz la e tus estrellas.

Qué manar el de tus fuentes.

Qué frescor el de tus selvas.

Qué cantar el de tus auras.

Qué bonanza en tus riberas.

Pronto, Señor, nos veremos

en tu Casa solariega.

 

 

 

 

 

 

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