Jul 24, 2017 | Actualidad
“Quien se empeñe en salvar su vida, la perderá; quien la pierda por mí y por la Buena Noticia, la salvará. ¿Qué le vale al hombre ganar todo el mundo si pierde su vida?” (Mc 8,35).
En el mundo de las seguridades y la sobreprotección. Cuando todo tiene que estar bien atado, para no dejar hilos sueltos. Cuando se nos invita a buscar la seguridad, porque nunca se sabe lo que puede pasar, es bonito imaginarte saliendo al camino, a la intemperie, sin tener todas las seguridades en la mano.
Porque en la vida, a veces, hay que arriesgar. Arriesgar para darle una oportunidad a los que no la tienen. Arriesgar para buscar una felicidad que no siempre está a la vuelta de la esquina. Arriesgar para que la fe sea algo que de verdad nos llegue a la entraña. Arriesgar para llegar a amar a tu modo.
Jul 17, 2017 | Actualidad
Te llamaron loco a Ti. Y a los tuyos. Y a muchos otros hombres y mujeres en la historia. Les llamaron trastornados, chalados, insensatos, lunáticos… porque el evangelio le daba un poco la vuelta a todo.
Hoy todo es más sutil, pero al final sigue habiendo quien piensa, burlón, que tomarse demasiado en serio tu proyecto tiene algo de chifladura… ¿Y qué más da lo que digan? ¿Quién es el loco, y quien el cuerdo? Es verdad que puede parecer temerario arriesgarse a amar a tu manera, a gastar la vida sin demasiadas reservas, a buscarte aunque te nos escondas un poco.
Y, con todo, mejor ser capaces de vivir esa lógica que nos hace los más locos del mundo, y los más humanos. “Nadie da nada por nada”. “Piensa mal y acertarás”. “Todo tiene un precio”. “El que pega primero pega dos veces”. “Calumnia, que algo queda”. “Dios no existe, así que disfruta de la vida”. Refranes de siempre, eslóganes de ahora.
Y frente a ellos, se alza, desnuda, esa otra verdad tuya que invita a amar sin esperar nada a cambio. A partir tu pan con el hambriento y tu túnica con el desnudo. Esa forma tuya de tener siempre una palabra y un gesto de acogida para cada persona, al margen de etiquetas ni prejuicios. Esa forma tuya de saber que cada persona es un tesoro único que Dios ha puesto en este mundo para que dé fruto.
Jul 10, 2017 | Actualidad
Quizás es una de las dimensiones más profundas de la vida. Experimentar la vulnerabilidad. Herir a quien amas. Fallarle a quien se fia de ti. Saber que no hay marcha atrás, que los gestos, o las palabras, o las acciones, ya han desencadenado huracanes…
Y, sin embargo, descubrir la otra lógica. No la del rencor y la venganza. No la del agravio sin salida. No la del reproche definitivo. Sino la disposición para ayudar a sanar. La de mantener los puentes tendidos. La de amar o ser amado.
Si alguna vez le has fallado a quien quieres sabes de qué te hablo. Entonces comprendes lo que es el dolor por las acciones. Entonces te das cuenta de lo humano que es el arrepentimiento. No sé, hoy en día hay muchas personas que siempre se reafirman en sus seguridades, no se arrepienten de nada, no lamentan nada…
Pero créeme, si alguna vez hieres a quien te importa, por tu propio egoísmo, entonces entenderás lo que es el pecado, y lo que es la necesidad de perdón…si alguna vez experimentas el perdón anhelado. Si alguien que podría cerrarte la puerta la mantiene abierta. Si quien conoce tu fragilidad y tu barro sigue mirándote con aprecio.
Si quien comparte tu historia lo hace más allá de la noche y el día. Si quien podría juzgarte con dureza te mira con misericordia, entonces entenderás un poco más a Dios… y su evangelio.
Jul 3, 2017 | Actualidad
¿Quién podría imaginar el poder de una mujer sencilla, humilde, pequeña? ¿Quién iba a pensar que en sus manos, en su entraña, en su aceptación, estaba el germen de la Vida, así con mayúsculas? ¿Quién hubiera intuido lo que se ponía en marcha con aquel “hágase” de María?
Dios lo quiso. Y se la jugó al proponerle, con libertad, un proyecto inconcebible. ¡Vaya responsabilidad! ¿Sería María consciente de lo que estaba en juego en su “sí”? Desde luego, para ella estaba en juego mucho. Se arriesgaba a ser repudiada, juzgada e incomprendida. Y Dios, en su petición, ni forzaba ni exigía, solo invitaba.
Fue su libertad valiente la que dijo que sí. Y ese compromiso es para nosotros ejemplo y provocación. Porque con nuestra libertad estamos llamados a construir edificios eternos, a escribir páginas imborrables en nuestra pequeña porción de historia. Somos libres para amar, para creer y para construir esperanza. Engendrar al mesías niño. Mostrar, en su sencillez, la grandeza de Dios
Y cuando María se zambulle en la verdad y la lógica de Dios, entonces lo ve todo de una forma diferente. Entonces, con una lucidez nueva, percibe la manera sorprendente de Dios para darle la vuelta a la historia. Ella canta, con su vida, un magnificat.
Y también nosotros, yo, hoy, aquí y ahora, estamos invitados a proclamar un magnificat. A hacer de nuestros gestos un reflejo de la manera en que Dios acaricia el mundo. A contar, con nuestro verbo, que el Verbo, entre nosotros, da respuesta a nuestros miedos y preguntas.
Jun 26, 2017 | Actualidad
Los que, en la vida, tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras, probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas oportunidades.
Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato. Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un café, unas charlas, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente querida.
Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a la obra.
Hay veces en que soy un agonías. Y sospecho que hay que quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos… Tal vez tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa.
Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca. Porque hay mucho bien en torno.
¿En qué cosas tendría que reírme un poco de mí mismo? ¿Qué me ilusiona hoy en día?