Aunque podéis descargaros el documento completo en www.vatican.va, os dejamos algunos fragmentos para ir abriendo boca:
– El Papa invita a “recuperar la frescura original del Evangelio”, encontrando “nuevos caminos” y “métodos creativos”, a no encerrar a Jesús en nuestros “esquemas aburridos”.
– Signo de la acogida de Dios es “tener templos con las puertas abiertas en todas partes” para que todos los que buscan no se encuentren “con la frialdad de unas puertas cerradas”.
– Subraya la necesidad de hacer crecer la responsabilidad de los laicos. Afirma que “es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia”. Señala que los jóvenes deben tener “un protagonismo mayor”.
– Francisco dice que la homilía “debe ser breve y evitar parecerse a una charla o una clase”, debe “hacer arder los corazones”, huyendo de “una predicación puramente moralista o adoctrinadora”.
– El Papa denuncia el sistema económico actual: “es injusto en su raíz”. “Esa economía mata” porque predomina “la ley del más fuerte”. Vivimos en una “nueva tiranía invisible, a veces virtual”, de un “mercado divinizado” donde imperan la “especulación financiera”, “una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta”.
– Denuncia los “ataques a la libertad religiosa” y “las nuevas situaciones de persecución a los cristianos».
– Insistiendo en “el aporte indispensable del matrimonio a la sociedad”, subraya que “el individualismo posmoderno y globalizado favorece un estilo de vida que desnaturaliza los vínculos familiares”.
– El Papa Francisco recuerda el derecho de los pastores “a emitir opiniones sobre todo aquello que afecte a la vida de las personas”.
– “Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres… no se resolverán los problemas del mundo”, afirma.
– El Papa invita a cuidar a los más débiles: “los sin techo, los toxicodependientes, los refugiados, los pueblos indígenas, los ancianos cada vez más solos y abandonados” y los migrantes, por los que exhorta a los países “a una generosa apertura”.
– Habla de las víctimas de la trata de personas y de nuevas formas de esclavitud.
– “Los niños por nacer, son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana”. No debe esperarse que la Iglesia cambie su postura sobre esta cuestión, añade.
– El ecumenismo es “un camino ineludible de la evangelización”, explica. Es importante el enriquecimiento recíproco “en el diálogo con los hermanos ortodoxos. También con los judíos (“El diálogo y la amistad con los hijos de Israel son parte de la vida de los discípulos de Jesús”) y con los musulmanes (“El diálogo interreligioso, especialmente con el Islam, es una condición necesaria para la paz en el mundo”). El Papa implora “humildemente” para que los países de tradición islámica aseguren la libertad religiosa a los cristianos, también “¡teniendo en cuenta la libertad que los creyentes del Islam gozan en los países occidentales!”.
– “Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los demás”, subraya Francisco.