Al final hay un apartado donde se relatarán los favores, inspiraciones, ideas y hechos relacionados por la intercesión de la sierva de Dios, ISABEL.
Siempre se concluirá con la estampa y oración para que interceda por cualquier intención que podamos tener y para pedir su pronta beatificación.
SEMBLANZA
Isabel la Católica MADRAZO Y KUNTZ, LUIS DE Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado
Un tema que causa roces, la expulsión de los judíos
Cuando se habla de la expulsión de los judíos, gracias a la leyenda negra, todos piensan en España y en la Reina Isabel.
Sin embargo, es frecuente olvidar que:
- fueron expulsados por Marruecos hace escasos 50 años;
- en el siglo I fueron expulsados por el emperador romano Claudio;
- en el Antiguo Testamento se cuenta la expulsión decretada por Nabuconodosor;
- sufrieron el exterminio realizado por el propio Mahoma en La Meca en el siglo VII;
- en Europa, en el siglo XII llegaron incluso a España los judíos rusos expulsados por los cumanes; a fines del siglo XIII los judíos del sudoeste Francés expulsados por Eduardo I rey de Inglaterra y duque de Aquitania; en el siglo XIV los judíos del dominio real francés y el Languedoc expulsados por Felipe IV (el Hermoso) para quedarse con sus riquezas, al igual que lo hizo con los templarios. También los judíos de Inglaterra y Alemania fueron expulsados por sus soberanos.
España fue la última nación europea entre los siglos XIV y XV que los expulsó, pero nos llevamos todos los palos.
El 31 de marzo de 1.492 los Reyes decretan su expulsión, dando un plazo de cuatro meses para abandonar el territorio español, al que luego se añadieron 9 días, por el tiempo en que el decreto tardó en llegar a su conocimiento general.
Para el que quiera saber más recomendamos que lean a Luis Suarez Fernández, Documentos sobre la expulsión de los judíos, Madrid 1.964, ahorrándose de ir y consultarlos en el Archivo de Simancas o el mucho más ameno Imperiofobia y Leyendo Negra de María Elvira Roca Barea, Madrid 2.016. A lo mejor la reina Isabel opera el milagro.
Resumidamente podemos atenernos a lo que señalan los estudiosos a los que encargó la Iglesia la biografía de la Reina Isabel:
El Decreto de suspensión del permiso de permanecer en el Reino (vulgarmente «expulsión») de la Comunidad judía fue un acto dolorosísimo para el corazón de Isabel; más de diez años le costó tomar una tal decisión; el dolor se transparenta en las motivaciones del Decreto.
Esto quiere decir que tuvo que vencer su resistencia interior con gran fortaleza. Dicha fortaleza nos da la medida de su amor a la fe cristiana, por la que asumió tan tremenda responsabilidad al verla en grave peligro por la pertinacia judía en fomentar sistemáticamente el proselitismo.
Adviértase que el problema era primariamente político: la unidad religiosa revestía esa naturaleza; pero aquí nos interesa poner de relieve el aspecto religioso y el espíritu cristiano de nuestra Reina inspirador de la acción política.
Deber de conciencia.—La expulsión de los judíos fue decretada por un deber religioso de conciencia. La Reina había jurado solemnemente ante el pueblo observar las leyes del Reino, y la ley del Reino era la fe cristiana; atentar contra la unidad católica era atentar contra «la ley del Reino». Además había consagrado su reinado a Dios ofreciéndole el estandarte por las manos de un sacerdote en la iglesia de S. Miguel, y había igualmente jurado obedecer a los mandamientos de la Iglesia; por eso, retener en aquellas circunstancias a la Comunidad judía en el Reino, lo que dependía sólo de ella, era contra el juramento y consagración.
Fidelidad a la Dinastía—Este deber de conciencia religioso toma matices y valor especial tratándose de la Dinastía visigoda en la que los Reyes creían ser «lugartenientes» de Dios para el gobierno del pueblo. Isabel misma escribió lapidariamente en las ordenanzas Reales de Castilla (1484): «A los Reyes y Príncipes de la tierra Dios encomendó la defensa de la Santa Iglesia» (Lib., I, tit. III, ley II).
Esperanzas frustradas—Consta que el motivo principal por el que se permitía a la Comunidad judía su permanencia en Castilla y le dispensaba la Reina tanto favor y protección era la esperanza de la conversión. Frustrada esta esperanza, o más bien, comprobado el peligro contrario para los cristianos, la lógica pedía la expulsión.
Planteamiento religioso del problema—Los Reyes emanan el edicto después de haberlo consultado con personas «de ciencia y conciencia y habiendo habido sobre ello mucha deliberación». El problema se planteaba, pues, delante de Dios.
El Edicto, entre los motivos que hubiera podido alegar, se centra exclusivamente en éste: «lo cual ha redundado en gran daño, detrimento y aprobio de nuestra santa fe católica».
Favor a los convertidos.—La Reina procuraba de todos los modos la conversión de los judíos. Ante todo se atenía a las leyes de las Siete Partidas que mandaban honrar al que se. convertía y castigar a los que injuriasen a ellos o a su familia. Prometía un trato de favor a los que se bautizasen; los Reyes mismos apadrinaron a algunos personajes que lo hicieron; les condonaban las deudas que acaso tenían con la Corona; se prolongó la protección a los que quisiesen volver hasta 1499: una especie de «ius postliminii» sui generis
Sobre los musulmanes que vivían en sus reinos, mandó la Reina decir al Sultán de Babilonia por boca de Pedro Mártir de Anglería que «nuestra santa ley quiere que puedan ser atraídos a ella por razones o por dones». Por lo demás garantizó siempre la libertad religiosa y de conciencia con un criterio constantemente observado que aprobaría el Concilio Vaticano II (D.H. 6, c.; 7c) y expresado con suma sencillez en las instrucciones a Pedro Mártir: «..si por ventura os dixere que non han sido bien tratados los dichos moros, dezirle eys que la verdad es…; porque según nuestras leyes no deben ser agraviados ni maltratados, estando y biviendo pacíficamente en nuestros rreynos e señoríos e nofaziendo subversiones ni escándalos contra nuestra fe es decir, si respetan el orden público» .
El favor concedido a la Comunidad judía y la paciencia usada con ella es más de admirar por cuanto la sociedad europea de entonces le era sumamente adversa. Ya en las tres primeras cruzadas fueron casi exterminados los judíos palestinenses, en 1348-1349 se hizo estrago de 300 comunidades israelitas en los territorios germánicos, siguió la expulsión de Inglaterra en 1390, de Francia en 1394, de Portugal en 1497 y de Navarra en 1499. Lutero y su ruptura no les fue menos contrario.
ARTÍCULOS SOBRE ISABEL
Queremos recomendarte dos artículos de España en la Historia sobre la reina Isabel. Esta iniciativa está dedicando un artículo mensual a la figura de la Reina. Estaría genial que les dejases un comentario:
I. ISABEL LA CATÓLICA: HIJA, HERMANA, INFANTA, PRINCESA Y REINA DE CASTILLA
II. ISABEL LA CATÓLICA Y LA REFORMA HISPÁNICA DE LA IGLESIA
NOTICIAS
El pasado 22 de Abril, celebramos el 570 aniversario del nacimiento de la reina Isabel de Castilla, con más de 80 Eucaristías pidiendo por su beatificación en todo el mundo. Principalmente en España e Hispanoamérica pero me gustaría destacar otros lugares tan emblemáticos como la Parroquia San Antonio de Jaffa, el Convento del Campo de los Pastores en Beit Sahour, Belén, ambos en Tierra Santa o el Convento de San Antonio en Alepo, Siria y la Capilla de San Vicente de Paúl en Salónica, Grecia.
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Misa en la Capilla Real de Granada
El mismo día hubo diversas ofrendas florales ante los monumentos dedicados a la Reina, ofrecemos imágenes de algunas de ellas, empezando por la ofrenda floral de Enraizados:
Homenaje ©Enraizados.org a Isabel. Monumento a la Reina Isabel I la Católica. Pº Castellana, 80 Madrid
Ofrenda ante el túmulo de los Reyes Católicos en Granada.
VIDEO
Te animo a ver este video realizado por HM Televisión sobre la Reina donde disfrutamos de las intervenciones del quizás mejor conocedor de la Reina y hombre y maestro prudente D. Luis Suárez junto con otros testimonios muy valiosos (Cardenal Cañizares, D. Vicente Vara, y un largo etcétera)
FAVORES RECIBIDOS
Por favor, si cree que por la intercesión de Isabel ha obtenido algún favor: encontrar un pendiente perdido, recuperar unos documentos, encontrar un trabajo, recuperar a un amigo, etc, escríbalo, no solo se precisan milagros o actos extraordinarios para su inscripción en el libro de Beatos, también una aureola de santidad con pequeños y a veces insignificantes favores obtenidos por su intercesión.
Hemos recibió recientemente un mail, atendiendo a nuestra solicitud, con este texto que trascribimos:
«He recobrado mi valor y autoestima y Confianza en Dios al leer lo enviado. Vivo circunstancias económicas y de desarrollo personal poco alentadoras.
Soy hijo de madre española nobleza intitulada gallega y padre judío converso al catolicismo. Soy doctor en Derecho 61 años casado católico. Ex Profesor Agregado Universidad Católica de Montevideo Derecho Canónico.
Como dijeron cualquier detalle ínfimo servía envío este testimonio. Si puedo decir por mi sangre judía que nada obsta a la causa el tema judío.
Soy de sangre ashkenazim pero mi padre tenía en su biblioteca un libo de Valeriu Marcu, La expulsión de los judíos de España y este autor judío con objetividad trata el tema y exonera de responsabilidad a Isabel y traslada la culpa a su confesor el fraile dominico Torquemada quien le puso a ella pruritos de conciencia si no procedía con los judíos. Evidentemente Torquemada un descendiente de conversos judíos era un alma acomplejada. Esto último es mío.
Atentamente
Dr. Pablo Santiago H.»
