¡Un poco de tu tiempo puede cambiarlo todo!: Descúbrelo por ti mismo

¡Un poco de tu tiempo puede cambiarlo todo!: Descúbrelo por ti mismo

El mundo no cambia solo. Las familias no se fortalecen solas. Las vidas de los más frágiles no se protegen si no hay quien dé el paso y empuje. ¡Mira cómo está España! Observa tu entorno.

Ahora, más que nunca, necesitamos personas dispuestas a actuar, a salir de su zona de confort y  echarnos una mano en todas las áreas que ya conoces: Isabel, Mártires, Formación, Foro de Pensamiento y Acción, España en la Historia y un largo etcétera de proyectos que no ven la luz porque nos faltan manos.

¿Por qué?

  • Porque la vida es el mayor regalo que tenemos y cada segundo que dedicamos a protegerla te hace mejor persona.

  • Porque la familia es la célula donde crece todo lo bueno. Si fortalecemos a las familias, fortalecemos el futuro.

  • Porque la sociedad no mejora con discursos vacíos, sino con acciones concretas de personas con ganas de transformar la realidad.

¡Y aquí es donde entras tú!

Estamos buscando voluntarios. Personas dispuestas a dar lo mejor de sí mismas. Personas con pasión y determinación. Personas que no se conforman y que creen que el bien común comienza con pequeños grandes gestos que pueden cambiarlo todo. Personas como tú.

  • ¿Tienes experiencia en diseño gráfico, redes sociales, SEO o WordPress? ¡Perfecto!

  • ¿Se te da bien escribir? ¡Sensacional!
  • ¿Sabes un poco de contabilidad o puedes apoyar con tareas administrativas? ¡Genial!

  • ¿No sabes por dónde empezar pero tienes muchas ganas de ayudar? Eso es lo único imprescindible

Se la chispa que inspire a otros. Pon tu talento y tu tiempo a construir algo verdaderamente duradero: una sociedad más justa, más humana y más consciente del incalculable valor de la vida y la familia que algunos se empeñan en desterrar.

No importa si estás trabajando o en paro, si eres joven o mayor. Enraizados crece gracias al esfuerzo desinteresado de muchos, por eso, nos acomodaremos a tu horario, al tiempo que puedas dedicarnos.

Ser voluntario no es un sacrificio, es un acto de valentía y entrega. Es responder con generosidad para participar en lo que realmente importa. Es descubrir lo mejor de ti, al dar lo mejor de ti.

Hoy tienes la oportunidad de empezar. No dejes que este mensaje quede sin respuesta. Escríbenos, llámanos, di: ¡Aquí estoy, quiero ayudar!

  • Porque cuando tú das el primer paso, otros te siguen.
  • Porque cuando trabajamos juntos, las cosas cambian.
  • Porque el bien común empieza con gestos como el tuyo.

Las familias te necesitan. La sociedad te necesita. España te necesita. Enraizados te necesita. ¡El momento es ahora!

¡Te estamos esperando!


    ¿CÓMO TE GUSTARÍA AYUDAR EN LA ASOCIACIÓN?
    Prensa [Enero 2025]

    Prensa [Enero 2025]

    ¡Hazte socio de Enraizados!: No permitas que los católicos desaparezcan de la vida pública

    ¡Hazte socio de Enraizados!: No permitas que los católicos desaparezcan de la vida pública

    Tal vez tú también quieras que los católicos no desaparezcamos de la vida pública en los próximos 12 meses.

    Estos días vemos cómo intentan tapar la Navidad. Es solo un síntoma, el anuncio de lo que harán durante todo el año 2025, si no reaccionamos. Día a día, mes a mes, el año que va a empezar será otro año de lucha para defender nuestra fe en la vida pública.

    ¡Y no nos harán desaparecer!

    Nosotros, desde Enraizados, haremos todo lo que esté en nuestras manos para mantener y potenciar la presencia de los católicos en nuestra sociedad.

    Puedes hacerte socio de Enraizados haciendo click en los botones siguientes (tarjeta o domiciliación bancaria). Así defenderás la presencia católica en la vida pública.

    Domicilia tu aportación

    Haz clic aquí para acceder al formulario con el que domiciliaremos la cuota directamente a tu banco.

    Haz tu aportación con tarjeta

    Si prefieres domiciliar tu cuota de socio en tu tarjeta de crédito o débito, haz clic aquí.

    En Enraizados ya hemos empezado a planificar cómo será 2025 y cómo haremos posible que los católicos nos hagamos presentes en la vida pública.

    Por ejemplo, con muchas actividades formativas, porque para transmitir la fe es preciso formarse e informarse, tratando de incidir especialmente también en los jóvenes:

    • Curso de Doctrina Social de la Iglesia.

    • Curso de Liderazgo Cristiano.

    • Curso de Historia de España desde una perspectiva cristiana

    • Seminario de Matrimonio, Sexualidad y Familia.

    Además, estaremos pendientes todo el año de cuanto acontece en el ámbito político, educativo, cultural y de los medios de comunicación y la publicidad, para lanzar campañas que denuncien los ataques a nuestra fe, a la jerarquía eclesiástica, a los sacerdotes y religiosos, a los lugares de culto, etc.

    Eso implica vigilancia permanente, monitorizar la vida pública, la política, los medios de comunicación, el ocio y la cultura. Implica una enorme capacidad de reacción inmediata, porque los ataques a la fe católica surgen donde menos los esperas y son contundentes.

    Implica también un equipo con capacidad de lanzar campañas de manera inmediata y permanente, las 24 horas del día, los siete días de la semana.

    Como supondrás, todo eso supone una suma importante de dinero. Los gastos a lo largo de todo el año se multiplican. Y nuestra única fuente de ingresos son las personas que, como tú, comparten creencias y valores.

    ¿Puedes ayudarnos a que todo 2025 sea un año de presencia activa y combativa de la voz católica en la vida pública?

    Las actividades que te indico arriba, previstas para 2025, no son ni mucho menos las únicas.

    Además de las indicadas, también desarrollaremos otras que contribuyan a dotarnos de criterios y argumentos cada vez más sólidos en relación con nuestros principios y valores, con el objetivo de pasar de las ideas a la acción:

    • El Foro de Pensamiento y Acción será un verdadero motor de pensamiento católico activo.

    • Y también el Área de Vida y Familia, para defender, proteger y promover la vida y la familia: una educación para nuestros hijos sin ideologías.

    • Vamos a potenciar la campaña en favor de la beatificación de la Reina Isabel, con mayor profundización en su personalidad y labor histórica, más difusión y activismo: la peregrinación anual, las misas en toda España, etc.

    • Y desarrollaremos nuevas campañas en el marco de los Mártires de España, aquellos que fueron testimonio de la verdadera memoria histórica de nuestro país.

    • Potenciaremos nuestro trabajo editorial con nuevos títulos.

    • Seguiremos trabajando a nivel internacional con nuestros aliados como FAFCE (Federación Europea de Asociaciones Católicas de Familias) y «One of us».

    • ​Trabajaremos para influir en las leyes políticas defendiendo la vida, la libertad de educación, la familia y la solidaridad nacional y mundial.

    En 2025 renovaremos las campañas  en apoyo de las distintas conmemoraciones del calendario litúrgico:

    • La campaña de Semana Santa, con la difusión de nuestro Cuaresmario.

    • La campaña en junio del Sagrado Corazón de Jesús con el envío de pulseras, pegatinas, banderas, etc.

    • La campaña de Navidad, donde estamos ahora, enviando Belenes – pegatinas y promoviendo nuestro concurso de Belenes en redes sociales.

    • Y este año, con especial ilusión, convocaremos un gran acto de afirmación católica. Ya te contaré los detalles.

    Y seguiremos repartiendo estudios y análisis rigurosos sobre todos estos asuntos, y también banderas, pegatinas y pulseras, rosarios, estampas, marcapáginas y medallas de Isabel, etc, todo ello para reforzar las campañas.

    Nos hemos propuesto muchas tareas para desarrollar en 2025. Va a ser un año de mucho y duro trabajo si queremos que la voz de los católicos siga presente en la vida pública de nuestro país.

    Tú también puedes sumarte a este esfuerzo colectivo, porque solo entre todos lo conseguiremos.

    Prensa [Diciembre 2024]

    Prensa [Diciembre 2024]

    Fiesta de los Santos y beatos mártires del siglo XX

    Fiesta de los Santos y beatos mártires del siglo XX

                 

    Como cada año hemos iniciado el mes de noviembre, con  la celebración de la festividad de Todos los Santos, dedicada a esa muchedumbre  inmensa de bienaventurados que han llegado a la patria celestial y no están en  los altares. Ellos nos recuerdan que cada uno de nosotros estamos llamados  a ser santos. 

    La  santidad no  es  una  conquista  humana,  sino  que  es  ante  todo  el  gozo  de  descubrir que somos hijos amados por Dios, es así un don que recibimos: somos  santos porque Dios, que es el Santo, viene a habitar en nosotros. Es Él quien nos  da la santidad y nosotros sólo podemos alcanzarla con la gracia y la ayuda de  Dios. Así, la auténtica alegría del cristiano no es la emoción de un momento o  simple  optimismo  humano,  sino  la  certeza  de  poder  afrontar  cada  situación  bajo la mirada amorosa de Dios, con la valentía y la fuerza que proceden de Él.  Los santos, incluso en medio de muchas tribulaciones, vivieron esta alegría y la  testimoniaron con sus propias vidas hasta el final. 

    La Fiesta de Todos los Santos tuvo sus orígenes en el siglo IV debido al número  incontable de mártires que hubo en la Iglesia. Al término del segundo milenio, la  Iglesia  volvió   a  ser  Iglesia  de  mártires.  Así,  San  Juan  Pablo  II,  con  vistas  a  la  celebración del Gran Jubileo del Año 2000, quiso actualizar los martirologios de  la Iglesia universal, prestando gran atención a la santidad de quienes también en nuestro  tiempo han vivido plenamente la verdad de Cristo. Se comenzó  la  recopilación de los datos de los Testigos de la Fe, los mártires de la persecución  religiosa del siglo XX en todos los países. En España este estudio fue realizado  por Monseñor Cárcel Ortí, quien señaló  que más de 10.000 españoles habían  sido  martirizados  por  defender  su  fe  en  Jesucristo  durante  el  periodo  de la Segunda República y de la Guerra Civil Española. Los resultados específicos fueron: 13  obispos,  7.000  sacerdotes,  religiosos  y  religiosas  y  3.000  seglares.  De estos 2.053  mártires  (12  santos  y  2.041  beatos)  ya  están  en  los  altares  y  al  menos 2.000 más se hallan en proceso de beatificación. 

    Desde el año 2010, cada 6 de noviembre la Iglesia celebra -con rango de  memoria obligatoria- a todos  los santos y beatos mártires del siglo XX en  España. San Pedro Poveda, presbítero diocesano y  fundador de la Institución  Teresiana, institución en la que tuve el privilegio de realizar mis estudios de básica y bachillerato, y San Inocencio de la Inmaculada, religioso pasionista,  encabezan la multitud de santos y beatos, obispos, sacerdotes, consagrados y  laicos,  que  dieron  a  Cristo  el  testimonio  supremo  del  amor,  y  fueron  martirizados en odio a la fe en España, entre 1931 y 1939. 

    Ellos  son  nuestros  contemporáneos,  hombres  y  mujeres  como  nosotros  quienes, llegado el momento de la prueba, dejaron que les fuera arrebatada la  vida por dar  testimonio de su  fe y lo hicieron como Cristo, perdonando. Esto  es luz, esperanza y fortaleza para todos nosotros en el mundo de hoy. 

    Esta conmemoración sirve no solo para honrar a las víctimas, sino también para  inspirar a los  fieles a perseverar en la  fe en medio de las dificultades. En sus  vidas y sacrificios encontramos un ejemplo y recordatorio constante de  la  llamada  a  vivir  la  fe  con  dedicación  y  esperanza,  aun  en momentos  de  extrema dificultad. 

    Para ofrecer un ejemplo concreto de los miles que ofrecieron sus vidas por amor  a Cristo, quisiera hoy recordar de un modo especial a los 51 Beatos Mártires Claretianos de Barbastro. 

    Su martirio aconteció  durante los días 2, 12, 13, 15 y 18 del mes de agosto de  1936. La comunidad claretiana de Barbastro (Huesca) estaba formada  por 60 misioneros: 9 Padres, 12 Hermanos y 39 Estudiantes a punto de recibir la Ordenación. 

    El lunes 20 de julio de 1936 la casa fue asaltada y registrada, infructuosamente,  en busca de armas. Fueron arrestados todos sus miembros. El superior, P. Felipe  de  Jesús  Munárriz,  el  formador  de  los  Estudiantes,  P.  Juan  Díaz,  y  el  administrador,  P.  Leoncio  Pérez,  fueron  llevados  directamente  a  la  cárcel  municipal. Los ancianos y enfermos  fueron  trasladados al asilo o al hospital.  Los  demás  fueron  conducidos  al  colegio  de  los  Escolapios,  en  cuyo  salón  de  actos quedaron encerrados hasta el día de su ejecución. 

    A  lo  largo  de  su  breve  estancia  en  la  cárcel,  los  tres  responsables  de  la  comunidad claretiana fueron verdaderamente ejemplares. Sin ninguna clase de  juicio, simplemente por su condición religiosa, fueron fusilados a la entrada del  cementerio al alba del día 2 de agosto.

    Los  que  permanecieron  encarcelados  en  el  salón  de los  Escolapios,  desde  el  primer  momento  se  prepararon  para  morir.  Durante  los  primeros  días  de  cautiverio pudieron recibir la Comunión clandestinamente. La Eucaristía fue, en  aquellos trágicos momentos, el centro de su vida y el origen de su fortaleza. Con  la oración, el rezo del Oficio y del Rosario fueron preparándose interiormente  para la muerte. Tuvieron de soportar muchas incomodidades físicas y morales.  Fueron  atormentados  con  simulacros  de  fusilamiento.  Les  introdujeron  prostitutas en el salón para provocarles. Varios recibieron distintas ofertas de  liberación. Pero ni uno solo claudicó . 

    El reconocimiento de su heroicidad ante el martirio fue reconocido por todos  desde el primer momento. Fueron beatificados por el Papa Juan Pablo II el 25  de octubre de 1992. 

    Esta es una parte  de la  carta  de  despedida de  estos  mártires a  su Congregación: 

    “Anteayer, día 11 murieron, con la generosidad con que mueren los mártires, 6  de  nuestros  hermanos;  hoy,  día 13 han  alcanzado  la  palma  de  la  victoria  20,  y  mañana, 14, esperamos morir los 21 restantes. ¡Gloria a Dios! ¡Y qué nobles y  heroicos se están portando tus hijos, Congregación querida! 

    Pasamos el día animándonos para el martirio y rezando por nuestros enemigos  y  por  nuestro  querido  Instituto;  cuando  llega  el  momento  de  designar  las  víctimas hay en todos serenidad santa y ansia de oír el nombre para adelantar  y ponernos en las  filas de los elegidos; esperamos el momento con generosa  impaciencia y, cuando ha llegado, hemos visto a unos besar los cordeles con que  los ataban, y a otros dirigir palabras de perdón a la turba armada; cuando van en el camión hacia el cementerio, los oímos gritar ¡Viva Cristo Rey! Responde el  populacho,  rabioso,  ¡Muera!  ¡Muera!,  pero  nada  los  intimida.  ¡Son  tus  hijos,  Congregación  querida,  estos  que  entre  pistolas  y  fusiles  se  atreven  a  gritar  serenos cuando van hacia el cementerio ¡Viva Cristo Rey! Mañana iremos los  restantes y ya tenemos la consigna de aclamar, aunque suenen los disparos, al  Corazón de nuestra Madre, a Cristo Rey, a la Iglesia Católica y a ti, madre común  de todos nosotros. Me dicen mis compañeros que inicie yo los ¡vivas! y que ellos  ya responderán. Yo gritaré con toda la fuerza de mis pulmones, y en nuestros  clamores entusiastas adivina tú, Congregación querida, el amor que te tenemos,  pues  te  llevamos  en  nuestros  recuerdos  hasta  estas  regiones  de  dolor  y  de  muerte.

    Morimos todos contentos, sin que nadie sienta desmayos ni pesares; morimos  todos rogando a Dios que la sangre que caiga de nuestras heridas no sea sangre  vengadora,  sino  sangre  que  entrando  roja  y  viva  por  tus  venas,  estimule  tu  desarrollo y expansión por todo el mundo. ¡Adiós, querida Congregación! Tus  hijos,  Mártires  de  Barbastro,  te  saludan  desde  la  prisión  y  te  ofrecen  sus  dolorosas  angustias  en  holocausto  expiatorio  por  nuestras  deficiencias  y  en  testimonio de nuestro amor fiel, generoso y perpetuo. Los Mártires de mañana,  14,  recuerdan  que mueren en  vísperas de la Asunción;  y ¡qué  recuerdo este!  Morimos por llevar la sotana y morimos precisamente en el mismo día en que  nos la impusieron. 

    Los  Mártires  de  Barbastro,  y,  en  nombre  de  todos,  el  último  y  más  indigno,  Faustino Pérez, C.M.F. 

    ¡Viva  Cristo  Rey!  ¡Viva  el  Corazón  de  María!  ¡Viva  la  Congregación!  Adiós,  querido Instituto. Vamos al cielo a rogar por ti. ¡Adiós, adiós!”

    Recordemos  a  nuestros  mártires  y  roguemos  a  la  Santísima  Trinidad  que, por  su  ejemplo  e  intercesión,  se  nos  conceda  confesar  la  fe  con  fortaleza, de palabra y de obra en las circunstancias de cada día. 

    ¡Nuestra Señora Reina de los mártires, rogad por nosotros!

    Beatriz Silva de Lapuerta 

    Colaboradora de Enraizados

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