#EspañaEnLaHistoria. La Gloriosa

#EspañaEnLaHistoria. La Gloriosa

Este es el nombre que se le dio a la revolución iniciada en septiembre de 1868 que condujo al país hacia la Primera República, la cual  perduró desde el 11 de febrero de 1873 hasta el 29 de diciembre de 1874, cuando con el pronunciamiento del general Martínez Campos comenzó  la restauración borbónica. Una república que se pactó en Ostende, Bélgica, y se inició con el pronunciamiento de la escuadra gaditana en su bahía. Cuando en la batalla de Alcolea (Córdoba) el general Serrano —el general bonito, como le llamaba Isabel II el tiempo en que era su amante—, derrotó a las fuerzas isabelinas, obligó a la Reina a tomar la decisión de exiliarse y salir hacia Francia. No sin antes dejarnos para el recuerdo una frase: «La gloria para los niños que mueren, el laurel para la pepitoria».

Con el  rastro de la renuncia de Amadeo de Saboya al trono, el 12 de febrero de 1873, Emilio Castelar pronunció en las Cortes un aclamado discurso: «Señores, con Fernando VII murió la monarquía tradicional; con la fuga de Isabel II, la monarquía parlamentaria; con la renuncia de don Amadeo de Saboya, la monarquía democrática; nadie ha acabado con ella, ha muerto por sí misma; nadie trae la República, la traen todas las circunstancias, la trae una conjuración de la sociedad, de la naturaleza y de la Historia. Señores, saludémosla como el sol que se levanta por su propia fuerza en el cielo de nuestra Patria». Bellas y emotivas palabras, pero completamente huecas en su desarrollo histórico.

La Gloriosa alumbró una república que duró escasamente un año y que contempló a cuatro presidentes. El primero fue Figueras, quien, harto de crispaciones y radicalizaciones, abandonó la presidencia y marchó hacia París, no sin antes reunir a sus correligionarios y expresarle que estaba más que harto de todos ellos. Aunque no exactamente con esas palabras, sino con otras mucho más contundentes.

El siguiente fue Pi y Margall, del cual nos queda también un recuerdo: «Han sido tantas mis amarguras en el poder, que no puedo codiciarlo. He perdido en el gobierno mi tranquilidad, mi reposo, mis ilusiones, mi confianza en los hombres, que constituía el fondo de mi carácter. Por cada hombre agradecido, cien ingratos; por cada hombre desinteresado y patriótico, cientos que no buscaban en la política sino la satisfacción de sus apetitos. He recibido mal por bien».

La continuidad republicana vino de la mano de Nicolás Salmerón, esplendido orador, que nos dejó una lápida en el cementerio de Madrid, en la cual se puede leer: «Abandonó el poder por no firmar una sentencia de muerte». Sin duda alguna, gloriosa fue la causa que le llevó a dimitir de la presidencia de la República, para dar paso a otro gran orador, Emilio Castelar. Una presidencia perfectamente definida con otra frase memorable: «Para sostener esta forma de gobierno necesito mucha infantería, mucha caballería, mucha artillería, mucha Guardia civil y muchos carabineros».

La inestabilidad recorría todo el país, llegando incluso a tener su eco en la prensa francesa, en la cual se pudo leer: «Se va restableciendo la tranquilidad. Hoy no han sido asesinados más que tres generales y un obispo. En Sevilla, fueron apedreados unos extranjeros. Pi y Margall amenazó a Castelar con un revólver».

Mientras tanto, Isabel II, «la reina de los tristes destinos» como se la nombraba, vivía todos los acontecimientos en París, bajo el amparo de Napoleón III y de su esposa Eugenia de Montijo. Ella, en el parisino palacio de Castilla, y su esposo, Francisco de Asís de Borbón, en Épinay-sur-Seine. En 1870, abdicó a favor de su hijo, el futuro Alfonso XII, para contemplar su muerte en 1885,  la regencia de su nuera, María Cristina de Habsburgo-Lorena y el inicio del reinado personal de su nieto, Alfonso XIII. En 1904, falleció Su Majestad Católica Doña Isabel II, por la Gracia de Dios y por la Constitución de la monarquía española, reina de las Españas, en el palacio donde había vivido su exilio, para ser enterrada en el Monasterio de El Escorial, justo enfrente de su esposo. Una Reina sobre cuya historia algún día tendremos que detenernos para recordar de su reinado algo más que el Canal que lleva su nombre.

Francisco Gilet.

Bibliografía:

López-Cordón, María Victoria (1976). La revolución de 1868 y la I República.

José Luis Comellas, Isabel II. Una reina y un reinado, Ariel. Barcelona, 1999

#EspañaEnLaHistoria. 19 de abril de 1924. Se constituye la Compañía Telefónica en España

#EspañaEnLaHistoria. 19 de abril de 1924. Se constituye la Compañía Telefónica en España

Telefónica-España-1924El 19 de abril de 1924 se constituía la Compañía Telefónica Nacional de España, sociedad anónima con un capital social de un millón de pesetas y 2.000 acciones participadas mayoritariamente por la International Telephone and Telegraph Corporation (ITT) de Nueva York. Poco después salía a Bolsa con 200.000 acciones preferentes, a 500 pesetas cada una. Tenía entonces 78.000 clientes y menos de 9.000 empleados. En 1928 llega el primer hito de la compañía, enlazar su primera conexión trasatlántica. Inaugurará este servicio el rey Alfonso XIII, y su interlocutor será nada menos que el presidente de Estados Unidos, Calvin Coolidge. La prueba suscitó gran expectación y fue un éxito rotundo. Poco después el infante don Carlos realizaría la primera llamada hispanoamericana enlazando con Buenos Aires y Montevideo.

El ingenio se iba popularizando, aunque su uso siguió siendo exclusivo hasta mucho después. Prueba de ello fue el ostentoso edificio de su sede madrileña, con capacidad para albergar 40.000 líneas y que en el momento de su inauguración se convirtió en el primer rascacielos de Europa. La ITT encargó al arquitecto Juan Moya un edificio de 90 metros como exhibición de solvencia, con el objetivo de atraer al pequeño accionista.

En 1945 el gobierno de Franco nacionaliza el 79% de la compañía, de la que sale forzosamente el capital norteamericano, aunque un año después se vende una parte. Será entonces cuando los grandes bancos entren en el accionariado. La década siguiente será la de la expansión. Telefónica llega al millón de usuarios, cifra alcanzada solo por once países. En España puede mantenerse una comunicación con más de cien países.

Son los años de apogeo de la empresa, que en 1960 se convierte en la primera de España. Tiene 100.000 accionistas, 10.412 millones de pesetas de capital y más de 32.000 empleados. Luego vendrán las innovaciones tecnológicas, la fibra óptica, la telefonía móvil y la expansión por América. En 1997 iniciará su último viaje ya como compañía privada y una demanda de acciones que quintuplicó la oferta. También dejaba de ser la única compañía y se abría el mercado a nuevos operadores.

(Fuente: Almanaque de la Historia de España)

También, el 19 de abril de: 

  • 1528: En las Cortes de Madrid, el príncipe Felipe II es jurado heredero.
  • 1928: El buque-escuela Juan Sebastián Elcano (A-71) emprende su primer viaje.
  • 1941: Se crea el Museo de América.
#EspañaEnLaHistoria. 5 de marzo de 1927. Botadura del buque-escuela Juan Sebastián Elcano

#EspañaEnLaHistoria. 5 de marzo de 1927. Botadura del buque-escuela Juan Sebastián Elcano

barco juan sebastián elcano

(Del libro “Un día, una historia”, de Jaime Retena, promovido por la Fundación Villacisneros)

Construido en los astilleros de Cádiz, tiene lugar la botadura del buque escuela Juan Sebastián de Elcano (1927). El proyecto de construcción del barco nace por un Real Decreto de 17 de abril de 1925, con el fin de sustituir a su predecesor, el Minerva. En febrero de 1928 realiza su viaje inaugural entre Cádiz y Málaga, llevando un pasajero de excepción, el rey Alfonso XIII. De allí partió hacia Sevilla donde se celebraba la Exposición Universal.

Su primer viaje transoceánico fue la vuelta al mundo en dirección opuesta a la ruta Magallanes-Elcano. Desde entonces ha realizado otras diez, así como más de setenta cruceros de instrucción, recorriendo más de dos millones de millas náuticas por todos los mares del planeta. En él se han formado generaciones y generaciones de oficiales de marinos de la Armada, navegando con el viento y ayudados por el sextante y el compás. La misión que tiene encomendada el Juan Sebastián de Elcano es doble: por un lado servir de escuela de guardiamarinas y por otro ser embajador de España por todo el mundo.

También, el 5 de marzo de:

¿Sabías que el Rey de España lavaba los pies de doce mendigos, el Jueves Santo, y les ofrecía un banquete en Palacio?

¿Sabías que el Rey de España lavaba los pies de doce mendigos, el Jueves Santo, y les ofrecía un banquete en Palacio?

Compartimos esta noticia, tomada de la Parroquia del Corazón de María de Oviedo, que nos ha gustado:

san fernando

«San Fernando, Rey de España», 1864
de Antonio Salvador Casanova, 1886  (Museo del Prado)

Ser español, mayor de sesenta años, feligrés de una parroquia de Madrid, no padecer enfermedad contagiosa, y ser pobre de solemnidad, eran las circunstancias que debían concurrir en quienes solicitaban ser agraciados en el “Lavatorio y Comida de Jueves Santo”, que tenía lugar en el Palacio Real de Madrid, en tiempos del Rey Alfonso XIII.

Asistir al lavatorio era resultado de un sorteo que se celebraba el Domingo de Ramos.

El Sastre de Palacio estaba encargado de presentarlos el Jueves Santo limpios y vestidos con ropa nueva. A la una y media la comitiva real accedía al Salón de Columnas.

Ante el Cuerpo Diplomático reunido, los Ministros de la Corona, los Grandes de España y un amplio número de invitados, el rey, rodilla en tierra, lavaba a cada uno de aquellos menesterosos, besaba su pie derecho y lo secaba con una toalla.

Cada pobre estaba asistido por un Gentilhombre, Grande de España, vestido de gala, que era el encargado de ponerle la media y el zapato y acompañarlo al sitio que debía ocupar en la mesa para participar en la comida que tenía lugar a continuación.

Tras la bendición de la mesa por el Nuncio de Su Santidad, los platos del menú van pasando de mano en mano, de los criados al jefe de cuarto y de éstos a los gentiles hombres y a los Grandes de España, hasta su majestad el Rey quien los sitúa delante de cada pobre.

Cuando termina el servicio, los cubiertos, vasos, el jarro de vino, el salero y los manteles se retiran con la misma ceremonia, y se colocan en 25 grandes cestos de mimbre, uno por comensal, que les son entregados para que los guarden de recuerdo o los vendan. Además, cada uno recibe una bolsita con tres monedas de plata y comida.

La costumbre fue instituida por Fernando III el Santo, en 1242. Lo recoge Casanova con vivo realismo, en este monumental óleo, hoy deteriorado, con el que ganó la medalla de plata en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1887.

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