Sep 10, 2018 | Actualidad
En estos tiempos en los cuales se insiste tanto en el «empoderamiento» de la mujer, echar la vista atrás en la historia y encontrarse con la esposa de Alfonso XI de Castilla, María de Portugal, de un lado y a la amante del rey Leonor de Guzmán es hallar un ejemplo palpable y sangriento de la presencia activa de la mujer en el devenir de los pueblos.
La esposa, madre del legítimo sucesor Pedro I de Castilla, se topó con la decisiva presencia de la amante de su marido, la cual, fértil hasta darle diez bastardos, apostó por su hijo Enrique de Trastámara. El rey Pedro, enfrentado a la nobleza, tuvo que sufrir el constante intento de recorte de sus atribuciones amen de su capacidad de desarrollo político.
Esa nobleza castellana, mientras tanto, apoyaba las aspiraciones del bastardo Enrique, tanto así que el pueblo se apercibió de que estaban puestas en peligro la vigencia de una serie de leyes promulgadas en las Cortes de Valladolid en 1351, facilitadoras del comercio, la artesanía y la seguridad en los caminos y villas castellanas. Tales fueron las razones por las cuales se le dio al Rey Pedro el sobrenombre de Justiciero, fruto de un gobierno popular a instancias de su amante, María de Padilla. Mas tal sobrenombre tuvo poco éxito; al enterarse de la traición de su antiguo favorito, Juan Alfonso de Albuquerque, promotor de una rebelión con hermanos bastardos con el rey de Aragón Pedro IV, Pedro acudió a Toledo donde castigó con todo rigor a los sublevados, incluidos tres hermanastros bastardos, mutando desde este momento el Justiciero por el Cruel.
Enrique, regresado de Francia, depuso al Rey Pedro y se proclamó rey en el monasterio de las Huelgas. A partir de tal hecho, acaecido en 1366, Pedro el Cruel logra reunir un gran ejército integrado por castellanos adeptos, moros y judíos, dejando de lado la defección del Príncipe Negro, Eduardo de Lancaster, horrorizado por la cruenta conducta de su entonces aliado, el Rey Pedro. Ese acudió con su ejército en búsqueda de su hermanastro, hallándolo bajo las almenas del castillo de Montiel, Ciudad Real. La batalla fue sangrienta, logrando Enrique reducir a la impotencia a las fuerzas de Pedro, obligándole a refugiarse en el interior de la fortaleza el 14 de marzo de 1369.
Pedro I, desesperado, intentó un acuerdo negociado pretendiendo rendirse a Bertrand Du Guesclin, condestable francés, entonces experto comandante francés del ejército de Enrique. Creyéndole más asequible a sus deseos, Pedro se dejó guiar, ingenuamente, hasta el campamento de Enrique para, sin apercibirse, presentarlo el francés ante su mismísimo hermano, el Rey bastardo. Ambos se enfrascaron en furibunda lucha a muerte, y, Pedro casi logra la de su hermanastro, colocándose encima de él para apuñalarlo. Sin embargo, en ese preciso instante surgía de la boca del condestable una frase que ha pasado a la historia; «Yo no pongo ni quito a rey: solo ayudo a mi señor», al tiempo que provocaba que Pedro cayese a los pies de Enrique. Este, sin miramiento alguno, lo acuchilló repetidas veces hasta provocarle la muerte.
El cuerpo de Pedro el Cruel fue decapitado, su cabeza lanzada a un camino y el resto colocado entre dos tablas y colgado de las murallas del castillo de Montiel, para general conocimiento del coste de rebelarse contra el que ya era Rey de toda Castilla, con el nombre de Enrique II. Enrique de Trastámara recompensó a sus aliados, pero supo también defender los intereses del reino de León y Castilla.
En política interior, inició la reconstrucción del reino; protegió a los judíos y moros, empero haberse rebelado durante la guerra civil; trasformó la administración real, convocando numerosas Cortes. Asimismo incorporó definitivamente al patrimonio real el señorío de Vizcaya tras la muerte de su hermano Tello de Castilla. Falleció el 30 de mayo de 1379, y mientras sus entrañas están sepultadas en la Catedral de Santo Domingo de la Calzada, en la Capilla de los Reyes Nuevos de la Catedral de Toledo, reposan sus restos mortales.
Francisco Gilet
Fuente:
Valdeón Baruque, Julio: Pedro I el Cruel y Enrique de Trastámara: ¿la primera guerra civil española?, Aguilar, 2003.
Sep 9, 2018 | Actualidad
Tal día como hoy, en 1541, el Cabildo Guatemalteco nombró a Beatriz de la Cueva Gobernador y Capitán General de Guatemala. No nos confundan los nombres. La Capitanía de Guatemala llegó a abarcar las actuales Repúblicas de Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, además del estado mexicano de Chiapas y las actuales provincias panameñas de Chiriquí y Bocas del Toro. La sede se encontraba en la actual Antigua Guatemala y basta observar los edificios de la época de gestión española para darse cuenta de la importancia de la ciudad y del cargo.
¿Cómo rayos llegó una mujer a semejante cargo y a mediados del siglo XVI?
Beatriz de la Cueva nació en 1490 en la ciudad de Úbeda en el Reino de Jaén. No. No es una errata del autor. El reino de Jaén existía en esta época y era simplemente el nombre de una de las jurisdicciones administrativas de la época.
No se conoce la formación que recibió, pero debió ser muy esmerada y no se limitó a lo que el vulgo cree que era la norma en la España de 1490. Sabía leer y escribir y conocía lo suficiente de leyes para desenvolverse con soltura a la hora de redactar codicilos y proclamas. El caso es que su hermana mayor, Francisca de la Cueva, se había casado con Pedro de Alvarado, uno de los que participaron en la conquista del Imperio Azteca. Francisca falleció nada más desembarcar en América. La mortandad entre españoles era de igual calibre que entre los indígenas. Ambos no estaban preparados para entrar en contacto con patógenos de ambos lados del Atlántico.
Beatriz aprovechó la ocasión y convenció a Pedro que casarse con ella era un buen negocio. Se casaron, organizaron una expedición a Guatemala y una vez allí, Pedro se fue hacia el norte a la conquista de nuevas tierras (no había tenido bastantes aventuras) y Beatriz se quedó en Guatemala.
A Pedro se le acabó la buena suerte y murió luchando en el centro del actual México durante la llamada guerra del Mixton. Entonces ocurrió lo extraordinario. Reunido el Cabildo de Guatemala, se nombró Gobernador y Capitán General a Beatriz de la Cueva. No era un nombramiento desde la cúspide del imperio, era un acuerdo votado legalmente (hoy diríamos democráticamente) entre los vecinos de la ciudad. A pesar de lo poco que sabemos de Beatriz, no cabe duda que era una persona muy capaz como político.
De sus capacidades como gestoras, no sabemos nada. Dos días después de su nombramiento, unas fuertes lluvias provocaron un alud que arrasó la capilla donde Beatriz se había refugiado con su sequito. Parece que no hubo sobrevivientes.
Sirvan estas líneas como homenaje a las mujeres españolas que contribuyeron positivamente a la epopeya de ultramar. No eran en absoluto floreros y sus tareas no tenían más límite que sus capacidades e imaginación.
Manuel de Francisco
Fuentes:
La primera gobernadora de Guatemala
Sep 4, 2018 | Actualidad
Todo el mundo conoce que Los Ángeles es una importante ciudad de los Estados Unidos. Algunos conocerán que es la capital de facto del estado de California y que es la sede de Hollywood, aunque pocos conocerán su origen. Como cualquier zote puede sospechar, su nombre no es precisamente anglosajón y por tanto su origen debe tener algo que ver con la cultura hispánica. Si nos remontáramos al 4 de septiembre de 1781 y nos situáramos en el mismo punto de la foto, nos encontraríamos con un pequeño grupo de españoles, agotados y malnutridos, que estaban celebrando misa en un humilde cobijo que ellos mismos habían construido recientemente. Estos son los origines de la actual ciudad de Los Ángeles.
El grupo fundador estaba formado por 63 hombres, o sea, no era en absoluto una gran expedición, y estaba comandado por el enérgico Gaspar de Portala y ayudado en el ámbito espiritual por el fraile Juan Crespi. El mismo día de su llegada, un terremoto sacudió la zona, pero esto no arredró a los expedicionarios, nada supersticiosos, que simplemente valoraron las posibilidades del lugar y decidieron señalarlo como un lugar óptimo para fundar una ciudad, cosa que realizó Felipe de Neve pocos años mas tarde.
El nombre completo de la pequeña ciudad fue el de “Pueblo de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles de la Porciúncula”, pero cuando los anglosajones ocuparon el lugar debido a la desidia del gobierno mejicano, casi ochenta años mas tarde, el nombre quedó como lo conocemos actualmente.
Hay muchos aspectos que se pueden resaltar de esta expedición, pero nos gustaría subrayar sobre todo el origen de los fundadores de Los Ángeles. Gaspar de Portala era natural de Balaguer, en Cataluña, y Juan Crespi había nacido en la isla de Mallorca. O sea, cuando algunos dicen que Cataluña no tuvo ningún papel en la epopeya americana y que fue una acción meramente castellana, te encuentras con que los fundadores de la capital de uno de los mayores estados de EE.UU. habían nacido en regiones de habla catalana.
La construcción de la pequeña capilla no fue más que el preludio de la fundación de la ciudad realizada por Felipe de Neve. Nos gustaría destacar también la composición del pequeño grupo fundador. Neve acompañó a once familias y les ayudó a establecerse. En total eran 44 personas. Si los fundadores hubieran sido anglosajones, todos hubieran sido europeos y si algún indígena hubiera participado, lo hubiera hecho en calidad de criado, no como jefe de familia. Aquí hubo dos españoles, cuatro indígenas, un mestizo, dos negros y dos mulatos. En cuanto a las once esposas, eran todas mulatas o indias. Evidentemente los 22 niños, un producto multiétnico de todas esas combinaciones. Este pequeño pueblecito, alrededor de la plaza Olvera, es hoy el centro histórico de la ciudad de Los Ángeles, la conocida como Olvera Street.
Creemos que el proyecto español era mucho más humano que la posterior colonización anglosajona, que destruyó todo rastro de las anteriores culturas.
Manuel de Francisco
Fuentes:
La fundación de Los Ángeles
Juan Crespi
Sep 4, 2018 | Actualidad
Los “Tratados” tienen unos “antes” que condicionan y unos “después” que son sus consecuencias.
Antecedentes:
- 1185: Alfonso I consigue el reconocimiento de Portugal como nación soberana.
- 1261: Alfonso III logra la independencia total al terminar su reconquista y que Alfonso X, de Castilla, renuncie al Algarve.
Portugal es la primera nación europea con sus actuales territorios.
- 1297: Tratado de Alcañices, firmado por Dionisio I y la madre de Fernando IV, María de Molina, se fijan las fronteras entre Portugal y Castilla.
Dionisio I crea la Orden de Cristo que sustituye a la del Temple.
- 1336: Lanzorotto Malovelo llega a Lanzarote y Fuenteventura.
1339: Angelino Dulcert, cartógrafo mallorquín, representa en un mapa-mundi las Islas Canarias por primera vez.
- 1342: Los marinos mallorquines llegan a las Canarias. Las colonizan y evangelizan. Las Canarias les sirven de base para el intercambio comercial y para sus viajes por el Océano Atlántico.
- 1375: Cresques Abraham termina, en la Ciudad de Mallorca, su mapa-mundi, también llamado atlas catalán, obra maestra de la cartografía mundial solo igualado dos siglos después por el de Mercator. En el mapa, por primera vez, se oficializa el nombre de la isla de La Gomera.
- 1402: Los castellanos inician la conquista de las Canarias.
- 1415: Portugal conquista Ceuta -el reino de Fez tenía oro que recibía de Guinea-. Paso previo para conseguir oro, rebasar Egipto y llegar a la India para obtener especias indias y productos orientales. Negoció que dominaban Egipto y Venecia.
- 1416: El Infante Dom Henrique el Navegante, hijo de Juan I y de Felipa de Lancaster, tía abuela de Isabel la Católica, crea la Escuela de Sagres para preparar su “era de descubrimientos”. Contrata a Mestre Jacome de Mallorca que la organiza y dirige. Recordemos lo escrito por Simon Wiesenthal ; “El papel de los científicos hebreos de Mallorca en la nueva representación cartográfica del mundo, que puso la base para los viajes de descubrimientos…”. El fruto inmediato de esta inversión fue el descubrimiento de Porto Santo, Madeira y las Azores.
- 1431: Castilla y Portugal firman un Tratado de paz sobre las Islas Canarias.
- 1433: Barcos portugueses pasan el Cabo Bojador.
- 1445: Los portugueses llegan a Cabo Verde.
- 1449: Alfonso V, de Portugal, se otorga el monopolio del comercio de Canarias.
- 1452: El Papa Nicolás V otorga a Portugal, en exclusiva, el control desde los cabos Bojador y Nam hasta Guinea.
Tratado de Alcaçovas:
-Se acuerda una línea divisoria, a través de un paralelo, que pasa por el sur de las Canarias. Estas islas quedan para Castilla. Para Portugal: Guinea, Mina de Oro, Madeira, Azores, Flores y Cabo Verde (Con el Tratado de Tordesillas, el 7 de junio de 1494, se pasa la división a un meridiano. Colón sugirió la llamada “raya de Colón” que pasaba por las Canarias. El Papa Alejandro VI propuso una “raya”, o meridiano, desplazado 100 leguas de la “raya de Colón”. Los portugueses la consiguieron a 370 leguas de la sugerida por el Almirante).
-Finaliza la Guerra de Sucesión Castellana.
-Los Reyes de Castilla renuncian al Trono de Portugal. El de Portugal renuncia al de Castilla.
-Portugal puede conquistar el Reino de Fez.
-La Princesa Juana la Beltraneja renuncia al trono de Castilla.
-Matrimonio de Alfonso, heredero portugués, con Isabel de Castilla.
– La inversión científica de Portugal, en la Escuela de Sagres y posteriormente en la Escuela de Navegación Portuguesa de Lisboa, le dio magníficos beneficios.
Joan Oliver i Torrents
Ago 28, 2018 | Actualidad
El 28 de agosto de 1565 Pedro Menéndez de Avilés desembarcó en el norte de la actual Florida, con dos cometidos claros: acabar con un asentamiento de franceses hugonotes y fundar una ciudad permanente que defendiera los intereses del imperio español en aquellos parajes.
Ambos cometidos los realizó con éxito y el resultado fue la fundación de San Agustín. La primera ciudad permanente de Estados Unidos y que todavía hoy está habitada. Esto ocurrió cuarenta y dos años antes de que los ingleses fundaran el establecimiento de Jamestown (14 de mayo de 1607), en territorio de la futura colonia de Virginia, y 55 años antes de que desembarcaran los Padres peregrinos (26 de noviembre de 1620) en la denominada Nueva Inglaterra para fundar, el 21 de diciembre, la ciudad de «Nueva Plymouth». Como se ve y como de costumbre, los españoles fueron “antes que nadie”.
La ciudad estaba lejos de los intereses económicos de España y solo su posición estratégica frente a las colonias inglesas justificaba la inversión que durante cientos de años recibió de la metrópoli. No fue hasta 1821 que finalizó el dominio español, cuando fue vendida a los Estados Unidos.
De su larguísima historia, queremos destacar su papel frente al esclavismo de los ingleses. Las colonias de estos basaban su economía en la explotación agrícola mediante mano de obra esclava. Los esclavo,s bajo el régimen de los ingleses, difícilmente podían recuperar nunca la libertad, pues incluso cuando sus dueños los liberaban, podían volver a su condición de esclavos por argucias legales. No era el mismo caso en el territorio español, donde también habían esclavos, pero estos podían recuperar su libertad mediante el pago de una cantidad (podían poseer legalmente dinero) o la prestación de servicios.
Conocedores de esta legislación más benévola para sus intereses, San Agustín fue durante años la meta de los esclavos que se evadían de las plantaciones inglesas. El fenómeno fue tan relevante, que incluso se organizó una milicia constituida exclusivamente con hombres de raza negra. No fue una organización meramente formal. La milicia residía en un fuerte que se construyó específicamente para ellos. Dicho fuerte se llamaba Mose y estuvo operativo hasta 1763, cuando se cedió a los ingleses en virtud del tratado de París.
Milicias locales ha habido en todos los imperios, pero siempre con la jerarquía directa constituida por elementos del imperio. Creemos que es el caso más temprano en que una fuerza militar constituida por elementos de raza negra esté integrada en un ejército imperial. Como siempre, los españoles fuimos innovadores.
Manuel de Francisco
Fuentes: La fundación de San Agustín