¿Puedo rezar a Isabel la Católica? ¿Puedo aplicar una
misa con esa intención?

▪ Primero: Isabel I de Castilla, la Católica, es sierva de Dios, por tanto, la Iglesia ha reconocido, al admitir a trámite su proceso de canonización, que existe entre los fieles una fama de santidad y signos difusa, es decir que el Pueblo de Dios le reza y se siente acompañado por su intercesión.

  • Facebook
  • Twitter
  • Gmail
  • LinkedIn

Isabel La Católica Estatua en el Palacio Real de Madrid ⒸJuan Carlos García

No es una sentencia cierta de que goza de la presencia divina y sea un ejemplo para los fieles. Tal sentencia sólo la puede dar la Sede Apostólica. Pero sí que se dan las condiciones para que esta opinión difusa entre los fieles pueda ser estudiada. No teniendo una sentencia definitiva del Papa, no puede recibir culto público (no tiene, en ese sentido, una misa que se le pueda decir, como a san José, o a san Francisco), lo que se puede hacer es invocarla en privado pidiendo su intercesión, por ejemplo, por un enfermo. Para rezar se pueden usar distintos formularios: la oración aprobada por el obispo que está impresa en su estampa, la novena, o una oración tradicional como el rosario, aplicado siempre con esta intención.

 

  • Facebook
  • Twitter
  • Gmail
  • LinkedIn

Oración Isabel La Católica Estampa de la Comisión

El que no tenga su misa propia, que aprobará el Papa si D.m. llega su beatificación, si se puede aplicar misas con la intención particular que queremos encomendar. La misa se ofrece a Dios, por ejemplo, para darle gracias por una curación atribuida a la intercesión de la reina Isabel, o para pedir por un enfermo que hemos encomendado a la reina Isabel. En ese caso el formulario de la misa será de acción de gracias, o de petición por un enfermo, o con los textos propios del día, pero se dirá con esa intención del que la ofrece.

  • Facebook
  • Twitter
  • Gmail
  • LinkedIn

Isabel La Católica Estatua en la Galería del Patio del Príncipe Palacio Real de Madrid ⒸJavier Milans del Bosch

 

▪ Segundo: La sentencia que esperamos del Santo Padre,

como hemos dicho, en realidad nace del fervor del Pueblo de Dios que ha venerado al siervo de Dios (en nuestro caso la reina Isabel), lo ha invocado en sus necesidades, por tanto, si se han estudiado su vida, sus virtudes, y los milagros que se le atribuyen, y ha podido llegar a ser reconocido como santo, es porque ya el Pueblo de Dios lo ha tenido como tal, lo ha invocado, y esa opinión ha sido confirmada por la Sede Apostólica.

  • Facebook
  • Twitter
  • Gmail
  • LinkedIn

Doña Isabel la Católica en la cartuja de Miraflores.
Luis Álvarez Catalá ©Museo del Prado

▪ Tercero: Como venimos diciendo si Isabel I de Castilla es Sierva de Dios es porque en la Iglesia (Pueblo de Dios) existe una fama de santidad y signos que se han reconocido antes y durante el curso del proceso de beatificación.

No se canoniza a Isabel por su gran obra, como personaje histórico, sino se canoniza a la persona que goza de la presencia de Dios e intercede por nosotros. Por eso nos encomendamos a Isabel la Católica porque creemos en la comunión de los santos.

  • Facebook
  • Twitter
  • Gmail
  • LinkedIn

Tumba de la Reina Isabel La Católica en la ⒸCapilla Real de Granada

 ▪ Cuarto: Por tanto, rezar a Isabel, no está sólo permitido, sino que fue y es absolutamente necesario para que el proceso pudiese comenzar y pueda seguir adelante (de hecho, el estudio de los milagros atribuidos es esencial para oír la voz de Dios en el proceso).

Por eso los postuladores machacan tanto con que se rece a los siervos de Dios.

  • Facebook
  • Twitter
  • Gmail
  • LinkedIn

Isabel la Católica Rezando junto a su marido, el Rey Fernando. Retablo Mayor de la ⒸCartuja de Miraflores (Burgos)

▪ Quinto: Además de su intercesión, Isabel es también modelo,

para muchos Dios la llamó a una vocación muy especial, pero en realidad a todos nos llama a colaborar con su proyecto de amor para los hombres.

Es su puesto, eminente históricamente, lo más importante para nosotros es el celo por la gloria de Dios y por la salvación de los sus súbditos que, como reina, ella consideraba su directa responsabilidad y algo de lo que debería dar cuenta a Dios.

Es ese celo, ese ser capaces de corresponder adecuadamente a lo que Dios nos pide, una de las más hermosas gracias que podemos pedir a la reina.

  • Facebook
  • Twitter
  • Gmail
  • LinkedIn

Retrato de Isabel la Católica – Luis de Madrazo. ⒸMuseo del Prado

▪ Sexto: Pidamos, recemos, apliquemos las misas que escuchamos u ofrecemos con esa intención,

suplicando la intercesión de la sierva de Dios Isabel la Católica, por el bien de toda la Iglesia, del Santo Padre (cuanta ilusión le habrá hecho a ella en el cielo verlo llegar de esas tierras que ella quiso para Cristo y su Iglesia), de tantas intenciones particulares de personas que sufren en el cuerpo y en el espíritu y necesitan que recemos incansablemente por ellas.

  • Facebook
  • Twitter
  • Gmail
  • LinkedIn

Homenaje ©Enraizados.org a Isabel.
Monumento a la Reina Isabel I la Católica. Pº Castellana, 80 Madrid

 

▪ Séptimo: Muy importante, no nos avergoncemos de comunicar los favores que recibimos.

En los Hechos de los Apóstoles (14,3) se nos dice que el Señor “ratificaba su palabra con los signos que realizaban” sus siervos. Por ello, que el gozo de haber sido tocados por la gracia de Dios se difunda, proclamando como los antiguos cristianos las maravillas que el Señor, por intercesión de sus siervos, ha realizado en nosotros.

Recibido de la Comisión Isabel la Católica Arzobispado de Valladolid para la difusión publica a través de la Asociación Enraizados.

DESCARGA ↓ EL ARCHIVO ORIGINAL PDF

Puedo rezar a Isabel la Católica Puedo decirle misas a Isabel


  • Facebook
  • Twitter
  • Gmail
  • LinkedIn

Salida de los Reyes Católicos del Castillo de La Mota. Medina del Campo (Valladolid) Autor: Fernando Álvarez de Sotomayor 1945 Extraída del artículo Los Reyes Católicos: entre el amor y la política. Historia National Geographic. 2012.

  • Facebook
  • Twitter
  • Gmail
  • LinkedIn

La reina Isabel la Católica dictando su testamento Autor: Eduardo Rosales Gallinas ©Museo Nacional del Prado

Share This
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad