XL ANIVERSARIO DE LA REVISTA PALABRA [#Beginning of Shooting Data Section] Nikon D2H Longitud Focal: 200mm Optimizar imag:  Modo del color: Modo I (sRGB) RR Larga exposic.: Apagado 2005/11/15 21:16:20.3 Modo de exposici—n: Manual Balance de blanco: Autom‡tico Comp. de tono: Autom‡tica JPEG (8 bits) Buena Modo de medici—n: Multipatr—n Modo de AF: AF-S Ajuste de tono: 0¡ Tama–o de la imagen: Grande (1632 x 2464) 1/60 seg. - F/2.8 Modo de sincronizaci—n del flash: Cortinilla delantera Saturaci—n:  Compensaci—n de la exposici—n: 0 EV Modo de autom‡tica de flash: Auto Aperture Nitidez: Autom‡tica Objetivo: 80-200mm F/2.8 D Sensibilidad: ISO 320 Compensaci—n autom‡tica de flash: 0 EV Coment de imagen                                      [#End of Shooting Data Section]
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Iniciamos con el católico comunicador (comunicador es el adjetivo en esta personalidad vibrante y generosa) José Luis Restán una serie de artículos entrevistas que nos ayuden a entender y preparar el viaje de Su Santidad Benedicto XVI a México y Cuba.

Cuatro serán, por lo general, las preguntas que hagamos a nuestros generosos entrevistados.

1.- ¿Qué esperas de esta visita del papa a México y Cuba? ¿Cuáles pueden ser sus claves?

Sobre todo una renovada conciencia del pueblo católico de que no se puede vivir de las rentas. La nueva evangelización es tan urgente en la América de habla hispana como en Europa. Pero allí tiene características especiales: hay que recrear una nueva síntesis de fe y cultura, hay que afrontar la regeneración del tejido eclesial en las grandes urbes secularizadas, hay que reconsiderar la religiosidad popular como instrumento educativo y misionero.

2.- Como católico ¿te interesa el mensaje que B16 transmita en México y Cuba? ¿O es simplemente un mensaje local para los habitantes de estos países?

Católico significa universal, o sea que siempre me interesa lo que diga el Papa en cualquier lugar. Pero además se trata de la América que nació de la gran misión de los españoles a partir del siglo XVI. Estamos especialmente concernidos por lo que diga y haga Benedicto XVI en aquellas tierras

3.- ¿Crees que el mensaje del Papa, aparte de confirmar en la fe a sus hermanos, incorporará elementos de juicio para aportar al Bien Común de las sociedades que visita? ¿Será por ello un mensaje también interesante para los no creyentes o no católicos pero sí gente de buena voluntad? ¿Cuáles pueden ser esos elementos?

Siempre es así, recordemos por ejemplo los viajes a Francia, al Reino Unido y Alemania. En América están en juego ahora cosas tan importantes como la lucha contra la criminalidad, la relación sociedad-estado, la definición de una cultura popular que será distinta si se nutre de sus raíces católicas o si opta por el relativismo o el neo-marxismo. Y también el modelo de crecimiento económico para sacar de la pobreza a amplias franjas sociales. El Papa de la Caritas in Veritate tiene mucho que decir también a los políticos, intelectuales y empresarios, incluyendo los no creyentes, por supuesto.

4.- ¿Influirá la visita del Papa en la situación concreta de México y Cuba? ¿Cómo?

No creo que haya una influencia en términos políticos inmediatos, esa no es la misión del Papa. En México puede ser un aldabonazo para la definitiva normalización de la libertad religiosa, que es un tema abierta en el debate político y social de ese país. Los católicos mexicanos tienen que aprender a moverse con libertad y sin complejos en un entorno plural, y la sociedad tiene que aceptarlo con toda normalidad. La presencia del Papa puede ayudar a eso, y también suponer un punto de encuentro para las mejores energías de ese gran país que está en trance de despegar, pero que lleva mucho peso en las alas.

En cuanto a Cuba, veo este viaje más difícil aún que el de Juan Pablo II en el 98. Creo que aquí hay que evitar toda ilusión política. El Papa va sobre todo para fortalecer a la Iglesia ante un escenario incierto, que no se sabe si será de transición a la democracia o de recaída en el totalitarismo más oscuro. Para ambas cosas hay que estar preparados. Y por otra parte me preocupa una cierta grieta entre la jerarquía cubana y un laicado muy valeroso que asume sus propios riesgos. Hay cosas que sanar y puentes que reconstruir en el seno de la propia comunidad católica cubana. Ahí sí tengo grandes esperanzas en lo que pueda significar la presencia de Benedicto XVI en la isla.

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