La temporada pasada, el anterior entrenador del equipo asturiano, Rubí, decidió que el sacerdote Fernando Fueyo no podía entrar en los vestuarios (ni nadie ajeno al equipo) para no desconcentrar a los futbolistas. Con ello, terminó con la tradición de rezar antes de los encuentros.
Muy efectivas no fueron las medidas de Rubí, ya que después de dos temporadas en Primera, el conjunto volvió a bajar a Segunda División. Desde Enraizados, recogimos firmas para que el presidente repensara esta decisión del entrenador. Y por fin Pueyo puede volver a los vestuarios a orar con el equipo.
Laicistas radicales y algunos de los seguidores del Sporting nos insultaron por twitter, aunque otros hinchas aplaudieron nuestra campaña.
Como ha dicho el sacerdote, “las buenas costumbres no hay que perderlas». Y ha sido el nuevo entrenador, Paco Herrera, el que ha vuelto a esta buena costumbre que el anterior quitó. ¡Enhorabuena al Sporting!