Arquitectura religiosa en Irán en los siglos X y XI.
Características del arte islámico.
Evolución del arte en el Islam.
División geográfica.
La Mezquita.
2. Arte Cristiano Románico:
Inicios del arte Románico.
Arquitectura.
Pintura.
La escultura orígenes y desarrollo.
1. Influencia del arte Cristiano en el Musulmán.
Tanto el arte del Oriente Persa como el musulmán reciben muchas más aportaciones del arte cristiano que a la inversa.
En Armenia, en los siglos VI y VII, Bizancio influyó en la construcción de las iglesias en piedra, esta misma tradición la recogieron los árabes más tarde, ya en el siglo VII en la mezquita de Omar en Jerusalén tiene marcado carácter bizantino. Se trata de un edificio cupular con planta central y decoración de mosaico dorado; en Damasco, en el siglo VII, hay una iglesia transformada por arquitectos y mosaistas griegos en mezquita, con todo, la influencia bizantina es superficial y corta.
Vista del Patio de las Doncellas, Real Alcázar de Sevilla. / Foto Wikipedia
Más al norte, entre los eslavos, en cambio, tal influencia es enorme y ha persistido hasta nuestros días; Cirilo y Metodio al mismo tiempo que avanzan con su evangelización, atraen de paso a los eslavos a la órbita artística y cultural bizantina; así durante el siglo X Bulgaria ya toma un preponderante papel como transmisora de corrientes artísticas.
Al mismo tiempo en Serbia no se llega a advertir una unidad de escuela, aunque influyó en la misma Grecia, Dalmacia y Oriente, mientras que en Macedonia se conserva mejor que en otras partes el influjo bizantino.
1.- Arquitectura religiosa en Irán en los siglos X y XI.
Durante este periodo las construcciones son en ladrillo, la mezquita de Isfahán sufre modificaciones tipológicas muy importantes, tiene un recinto grande encuadrado en patios; luego viene una enorme sala hipóstila de diecinueve naves y seis transversales, seguida de otra sala al fondo y tres naves que bordean los laterales del patio.
Las cúpulas en Irán se construyen mediante arcos entrecruzados de ladrillo, que constituyen el armazón, la arquitectura funeraria tiene la cúpula como elemento sustentante y fundamental, y el tipo característico es la llamada qubbat, recinto cuadrado abovedado y con cuatro puertas.
La Mezquita Azul de Estambul, ejemplo de arte islámico de influencia Bizantina.
2.- Características del arte islámico.
En Irán la qubbat más antigua parece ser la de Isamil en Bujará, con decoración en relieve de ladrillo, asimiso la de Sanjar desarrolla en el interior una teoría de nervios entrelazados.
Se encuentran edificios de torres poligonales o cilíndricas, cubiertas con bóveda o tronco de cono; a partir del siglo XI, el alminar está dispuesto sobre un podio poligonal, sobre el que se asienta una torre también poligonal que va disminuyendo progresivamente.
Tanto en el interior como en el exterior de cúpulas y alminares se usan policromías que incluyen inscripciones del Corán.
3.- Evolución del arte en el Islam.
Paralelamente a la expansión del Islam como religión y como movimiento político se desarrolla su arte, más tarde, cuando el poder político se desintegra, aparece la diversidad de núcleos.
Sus orígenes habría que buscarlos en Siria, donde resulta del sincretismo de las distintas corrientes que allí confluyen, principalmente el elemento bizantino y el sasánida; por esta última circunstancia se discute el arte musulmán su personalidad, limitándolo a crisol donde se transforman influencias, dando resultados diferentes a los elementos que determinaron su formación.
El gran ímpetu el Islam hizo que su arte se expandiera geográficamente, alcanzando un área a la que tan sólo el arte romano y el barroco se pueden comparar: abarca desde los confines de la India hasta Al-Andalus, Francia y más tarde hasta el Pacífico; ya que a los Andes chilenos y peruanos los españoles lo llevan en la variante mudéjar.
Cúpula de la Roca. Ciudad vieja de Jerusalén.
Precisamente el hecho de estar como ningún otro abierto a influencia externas, determina las características propias que el arte islámico adquiere en cada país o región; así, en España toma el arco de herradura y la alternancia bicromática de las bóvedas.
Generalmente, a excepción hecha de Egipto, los materiales de construcción no son nunca pétreos, el techo es en terraza por influencia mediterránea.
Pueden establecerse las siguientes etapas en el desarrollo el arte islámico:
Desde mediado del siglo VII hasta fines del IX: periodo de formación.
Del IX al XII: periodo de esplendor y posterior disgregación.
Del XIII al XV: se aprecian diferencias de escuela; Oriente ya no influye en Occidente.
Siglo XV en adelante: la esencia islámica se deja influir sobre todo en época colonial.
4.- Diversas escuelas geográficas:
Sirioegipcia: Egipto y Siria.
Escuela del Magreb: abarca tanto Túnez, Argelia, Marruecos, Al-Ándalus o Sicilia.
Persas: es la proyección hacia Oriente desde Mesopotamia e Irán.
Otomana, que sigue paralela al poderío turco.
India: incluyendo tanto India como su proyección más al Este.
5.- La Mezquita.
Mezquita-Catedral de Córdoba.
Interior de las Mezquitas.
Componen los elementos característicos de la mezquita el nimbar o púlpito, desde el cual el imán preside la oración, y la maxura -lugar reservado al monarca- situado cerca del mihrab.
Consta el edificio de un patio (sham) y un oratorio cubierto de naves; al principio, para rezar se volvían los fieles al Norte (es decir, en dirección al patio y volviendo la espalda a la parte cubierta), pero más tarde miraban hacia la Meca, y en esa dirección se situó el muro llamado qibla en el que se practica un nicho, el mihrab.
En el exterior de la mezquita.
Encontramos el alminar o torre, que suele tener forma prismática, cuyos orígenes se han de buscar en los zigurats mesopotámicos o en los mismos campanarios cristianos.
Otros elementos propios del edificio son: la fuente de las abluciones y la madraza o medersa, escuela aneja a la mezquita. Como otro edificio religioso también disponen de la zawiya, especie de convento.
Materiales y elementos arquitectónicos del arte Musulmán.
En general, el arte musulmán durante esta etapa emplea materiales pobres, sobre todo ladrillo con revoque en yeso, encima del cual se ponen todos los ornamentos posibles; los elementos de soporte se limitan al pilar, normalmente de ladrillo, y a columnas que suelen hacerse con material de acarreo; sólo a la Alhambra nos encontraremos con columnas propiamente árabes con capiteles originales.
Alterna en su cobertura tanto el dintel como la bóveda, o los emplea simultáneamente, los arcos tienen un extenso repertorio de formas, que van desde el medio punto hasta el mixtilíneo, también utiliza el estalactítico de herradura o el polilobulado.
Los arcos funden admirablemente la finalidad estructural y la ornamental, basada esta última casi exclusivamente en motivos vegetales y geométricos tendentes a lo abstracto (lacería y ataurique), y también con inscripciones decorativas de versículos del Corán.
2. El arte Cristiano del Románico.
Se ha llamado románico al primero de los dos grandes ciclos artísticos que se desarrollaron en Occidente durante la Edad Media; su nombre se explica por la indirecta procedencia de los romanos y porque floreció paralelamente a las lenguas románicas, es decir a las derivadas del latín.
Los orígenes han sido muy controvertidos, tradicionalmente se señala la región de italiana de Lombardía como núcleo original, desde donde irradió a toda la Europa medieval desde el siglo X hasta el XIII.
A la casi olvidada tradición romana y al sustrato prerrománico, se vienen a añadir las influencias orientales que irradia Bizancio o que penetran a través de la España musulmana; los principales vehículos de difusión son las peregrinaciones y la orden benedictina.
Las rutas de las peregrinaciones convergían en los Pirineos, desde donde por el camino de Santiago, se dirigían a la ciudad del Apóstol, primer centro de atracción de las peregrinaciones medieval en Europa.
1. Inicios del arte románico.
Alrededor de los siglos X al XII -paralelo al florecimiento del arte bizantino en el resto de Europa-, al oeste de Roma se desarrolló un arte llamado románico, por coincidir con la formación de las lenguas romances o románicas derivadas del latín (italiano, portugués, rumano, castellano).
Torre de Santo Tomé, en la capital toledana.
No fue un estilo unificado, porque se trató de la fusión de varias corrientes, entre ellas la bizantina y la romana que aún subsistían; el románico se extendió por las diversas provincias de lo que anteriormente había sido el imperio romano; pero ese territorio ahora sólo compartía la fe religiosa y no la férrea dirección de la Roma de tiempos imperiales.
2. Arquitectura románica.
Durante el románico la arquitectura respondía sobre todo a la intensidad de la fe cristiana; la religión llegó a ser tan importante que los monasterios, las residencias de monjes retirados a la vida religiosa, se convirtieron en los verdaderos centros de poder, incluso el económico y cultural.
San Martín de Fromista, en Palencia.
La solidez del edificio es el rasgo más característico de la arquitectura románica, su capacidad para evocar tanto la profunda religiosidad, como un cobijo ante todo estable y seguro; los anteriores edificios de las iglesias eran más oscuros e invitaban al recogimiento.
El monasterio de Cluny.
Fachada exterior del Monasterio de Cluny
Un lugar clave en la implantación y auge del románico fue el Monasterio de Cluny, en Francia, desde donde se dictaban normas para las construcciones que se hicieron en toda Europa.
Aún cuando tuvo rasgos locales en cada país, estas características se ven casi siempre en la arquitectura románica:
El uso de piedra como material predilecto, sustituyendo al ladrillo y al hormigón.
Destacan de las bóvedas de cañón y las bóvedas de aristas como sistema constructivo.
Los capitales tienen decoraciones variadísimas, desde figuras geométricas, pasando por formas vegetales hasta figuras animales como leones, pavos, etc.
Algunas iglesias tienen detrás del altar el ábside, un espacio semicircular, como un cilindro vertical incrustado al cuerpo de la iglesia y cubierto por media cúpula.
Los portarles ganan importancia y ostentan lo menor de la decoración de fachada; el tímpano generalmente se dedica a Cristo y la arquivolta escenas del Apocalipsis.
Las criptas ubicadas debajo de las iglesias continúan la tradición de las antiguas catacumbas.
Claustro de la Abadía de Cluny en Francia
Otros ejemplos del románico en Europa.
El vasto territorio donde floreció la arquitectura románica empezaba a mostrar las diferencias locales; por eso tiene sentido que mencionemos sus ejemplos, según las actuales repúblicas europeas, así geográficamente destacamos:
Francia: las iglesias de Provenza, las cuales conservan muy bien las formas propiamente románicas; como la catedral de San Pedro de Angulema, cuya fachada luce un gran despliegue escultórico.
España: por sus muchas pequeñas iglesias del norte de España y la catedral de Santiago de Compostela, a la cual las peregrinaciones convierten en referencia especial del arte románico, aunque su fachada fue reformada con estilos posteriores.
Podemos decir que la pintura románica tiene como soporte la arquitectura y los libros, sobre los muros, en el interior de las iglesias, principalmente en la zona del ábside donde se encuentra al altar, se hallan las pinturas que se asemejan a los mosaicos bizantinos, tanto en sus temas y simbolismo como en la composición.
Mural y bóveda de pintura Románica.
El diseño y demás aspectos formales; son muy característicos los colores vivos (rojos, azul, amarillo, blanco, verde y negro), el dibujo delimitado con borde negro, las figuras planas (sin profundidad) y el carácter sagrado, más que realista; son notables los murales de las iglesias de Cataluña, España, y del centro de Italia.
Escritura y las Bibliotecas monacales.
En los monasterios se produjeron y guardaron las más valiosas bibliotecas, formadas por hermosos libros escritos e iluminados con miniaturas, realizadas manualmente por maestros monjes que llegaron a marcar estilos artísticos; estas iluminaciones son mínimas obras de arte que mantienen características similares a las de los murales, sólo que emplean más colores; siendo el Evangelio un tema bastante común en aquellos libros.
Lectionario de Cluny.
Evolución de la Pintura en el Románico.
Se desarrolla paralelamente a la escultura y su gran época es el siglo XII, presenta una gran unidad, ya que la procedencia es casi exclusivamente bizantina.
El Pantocrátor se pinta en el ábside, en otros lugares a la Virgen con el niño (aunque, en ocasiones, también aparece en el ábside), a los Apóstoles, a los Santos, etc.
La pintura es pedagógica y decorativa, por lo que el naturalismo, el color, la línea, se someten a esos fines, de ahí el esfuerzo del artista por esquematizar, por conferir majestad a las imágenes sagradas; el complemento decorativo son las bandas, los motivos vegetales o los animales fantásticos; se descuida el paisaje para centrarse en las figuras religiosas.
Abadías e iglesias en el resto de Europa.
El foco más importante de Francia lo tenemos en torno a la abadía de Saint Savin (Poitou), otros elementos importantes son Ligety Montoire, se emplean tonos claros y la perspectiva se obtiene mediante la diferenciación de colores y tamaños.
También se da la influencia bizantina, que se traduce en figuras vestidas con gran riqueza (frescos de Berzé-la-Ville, Saone-et-Loire); en Italia la influencia bizantina se centra, sobre todo en Venecia y en el Sur, el mosaico marca decisivamente las formas pictóricas (frescos de ábside de San Vincezo di Galliano).
En Alemania, son interesantes los murales de San Jorge de Oberzell, en Prüfening, iglesia baja de Santa María y Clement , en Renania, o la Isla de Reichenau, este último importante centro monástico con una abadía y varias iglesias donde pervivía la tradición otoniana.
Esmaltados.
En este período cobra gran importancia el esmalte, al principio se centra en la región Rin-Mosela, para fijarse en el siglo XIII en Limoges; los esmaltes de Limoges no presentan la misma finura que los de la escuela anterior, pero se imponen debido a la gran producción que sale de los talleres y tienen su influencia, fuera de Francia, en especial los esmaltes en el arte pre-románico de la península ibérica por diversos motivos
Se abandona el procedimiento de tabicado y se sustituye por el de ahuecado (champlevé), consistente en distribuir la pasta vítrea en hundimientos excavados en el metal; la escuela renana tiene su obra maestra en el arca de los Reyes Magos, de la que es autor Nicolás de Verdún (fines del siglo XII).
4. La Escultura, orígenes y desarrollo.
El origen de la escultura románica unos autores lo sitúan en Francia (Cluny, Lenguadoc, zona Sena Loira) y otros en España; en todo caso, es lo cierto que en el siglo XI se trabaja ya en varios talleres de estos países, de los que salen esculturas de clara influencia bizantina.
Las primeras figuras humanas, casi siempre ausentes en el arte prerrománico, eran rígidas y convencionales, el cuerpo humano se olvida, ocultándolo entre pliegues rectilíneos de túnicas y el escultor únicamente se esfuerza en reflejar en su obra un mensaje religioso.
Deducimos que escultura era de importancia segundaria en esta primera etapa, pues el artista labraba preferentemente estatuas adosadas o relieves: ábsides, portadas, fachadas, capiteles, etc… aún a riesgo, en ocasiones, de deformar las figuras para adaptarlas mejor al marco arquitectónico, sobre todo en el siglo XII.
El Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela.
Figuras características del arte románico.
Además de figuras humanas, se prodigan los símbolos más o menos comprensibles, los seres fantásticos como las gárgolas e incluso escenas grotescas y humorísticas; más tarde, en el siglo XIII se produce una reacción contra las rigideces, los plegados y el pintoresquismo y se vuelve las miradas hacia la naturaleza y la sencillez.
Toda la escultura y la pintura románicas tendrán una clara y precisa función pedagógica, ya que era la forma más directa y efectiva de ilustrar en materia de religión, cuando a la mayoría de los fieles eran analfabetos.
Encontramos la imagen del Crucificado con los brazos muy abiertos, rígido, como hecho de una pieza, la Virgen es asimismo representada frontalmente en esta etapa, sentada en su trono, en las portadas suelen estar adosadas imágenes de los apóstoles y los profetas (en las jambas).
La figura que se más se representa en el tímpano es el Pantocrátor -Cristo en majestad-, rodeado por los símbolos de los cuatro Evangelistas (Tetramorfos), o bien el Juicio Final; al Cristo en majestad se le suele envolver en la mandorla o almendra mística.
Policromados en el románico.
En esta etapa, la escultura estuvo subordinada a la arquitectura; esculpir fue el medio para decorar la arquitectura románica; se esculpían partes importantes de la estructura, sobre todo los portales o pórticos de las iglesias, los cuales se hacían con arcos de medio punto.
Sobre la puerta, en el tímpano se ubicaba el tema principal, generalmente la imagen de Cristo Juez rodeado por los veinticuatro ancianos del Apocalipsis, o la Virgen en el trono con el Niño.
Uno de los más famosos portales es el pórtico de la Gloria, en Santiago de Compostela en España; son también muy valiosos los capiteles de las columnas en las iglesias y en los claustros de los monasterios como los de Santo Domingo de Silos, en Burgos, España, con temas muy variados, desde formas geométricas y vegetales hasta animales fantásticos y monstruos que tienen un especial valor simbólico.
Artículo escrito por José Jara – Profesor de Historia de la Medicina. Universidad Francisco de Vitoria
¿A quién se deben los primeros hospitales?
Puede que muchas personas no sepan responder a la pregunta sobre cómo aparecieron los primeros hospitales. Sin embargo, la respuesta a esta cuestión es la clave para entender muchos otros sucesos que ocurrirían más tarde. Durante los siglos que abarcan la civilización mesopotámica, el desarrollo de la Grecia clásica y los primeros tres siglos del Imperio Romano, a nadie se le ocurrió fundar un hospital.
En este largo periodo de tiempo de las civilizaciones que consideramos el fundamento de nuestra cultura actual, sólo tenemos noticia de la existencia de los templos de Asclepio, en Grecia, como lugar al que acudían losenfermos aquejados de diversos males buscando una curación milagrosa a través del sueño en una noche de estancia en los mismos.
Hospital de campaña en la Columna de Trajano
Por otra parte, sabemos de los hospitales militares de campaña denominados valetudinaria que acompañaban en sus campañas a la Legiones del ejército romano, pero en todo este tiempo no hay noticias de auténticos hospitales de crónicos.
Los enfermos se atendían en la propia vivienda familiar o quedaban expuestos a la caridad pública malviviendo de limosnas en las calles de las urbes o, lo que es peor, siendo expulsados de la comunidad con el descalificativo de ser “impuros”.
FABIOLA
CONSTATINO EL GRANDE
Toda esta situación de desamparo cambió a partir del siglo IV d.C. con el Edicto de Constantino en el año 313, cuando tras ser concedida la libertad a los cristianos para ejercer su religión y participar en la vida pública, una mujer llamada Fabiola, patricia romana, después de su conversión comienza a ejercer una actividad nunca antes descrita en la Roma imperial.
Según cuenta el autorizado testimonio de san Jerónimo “Ella fue la primera que construyó un hospital para acoger a todos los enfermos que encontraba por las calles: narices corroídas, ojos vacíos, pies y manos secas, vientres hinchados, piernas esqueléticas, carnes podridas con un hormiguero de gusanos, … Cuántas veces, personalmente ella cargó con enfermos de lepra que otros, también hombres duros, no acertaban ni siquiera a mirar. Ella les daba de comer y hacía beber a aquellos cadáveres vivientes una taza de caldo (…). Ni siquiera con cien lenguas o con una garganta de bronce podría nombrar todas las crueles enfermedades de los sufrientes pobres que Fabiola alivió de modo tan milagroso que muchos sanos llegaron a envidiar a los enfermos”.
JULIANO EL APOSTATA
Surge así el concepto de “hospital” como lugar en el que se practica la hospitalidad, la acogida, con quienes antes se encontraban desvalidos, sin tener adónde ir ni quien les atendiera en el trance sus enfermedades.
Este revolucionario concepto de asistencia institucionalizada, además, no constituyó un hecho aislado sino que, a partir de su puesta en práctica inicial, dio lugar a una extensa red de asistencia desarrollada por parte de los nuevos cristianos que, de este modo, hacían que palabras de Jesús recogidas en los Evangelios tales como “lo que hagáis con estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hacéis” (Mt 25, 31-46), no se quedaran en letra muerta sino que se convirtieran en un estímulo para una intensa acción de ayuda humanitaria que se fue propagando por el Imperio Romano.
De hecho, resulta muy clarificador para valorar la trascendencia de la nueva situación creada, recordar que cuando el emperador Juliano el Apóstata (331-363 d.C.), llamado así por su apostasía de la religión cristiana en la que fue educado, decidió reimpulsar de nuevo los cultos paganos, una de sus primeras medidas fue intentar convencer a los sacerdotes de esos cultos de que se implicaran en obras asistenciales siguiendo el ejemplo del cristianismo, ya que veía en esa asistencia institucional uno de los motivos por los que cada vez más personas se unían a este nuevo culto religioso.
De hecho, en una carta dirigida al clero imperial, observó que consideraba “vergonzoso que cuando ningún cristiano jamás tiene que mendigar y los impíos galileos sostienen no solo a sus propios pobres sino también a los nuestros, todos ven que nuestro pueblo no recibe ayuda de nosotros”. Es obligado decir que este empeño del emperador tuvo poco éxito y fue recibido con escepticismo por los sacerdotes paganos, que se habían convertido en un tipo más de funcionarios del imperio.
Sin duda, sería deseable que todo esto pudiera ser enseñado a las nuevas generaciones, tanto en el currículum escolar como en los planes de estudio de nuestras universidades, ya que recordar nuestras raíces puede ser el modo más apropiado de valorar todo lo bueno de lo que somos herederos y beneficiarios gracias a los que nos precedieron en el camino de la Historia. Todo un reto que deberíamos asumir urgentemente.
REFERENCIAS
San Jerónimo. Carta 77, 6. Texto citado en: Luca Borghi. Breve Historia de la Medicina. Ediciones Rialp. 2018. p 60.
Paul Jonson. La Historia del Cristianismo (II). Penguin Random House Grupo Editorial SAU. 2018. p 29.
Te contamos ¿qué recoge la Carta de la UE sobre el derecho a la vida? y las consecuencias de la proposición de Macron
Este miércoles 19 de enero, el presidente francés Emmanuel Macron durante su intervención ante los miembros del Parlamento Europeo en Estrasburgo (este de Francia) ha instado a revisar la carta de derechos para incluir al aborto como derecho fundamental.
Macron, que asumió la presidencia rotatoria del Consejo de Europa, y que preside desde el 1 de enero y hasta el 30 de junio de 2022 se propone según sus palabras «actualizar» la Carta de Derechos Fundamentales de la UE, «para ser más explícitos en el reconocimiento del derecho al aborto o en la protección del medio ambiente», dijo.
Macron quiere dejar su impronta en la presidencia del Consejo de Europa para según él «dar nueva vida al pilar del derecho que forja esta Europa de valores fuertes.»
Los valores fuertes a los que hace alusión el mandatario francés, deberían ser defender la familia, la vida y la dignidad de la persona, que por supuesto, olvida mencionar. Y sin embargo si está preocupado por dar categoría de derecho fundamental al aborto, contraponiendo el supremo derecho de la vida.
Como esta realidad es indefendible, necesita envolver este atentado contra la vida humana, con algo más decoroso, como son los nuevos postulados de la defensa del medio ambiente, que quiere también explícitamente incluir en la Carta de Derechos Fundamentales de la UE.
¿Qué recoge la Carta de la UE sobre el derecho a la vida?
La Carta de la UE, ratificada por los Estados miembros en el año 2000, reconoce el derecho a la vida en su artículo 2.1: «Toda persona tiene derecho a la vida», y explicita que «Nadie podrá ser condenado a la pena de muerte ni ejecutado». Para poder incluir el «derecho» al aborto tendrán que reformular el derecho fundamental a vivir de toda persona, abriendo así la puerta a otros atentados contra la vida humana, como el supuesto «derecho» al suicidio asistido (eutanasia) dando carta de naturaleza a poder decidir libremente sobre el don sagrado de vida. Y desprotegiendo así a los más débiles: los bebés no nacidos en el vientre de una madre, los ancianos, muchas veces solos y desamparados, y a cargo del Estado, familia u otra institución, y otras personas en situación de vulnerabilidad. Ésta es una peligrosa pendiente en la que ya lleva muchos años inmersa la UE, en contra de los principios cristianos en los que se inspiraron los padres fundadores de la Unión Europea.
Conviene recordar, que las ideas primigenias de la formación de una Europa unida nacen de una visión cristiana de la misma, sobre todo por parte de Robert Schuman, ya beatificado por la Iglesia Católica y en proceso de canonización,
y Alcide de Gasperi, en proceso de beatificación. En este trabajo se analiza la visión cristiana de ambos políticos, junto a las ideas de Konrad Adenauer, el padre del milagro económico alemán de la postguerra, y Jean Monnet. Unas ideas cristianas que contrastan con la redacción de la actual Constitución europea que culminará el proceso de integración europeo, tanto desde una visión económica con la formación de una Unión Económica y Monetaria (UEM) como, en un futuro, desde la política. Fuente: UNISCI Discussion Papers, Nº 14 (Mayo / May 2007)
El Parlamento Europeo votó en junio de 2021 a favor de un informe que describe el aborto como «atención sanitaria esencial» y que pretende redefinir la objeción de conciencia como una «denegación de atención médica».
Los miembros de la asamblea votaron por 378 votos a favor, 255 en contra y 42 abstenciones para adoptar el texto, conocido como el Informe Matić, en una sesión plenaria en Bruselas, Bélgica.
El informe también declaró que las violaciones de «la salud y los derechos sexuales y reproductivos» son «una forma de violencia contra las mujeres y las niñas.»
La mayoría de los 27 Estados miembros de la UE permiten el aborto a petición o por amplios motivos sociales, excepto Malta y Polonia, que cuentan con sólidas leyes provida.
El 1 de enero, Francia asumió la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea, que negocia y adopta las leyes de la UE con el Parlamento Europeo.
Pide al representante de la Iglesia en la UE, el Cardenal Jean-Claude Hollerich, Presidente de la Comisión de Obispos de las Conferencias de la UE (Commission of the Bishops’ Conferences of the European Union, COMECE) que haga una declaración que invite a retractarse al presidente francés Emmanuel Macron sobre su intención de proponer al aborto como derecho fundamental en la Carta de Derechos Fundamentales de la UE.
Firma esta petición para pedirle al Cardenal Jean-Claude Hollerich, (Presidente de la Comisión de Obispos de las Conferencias de la UE) que exhorte al presidente francés Emmanuel Macron a retirar su petición de incluir al aborto en la Carta de Derechos Fundamentales de la UE.
El aborto en ningún caso podría ser considerado como un derecho fundamental, nadie tiene el derecho a eliminar una vida humana. Y sin embargo la Vida sí hay que protegerla, como recoge el artículo 2.1 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE, que dice textualmente:
‘Toda persona tiene derecho a la vida’.
Cualquier país o sociedad que quiera progresar tiene que hacer valer los derechos de los más débiles, en todos los estados de vida, también de los no nacidos.
Como ciudadanos y católicos tenemos el deber de defender la vida humana desde su concepción hasta la muerte natural, tal y como la Iglesia Católica recoge en el Catecismo. Si no, nos convertimos en cómplices y verdugos.
¡Ayúdanos a hacer llegar esta petición al cardenal Hollerich, como representante de la Iglesia en Europa!. Para que evitemos a toda costa, que la UE traicione los valores por los que fue fundada.
EL ESCORIAL, FELIPE II Y ESPÍRITU DE LA CONTRARREFORMA
Como todas las obras de arte que merecen nuestra admiración, expresa necesidades, temores, inquietudes, emociones y nos ayudan a entender el momento histórico en que se creó. Se trata de mucho más que un monasterio y un Real Sitio. Declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1984, este grandioso monumento refleja el espíritu de su época.
Construido entre 1563 y 1584 por Felipe II, rey de formación humanista y que, lejos de la imagen fría y tétrica que nos ha dejado la Leyenda Negra, fue un gran mecenas, sensible y amante de las artes. Y, sobre todo, un hombre de fe profunda. Cada cuadro, cada obra, responde a unos intereses muy concretos: reflejar el espíritu de la Contrarreforma Católica. En efecto, la fundación del Monasterio de El Escorial supuso una decisiva respuesta, a escala grandiosa, a las ideas heréticas surgidas en el Norte de Europa con el protestantismo. Todos los presupuestos emanados del Concilio de Trento, quedan aquí integrados, como veremos.
FELIPE ll
Repasemos brevemente el momento histórico y la persona de Felipe II. Los complejos y múltiples problemas que tuvo que afrontar Felipe II durante su reinado, irán cambiando su personalidad, sus sentimientos y su imagen. Desde aquel principesco retrato de Tiziano para sus esponsales con María Tudor en 1551, el de Antonio Moro en 1560 con motivo de la Batalla de San Quintín, hasta el que le hiciera Sofosba Anguissola en 1573 – de luto riguroso – han pasado muchos años, duros y difíciles, de traiciones y muertes, que dejan huella en el monarca. El tono grave y sobrio de esta segunda etapa de su reinado se manifiesta igualmente en la literatura -cumbre de la ascética y la mística-, la música, la pintura, la arquitectura de Herrera y en la austera vida social y cortesana.
Felipe II se había convertido en el mayor rey del planeta. Cuando murió en 1598, el Imperio Español era el más extenso del mundo, con dominios europeos, posesiones americanes, africanas y asiáticas ¡Un Imperio donde nunca se ponía el sol! Asimismo, en 1580 con la anexión de Portugal, los dos grandes imperios ultramarinos de la Península se unieron bajo un mismo soberano, convirtiéndose Felipe II en «señor de Oriente y Occidente». Precisamente por esto, en Europa era visto con recelo. Francia, Inglaterra, Holanda -así como el Imperio Otomano- pensaban la forma de poner límite al poder del Rey de España.
A la defensa de la hegemonía hispánica, se unía la de la religión católica. Los problemas se multiplicaban. Contra los turcos en Lepanto en 1571, la revuelta de Flandes, la contienda con los protestantes (apoyada abiertamente por la Reina Isabel I de Inglaterra) llevó al enfrentamiento abierto con Inglaterra en 1588 con el desastre de la Gran Armada. Aunque las fuerzas de la monarquía hispánica comenzaban a agotarse poco a poco, todavía quedaba lo mejor: ¡el Siglo de Oro Español!
CONCILIO DE TRENTO. Que serias corrupciones se extendían por la iglesia, era evidente desde hacía tiempo. Ciertamente, en España hubo ya reforma de la vida eclesiástica, la emprendida por el Cardenal Cisneros con el apoyo explícito de la Reina Católica, buscando un modelo moral más acorde con el mensaje evangélico.
En un contexto profundo descontento económico, desprestigio de la jerarquía eclesiástica, enfrentamientos bélicos y desorientación espiritual generalizada, merecen ser destacados tres acontecimientos y protagonistas principales:
En Alemania, el 31 de octubre de 1517, Martín Lutero, un agustino profesor de la universidad de Wittenberg, fijó sus 95 tesis enfrentándose al papado, negando los dogmas católicos y los sacramentos, el culto a la Virgen María y a los santos. Ante su actitud intransigente, fue excomulgado en 1521 en la Dieta de Worms. Sus escritos se difundieron rápidamente, gracias a la imprenta de Gutenberg, y los príncipes alemanes ven una oportunidad política en esta ruptura con Roma para conseguir más poder oponiéndose al Papa y a Carlos V emperador de Alemania, Rey de España y Nápoles.
En Francia, Calvino, más intransigente y radical si cabe encabezó otro movimiento reformista y rupturista, extendiéndose rápidamente a otros países.
Y en Inglaterra aparece el Anglicanismo, al negar el Papa el divorcio del rey Enrique VIII con su legítima esposa Catalina de Aragón que permitiera el matrimonio con Ana Bolena. El monarca rompe con Roma y se autoafirma cabeza de la iglesia.
El tremendo desgarro que habían provocado las acciones de Lutero, Calvino y los anglicanos motivaron la reacción de la Iglesia Católica: reformarse a sí misma: La Contra-Reforma. Convocado el Concilio de Trento (1545-63), se reafirman sus dogmas. Surgen nuevas órdenes religiosas que contribuyen a la educación y la enseñanza. La Compañía de Jesús, entre otras, ayudó a difundir la doctrina católica por Europa y América mediante una amplia labor educativa, fundando escuelas y universidades.
En este complejo contexto, hay que situar el monasterio de El Escorial. El mejor exponente de la cultura de la época y de la Contrarreforma católica: “Obra tan santa, tan pía, tan llena de cristiandad y de tantos provechos para todo… Donde se conserva tanta hermosura de pinturas e imágenes” (Fray José de Sigüenza). No es casual que las obras comenzaran en 1563, año de clausura del Concilio de Trento.
Edificio ideado por el monarca, el propio rey Felipe II supervisaba planos y acudía con frecuencia a comprobar el desarrollo de las obras. En este entorno encontraría el monarca el tan deseado descanso para el cuerpo y reposo para el alma. Sosiego que le negaban los graves acontecimientos que le tocó vivir. Acorde con las disposiciones del Concilio de Trento, el rey cada vez pasaba más tiempo aislado en El Escorial. Allí moriría en septiembre de 1598 después de una larga y extenuante agonía.
En el conjunto formado por convento, colegio, biblioteca, iglesia y palacio se funden lo sagrado y lo profano. La orden elegida para custodiarlo es la jerónima. No olvidemos que San Jerónimo, representa la fidelidad a la verdadera fe siendo además el traductor de la Vulgata, único texto autorizado de la Biblia en Trento. Monasterio jerónimo con centro de estudios, que, además, debía ser panteón dinástico.
RODEADO DE NATURALEZA
Lo primero que llama la atención son sus enormes dimensiones, que resaltan la percepción de la pequeñez del hombre ante Dios. Siendo Felipe II gran amante de la naturaleza, como obra maestra del Creador, quiso rodearse de jardines donde se investigaban especies traídas del Nuevo Mundo y se cultivaban plantas medicinales para centros benéficos y hospitalarios. Un auténtico jardín botánico- científico.
El arquitecto Juan Bautista de Toledo realizó un primer proyecto: monumental, austero y sobrio. Fallecido en 1567, se hace cargo Francisco de Herrera, quien continua con las indicaciones recibidas del monarca: «nobleza, sencillez y severidad sin ostentación». Elegancia, orden, jerarquía, proporciones. Al “estilo herreriano”, inspirado en Palladio, lo define la pureza de líneas – predominando horizontales- desnudez decorativa, formas geométricas (cubos, pirámides, esferas). El cubo simboliza orden, estabilidad, perfección duradera, solidez, lo invariable, todo lo firme: es decir, la Iglesia Católica. El cubo desplegado representa la cruz de Cristo: verdad y perfección. La esfera simboliza infinita. El cubo junto a la esfera, manifiesta la totalidad terrestre y celeste, finita e infinita.
Planta del Monasterio
La planta del Monasterio es compleja por sus diversas funciones. Básicamente existe un eje principal: iglesia, panteón y estancias reales. A la derecha quedaría el monasterio y a la izquierda el colegio. Toma la traza simbólica de una parrilla en recuerdo del martirio de San Lorenzo, cuyo día (10 de agosto de 258) coincidió con la primera victoria del rey, en la Batalla de San Quintín el 10 de agosto de 1557. En aquel momento convulso para la Iglesia, la sangre de los mártires recuerda la fortaleza de espíritu a pesar de las adversidades. Recordemos brevemente su historia. San Lorenzo, diácono, apremiado por el prefecto de Roma (durante la persecución a los cristianos ordenada por emperador Valeriano) para que le trajera los tesoros de la Iglesia, le llevó a los pobres y enfermos de la ciudad. ¡Semejante ofensa fue castigada con la muerte! Dios le infundió valor y valentía, siendo ejemplo de vida entregada y generosa- hasta el extremo- al servicio del necesitado, tanto material como espiritual.
PATIO DE LOS REYES
Superado el ingreso, atravesamos el Patio de los Reyes, grandioso atrio de la basílica. Los reyes de Judá, custodios del Templo de Jerusalén, nos miran en nuestro caminar hacia el Templo de Dios, la Domus Dei, presente realmente en la Eucaristía. Fue el padre Sigüenza quien primero estableció la comparación del monasterio con el Tabernáculo de Moisés y el Templo de Salomón.
La Basílica, verdadero núcleo del conjunto, culmina en el presbiterio donde, tras subir 12 escalones (número simbólico: 12 tribus de Israel, 12 apóstoles) se dispone el Altar Mayor. El retablo expone la Historia de la Redención y el camino de la Salvación, con un lenguaje claro y decoroso, adecuado a las disposiciones tridentinas, obra de Federico Zúcaro y Pelegrino Tibaldi. Resaltan los perfiles de las esculturas en bronce dorado a fuego realizadas por Pompeo Leoni.
CRUZ DEL RETABLO
Representan los 4 Padres de la Iglesia -San Jerónimo y San Agustín, San Ambrosio y San Gregorio- y los 4 evangelistas. Nos transmiten respeto a la tradición, la Sagrada Escritura, los dogmas…En la parte superior, San Andrés -patrón de la casa Borgoña- y Santiago Apóstol, primer evangelizador y patrón de España. En la cúspide, San Pedro y San Pablo, columnas de la Iglesia Católica. Dato interesante: la cruz del retablo mayor se hizo con madera del barco con el que Elcano completó en 1522 la 1ª vuelta al mundo iniciada en 1519. La Iglesia es Una, Santa, Católica y Apostólica.
El Sagrario
Y, centrado, en el lugar más destacado y señalado, el Sagrario guarda el mayor tesoro de la Iglesia, su verdadera riqueza: el Cuerpo Místico de Cristo: dogma de la Transubstanciación. Flanqueado por los lienzos de la Adoración de Magos y de pastores. Ante Dios, toda rodilla se doble, también el poder temporal. Es aquí donde se acentúa de forma más acusada la carga expresiva y simbólica de todo el monumento. Realizado en mármoles polícromos por Jacome Trezzo, según trazas de Herrera, y figuras en bronce de Leoni Leone.
La Coronación de la Virgen como reina y Señora de todo lo creado se representa en la bóveda, obra del italiano Lucas Cambiasso. De nuevo, confirmación de los dogmas emanados del Concilio de Trento. España, tierra de María, extenderá el culto a la Virgen por todos los territorios de Hispanoamérica.
Recordemos que otro de los propósitos de la construcción del Monasterio era servir de lugar de enterramiento de los reyes. A los lados de Altar Mayor, lo más cerca posible de Dios en la tierra, se situaron los cenotafios de Carlos V y Felipe II acompañados de sus familiares. Fueron encargados a Pompeyo Leoni en bronce dorado y policromado, dando una imagen áulica y majestuosa de los soberanos. Las figuras orantes en actitud de perpetua adoración al Santísimo Sacramento, nuevamente expresan una idea clara del compromiso de defensa del catolicismo por la Monarquía española. Reconocemos a Felipe II, a su cuarta mujer Ana de Austria, madre de Felipe III. Detrás, su primera esposa, María Manuela de Portugal. Al lado de ella, el problemático hijo de ambos Don Carlos, y la tercera esposa, la bellísima Isabel de Valois. En el lado opuesto Carlos V y la 5 Emperatriz Isabel de Portugal; detrás, su hija la emperatriz María y sus hermanas María de Hungría y Leonor de Francia.
Parece oportuno recordar aquí el Salmo 83que expresa el verdadero anhelo del creyente: vivir en Dios y para Dios.
¡Qué deseables son tus moradas,
Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo (…)
Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza
al preparar su peregrinación (…)
Fíjate, oh Dios, en nuestro Escudo,
mira el rostro de tu Ungido.
Vale más un día en tus atrios
que mil en mi casa,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados.
Porque el Señor es sol y escudo,
él da la gracia y la gloria; (…)
A los pies de la basílica, el coro decorado con grandioso fresco de Lucas Cambiasso representa La Gloria celestial presidida por la Santísima Trinidad rodeada de ángeles y santos dando gloria a Dios, destacando San Jerónimo y San Lorenzo, titulares del monasterio, y virtudes teologales.
Los relicarios de El Escorial: uno de los secretos mejor guardados de la basílica
Relicario de las Mujeres
Relicario de los Varones
Merece la pena detenernos brevemente en los relicarios.
Siguiendo uno de los preceptos del Concilio de Trento referente a la veneración de los santos, modelo de vida para el cristiano, vela encendida que ilumina nuestro caminar, Felipe II quiso dotar al Monasterio de una de las mayores colecciones de reliquias del mundo católico (muy mermado por el saqueo de tropas napoleónicas durante la Guerra de Independencia). Guardadas en sendos altares -de San Jerónimo y la Anunciación- en magníficos estuches realizados por los mejores orfebres y plateros.
Pateón de Reyes
Bajo el Altar Mayor, simbolizando el poder terreno por debajo del poder divino, quiso Felipe II que se situara el Panteón de Reyes. Cripta octogonal cubierta con jaspes, pórfidos, mármoles y bronces dorados, comenzada en 1617 por Felipe III según planos de Juan Gómez de la Mora y Juan Bautista Crescenzi. Aquí reposan todos los reyes de España desde Carlos I.
La Sacristia
La Sacristía es otra de las estancias sorprendente por su belleza y simbología. Bajo su bóveda alberga lienzos de Tiziano, Ribera, Lucas Jordán… pero centra nuestra mirada el enorme cuadro que la preside, encargado por Carlos II a Claudio Coello en 1690.
Representa la ceremonia habida el 19 de octubre de 1684 con ocasión del traslado de la reliquia de la Sagrada Forma al grandioso relicario donde se encuentra hoy, cubierto completamente por el citado cuadro de Claudio Coello. Sólo el último domingo de septiembre la Custodia se puede contemplar. Esta reliquia procede de Holanda, cuando pertenecía a la Corona Española, y tiene una interesante historia. Habiendo sido profanadas y pisoteadas las Formas Consagradas por un grupo armado de protestantes, una de ellas comenzó a sangrar tras ser aplastada con la suela claveteada de una bota militar. La noticia de este milagroso suceso se extendió por toda Alemania. Hoy todavía pueden verse en esta reliquia las tres roturas y marcas de los clavos de la bota del soldado profanador – quien, por cierto, después se convirtió e hizo religioso franciscano- y las manchas de color rojizo. La Eucaristía: Vida de la Iglesia.
Es LA BIBLIOTECA, una de las mejores del mundo, pieza fundamental en el plan del rey humanista Felipe II. Se encuentra justamente sobre la entrada principal, en el centro del edificio como nexo de unión entre la cultura sagrada (convento) y la profana (colegio), significando que fe y razón se apoyan mutuamente.
Su bóveda, pintada al fresco por Tibaldi y Pellegrino, se centra en temas teológicos y filosóficos. Eminentes intelectuales de la época seleccionaron sus ricos fondos documentales. Enriquecida por Felipe III y Felipe IV, custodia piezas bibliográficas de incalculable valor, que por falta de espacio es imposible detallar.
Por último, los claustros del monasterio también siguen fielmente los dogmas tridentinos. El de los Evangelistas, centrado por un templete octogonal de Juan de Herrera con los 4 Evangelistas que nos muestran el libro abierto: la Palabra de Cristo sustenta el Templo de Dios.
Patio de Mascarones
En cuanto al PALACIO DEL MONARCA, se articula en torno al patio de los Mascarones. La ausencia de espacios de ostentación lo convierten en auténtico lugar de retiro espiritual. Destacar, embutidos en el pavimento, dos grandes relojes solares que recuerdan la idea – tan cercana a las ideas contra-reformistas – del tiempo que pasa, “Tempus Fugit”, y la necesidad de aprovecharlo bien para ganar la Vida Eterna: las obras sí importan para la salvación del alma, al contrario de la teoría de la predestinación defendida por protestantes.
Son estancias amplias y llenas de luz cuya decoración reproduce la solemne austeridad habitual en los interiores del siglo XVI español. Muros lisos encalados, suelos de barro, zócalo de azulejos, muebles sobrios pero sólidos. Descartado el lujo de otras cortes europeas, confiesan las prioridades que deben guiar la vida terrena, rechazando las riquezas mundanas. Sólo somos peregrinos en este mundo, donde el exceso de “equipaje” dificulta nuestro camino hacia el Cielo.
Cuarto del Rey Felipe II
Una de las salas más interesantes es el Cuarto del Rey, siguiendo el modelo de Yuste para Carlos V, permitía al monarca seguir los actos litúrgicos. En esta cama murió el monarca el 3 de septiembre de 1598.
Sala de las Batallas
Llamativa es la Sala de las Batallas, donde a lo largo de sus 50 metros los pintores Nicolás Granello y Fabricio Castello representaron escenas de batallas ganadas por los españoles contra los herejes. Además de documento descriptivo de estrategias militares y armas, completan la imagen del compromiso de España como defensora de la religión católica.
Sólo un apunte más: la espléndida pinacoteca reunida a lo largo de los siglos, con lienzos de El Greco, Tiziano, Tintoretto, El Bosco, Van Dyck, Van der Wayden, merecería un capítulo aparte.
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