La Inquisición en México durante el siglo XVI

La Inquisición en México durante el siglo XVI

La Inquisición en México durante el siglo XVI.

1. Introducción.
2. Instalación del Santo oficio en América.
3. Una Inquisición para América.
4. Conclusión.

Autora: Carolina Campillay

1. Introducción:

El Santo Oficio de México, o más conocida por la Inquisición, fue un tribunal de justicia eclesiástica, encargado de atender los delitos, cometidos contra la fe católica, por la población no india; por lo cual encabezó juicios inquisitoriales, que conllevaron al cumpli­miento de sus sentencias, donde el castigo más extremo era la “rela­jación” o pena de muerte, aunque hay que decir también que era el menos veces impuesto dentro de sus sentencias. Tal procedimiento era aplicado sólo a aquellos reos que habían cometido faltas demostradas asociadas con la herejía, como criptojudíos (convertidos al cristianismo que seguían haciendo sus practicas judaizantes) y protestantismo ( lo que incluía tanto al luteranismo, como al calvinismo y al anglicanismo).

 Auto de Fe presidido por Santo Domingo de Guzmán,óleo de Pedro Berruguete , Museo del Prado

2. Instalación del Santo oficio en América.

La instalación del Santo Oficio en América, durante el reinado de Felipe II, supuso la puesta en marcha de tres tribunales (Lima, México y, posteriormente, Cartagena de Indias) y una decena de comisariatos.

En este marco, operó el traslado de la organización burocrática llevada adelante por la Suprema y los Inquisidores generales en la península.

La persecución de la “herejía” en el espacio americano significó la puesta en vigencia de nuevas formas de control sobre la población: la existencia de nuevas prohibiciones, la obligación de denunciar – bajo pena de excomunión-, la regulación del funcionamiento de los tribunales, el sometimiento al procedimiento secreto, la tortura, y los “autos de fe”.

Control de la paz social por medio de los tribunales.

Pensamos que -el considerar a la Inquisición en términos de instrumento de control social- nos permite realizar nuevos aportes a los estudios realizados por la región de Córdoba del Tucumán.

En este sentido, cobran nuevos relieves explicativos la fuerza y la persistencia temporal de la Inquisición moderna, en razón del carácter religioso de las materias de su competencia.

Porque si en principio, la naturaleza religiosa de su jurisdicción parecía conferir a la Iglesia su condición de agente de control sectorial, se trató sólo de una aparente realidad, ya que, de hecho, la vigilancia de lo religioso en las sociedades tradicionales tenía repercusiones en todas las demás esferas del sistema social.

La religión no es sólo un aspecto, entre los varios constitutivos de la cultura comunitaria, sino el principio estructurante de toda la cultura; toda la organización social de la época estaba “estrechamente vinculada a lo sagrado” y “el poder”, a todos los niveles.

Breve cronología.

En 1521, concretamente el 13 de agosto, se consuma la empresa de descubrimiento y conquista, iniciada en febrero de 1517 por Francisco Hernández de Córdoba, es decir, la caída de Tenochtitlán en manos de las tropas comandadas por Hernán Cortés, con lo cual se daba inicio a tres siglos de dominación española en lo que se denominó la Nueva España, actualmente México, el sur de los Estados Unidos y las Repúblicas centroamericanas.

El primer contingente de frailes misioneros llegaría a tierras novohispanas en 1524, o sea, el grupo de doce franciscanos encabezados por fray Martín de Valencia, denominados los «doce apóstoles», entre los que venía gente que se destacó enormemente en diversos campos de la obra civilizadora que los religiosos llevaron a cabo en aquellas tierras. No obstante ello, desde un principio, es decir, antes de la llegada de Valencia, las tropas españolas venían acompañadas de eclesiásticos, como era natural, los cuales ya, desde 1522, hubieron de ejercer actividades inquisitoriales, puesto que traían poderes para ello, tanto del inquisidor general de España como del obispo de la isla de San Juan y del viceprovincial de los dominicos en las Indias, fray Pedro de Córdoba.

Así sabemos que en 1522 hubo un proceso por amancebamiento, contra un indio de Acolhuacan, y la expedición de dos edictos en 1523, uno contra herejes o criptojudíos y otro contra personas que -de obra o palabra- hicieran cosas que parecieran pecados.

3. Una Inquisición para América.

La introducción de la Inquisición, en el espacio americano, supuso el traslado de la institución a un espacio totalmente diferente al europeo; es por ello que autores como Escandell Bonet, insiste en la existencia de un “modelo americano” de organización y funcionamiento del Santo Oficio. En este sentido, el autor individualiza las siguientes características diferenciales:

  • La cobertura del territorio y organización del propio tribunal, sobre la pauta de la organización eclesial y administrativa del virreinato.
  • La exclusión de los indígenas de la jurisdicción inquisitorial, ya que estaba destinada al control de “cristianos viejos”.
  • El tamaño reducido y el carácter urbano, del contingente de los destinatarios.
  • El control del ingreso de extranjeros portadores de ideas y creencias diferentes a la ortodoxia católica.

En este punto, debemos mencionar que los tribunales locales funcionaron bajo la dependencia – y a la cabeza- del Inquisidor General y el Consejo de la Inquisición,  también conocida como “la Suprema”, con sede en la península.

Autoridades: Inquisidor general y consejeros.

El Inquisidor General, nombrado por el Papa de turno a propuesta del Rey, era la máxima autoridad inquisitorial, en los dominios tanto peninsulares como ultramarinos; mientras que la Suprema estaba integrada por consejeros, que operaban como asesores del Inquisidor general, y le acompañaban en la conducción del Santo Oficio.

Tribunales americanos.

Ahora bien, entre 1569 y 1610, se conformaron los tres tribunales americanos, que estuvieron integrados no sólo por los inquisidores, las máximas autoridades a nivel local, sino también por un plantel de funcionarios, entre los que se hallaban calificadores, fiscales, receptores, escribanos, abogados defensores, tesoreros… entre otros.

Paralelamente, se nombraron gran cantidad de comisarios y familiares, para que ejercieran el control de todo el territorio que se encontraba lejos de la sede cada uno de estos tribunales. La lejanía implicaba decididamente demasiados kilómetros, la vastedad de los territorios comprendidos (ver en el mapa) en la jurisdicción de cada tribunal era inconmensurable.

Tribunal de Lima.

El Tribunal de Lima, por ejemplo, abarcó la extensión del Virreinato, comprendida por las audiencias de Panamá, Santa Fe de Bogotá, Quito, Lima, Charcas y Chile; y catorce obispados: Lima, panamá, Santa Marta, Cartagena, Popayán, Bogotá, Quito, Trujillo, Cuzco, Asunción, La Plata, Santiago, Concepción y Tucumán.

Es decir, el espacio que hoy conforman los estados de Panamá, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Paraguay y Uruguay; casi tres millones de kilómetros, cuando los inquisidores en España tenían por cada tribunal espacios que oscilaban entre 5.000 y 6.000 km2 (en la península había 16 tribunales que actuaban sobre un total de 500.000 km2).

Audiencias del Virreinato de México.

Por su parte, el Virreinato de México contaba con tres audiencias: México, Guadalajara y Guatemala; y diez obispados: México, Tlaxcala, Guadalajara, Michoacán, Chiapas, Yucatán, Guatemala, Nicaragua y Antequera.

Además de inmenso, este territorio era discontinuo: se necesitaban meses para llegar a las Islas Filipinas, a las que muchas veces sólo se accedían una vez al año; sin olvidar la existencia de tierras recortadas por cordilleras, ríos caudalosos, lagunas y pantanos que aislaban ciertos espacios.

Tribunal de Cartagena de Indias.

Según fuentes de Alberro Solange, la Inquisición mexicana no tardó en darse cuenta de lo difícil de su tarea, habida cuenta de lo dilatado del distrito, y cuando se creó el Tribunal de Cartagena de Indias, en 1610, que llegó para aliviar al de Lima, solicitaron el establecimiento de un tribunal en Guatemala, que tuviera jurisdicción sobre una parte de América Central. Pero por razones financieras, el pedido fue denegado.

Palacio de la Inquisición, en Cartagena de Indias.

Estas circunstancias, incidieron, no sólo en la característica netamente urbana, que tiñó a estos tribunales a diferencia de los asentados en tierra europea, sino también en la mayor autonomía de la que gozaron, con respecto a los peninsulares; hecho que Escadell Bonet denomina como una suerte de “privatización” de funciones.

Jurisdicciones.

Ahora bien, el carácter urbano del dispositivo inquisitorial americano, puede explicarse, así mismo, en que los destinatarios de su accionar fueron en principio “cristianos viejos”. De esta manera, comisarios y familiares trabajaron en “pueblos de españoles”, sedes episcopales, ciudades o puertos mercantiles; a diferencia de los comisarios y familiares que operaban en la península, que se radicaban en la campaña, puesto que en las ciudades había tribunales.

Población de destino.

Sin embargo, es imprescindible aclarar que si bien los indígenas no fueron susceptibles de ser perseguidos desde el establecimiento formal de la Inquisición, desde los primeros días de la conquista los obispos – y hasta visitadores- actuaron munidos del título de “inquisidores apostólicos”, en distintos puntos de América y los juzgaron por “herejía”.

Juan de Zumárraga.

Sólo a manera de ejemplo, citamos el caso del franciscano Juan de Zumárraga, obispo de México e Inquisidor apostólico, quien a mediados del siglo XVII, en México, enjuició a 19 indígenas bajo la imputación de brujería.

Pero la Inquisición americana no sólo actuó sobre los “católicos bautizados” y “cristianos viejos”- según comprendía a su jurisdicción- sino que también incluyó entre los esclavos africanos, que habitaban el espacio americano, y sobre quienes ostensiblemente no practicaban la religión católica, como por ejemplo, los protestantes, considerados como extranjeros y generalmente asociados a los piratas.

Suele mencionarse, asimismo, que debido a la magnitud del territorio y el escaso control que efectivamente la Inquisición pudo llevar adelante debido a que gran parte de la población quedó fuera de su jurisdicción, lo que puede ser considerado como una reducida presión inquisitorial, frente a lo actuado por los tribunales peninsulares.

Volumen de autos.

Scandell Bonett lo mide a través del número de juicios incoados por los tribunales locales, comparados con la producción de expedientes judiciales de la época en la península. Sin embargo, pensamos que la cantidad de los autos o expedientes procesados no puede ser la única medida para considerar la existencia de mayor o menor presión inquisitorial. O en todo caso, mirarla desde las particularidades del contexto: en jurisdicciones que estaban fuera del control real de las máximas autoridades inquisitoriales y del Rey, el número de expedientes procesales puede ser significativo.

Volumen de Juicios sumarios.

Más aún, cuando comienzan a trabajarse los archivos de los comisariatos que funcionaban en espacios muy alejados, como el de Córdoba que trabaja bajo la dependencia de Lima: la incoación real de más de 180 sumarias durante el siglo XVIII y principios del XIX, en una ciudad pequeña y de frontera, resulta altamente significativa, sobre todo porque el tribunal se encuentra a miles de kilómetros.

Jurisdicción de los tribunales.

El hecho de que se trataba de tribunales que funcionaban lejos de la metrópoli y bajo las circunstancias ya enunciadas, no era ignorado por los Inquisidores. Todo lo contrario, puesto que elaboraron instrucciones destinadas a regular las actuaciones de los tribunales de México y Perú, con motivo de su creación, ya que se les concedió amplias facultades procesales y sólo debían consultar a la Suprema, las sentencias de muerte, cuya ratificación se reservaba el poderoso órgano colegiado.

Jerarquía entre los tribunales.

En este punto, las Instrucciones de Espinosa, independizaron al tribunal mexicano de la Suprema, aunque lo sujetó a las instancias locales: por ejemplo, cuando surgía una duda sobre la aplicación de tormento o el aceptar una “reconciliación”, el tribunal local podía decidirlo; sin necesidad de acudir a la Suprema.

Recordemos que la instancia local estaba compuesta no sólo por los inquisidores, sino por el ordinario y los consultores, que desempeñaban como jueces de la Audiencia.

Recursos de actuación.

Por su parte, los comisarios, designados desde el tribunal limeño, en su misión de identificar y combatir la “herejía” actuaron munidos, es decir provistos o fortalecidos, del arsenal jurídico mencionado, concentrado en:

  1. Manuales.
  2. Instrucciones para Comisarios.
  3. Edictos de Fe y Anatemas.
  4. Disposiciones específicas que dictaba para un caso en particular, el tribunal.

Va como ejemplo, lo reflejado por la documentación encontrada en la “Sección Inquisición” del Archivo del Arzobispado de Córdoba.

Instrucciones de la Inquisición.

Las Instrucciones para Comisarios fueron dictadas por las autoridades inquisitoriales con el objetivo de asignarles la jurisdicción, competencia y los pasos a seguir en el trámite de las causas que debían llevar lejos del tribunal superior. Podían ser generales y/o especiales.

Entre las primeras podemos citar la Instrucción dictada por la Suprema, en 1569, para todos los comisarios americanos y las competencias eran entregadas a cada uno de ellos cuando las asumían, atendiendo a las características de la jurisdicción, en la que debían ejercer su oficio según los pasos indicados anteriormente.

Edictos publicados.

En cuanto a los edictos de Fe y los Anatemas. Eran verdaderos catálogos en los que se describía con detalle todas las acciones u omisiones perseguidas, y las formas de “cometerlas”; entre ellas se incluían la práctica del judaísmo, del protestantismo, la brujería, etc.

Ejemplar de un edicto en la Nueva España.

Debían ser leídos, cada tercer año, en todas las poblaciones que contaban con un mínimo de trescientos vecinos, durante la Cuaresma. Los inquisidores debían cumplir con este trámite, en la capital y sus alrededores, mientras que los comisarios -debían hacer lo propio- en las  jurisdicciones que se encontraban a su cargo.

Generalmente, tenía lugar en las catedrales – así se hizo en Córdoba-, donde debían asistir de manera obligatoria todas las personas que habitaban el lugar, previo pregón realizado con uno días de anticipación.

Objetivos de los edictos.

La finalidad de esta lectura residía en dar herramientas a los asistentes para identificar la comisión de algunas de estas “herejías” entre conocidos y parientes, para luego denunciarlos ante el comisario.

Ahora bien, aun cuando, en apariencia, estamos frente a un saber letrado, elaborado por y para letrados, puesto que sólo se podía ser funcionario del tribunal quienes lo pudieran acreditar, debemos destacar que entre ellos existieron algunas diferencias originadas por la finalidad que debían cumplir.

Categorías de los escritos.
  • Los manuales, fueron escritos por letrados de alto vuelo intelectual y estaban destinados a otros letrados, que debían cumplir la misión de juzgar o iniciar los procesos, como en el caso de los comisarios. En ellos hallamos un hermetismo técnico típico del discurso legal tradicional, un sin fin de citas, que justifican la autoridad de procedencia de cada norma, pero que también ayudan a ampliar el conocimiento del lector y la típica casuística en la enunciación de las normas.
  • Los edictos, escritos en castellano, eran más descriptivos, el lenguaje perdía tecnicismo, para ilustrar con ejemplos claros, lo que entendían por la existencia de indicios en la comisión de alguna “herejía”, como el “judaizar”.
Destinatarios de los escritos.

Estos contenidos, estaban dirigidos al público que mayoritariamente era analfabeto, o que aun cuando fuese letrado, no poseía el conocimiento de las sutilezas teológicas para juzgar los hechos de los que fuesen acusados.

Lectura pública de edictos.

Su lectura pública, aún como fin instrumental puesto que la mayoría de la población de la época no sabía leer, supuso una oportunidad para la gente tanto de “utilizar los textos como también de familiarizarse directa o indirectamente con los modelos narrativos fijados por la tradición escrita de la élite dominante”.

Asimismo, observamos que en los Manuales se refleja la descripción de los “delitos” al “estilo europeo”, mientras que en Edictos que se dictaban para leer en América, existieron adaptaciones a las “condiciones americanas”. Por ejemplo, en relación a la persecución de las prácticas mágicas locales, que pasaron a ser “heréticas” para los inquisidores.

Denuncias archivadas y catalogadas.

Ahora bien, para saber si realmente cumplían con el efecto perseguido por los inquisidores, si propiciaban las denuncias, debemos acudir a los archivos. Según Francisco de Alberro, tomado como referencia de fuentes de la época, no está en condiciones de responder esa pregunta, o así lo menciona en su obra.

Perfil de los denunciantes.

Sin embargo, para el caso de Córdoba de México, durante el siglo XVIII, estamos en condiciones de afirmar que la mayoría de las denuncias incoadas aparecen en el período de cuaresma, después de la lectura de los mencionados edictos.

Tribunal del Santo Oficio en México.

Y dentro de este grupo, son las mujeres quienes sacuden con mayor asiduidad ante los estrados del comisario, para dar cuenta de tal o cual hecho, individualizando a sus vecinos, amigos y parientes.

Incoación de los procedimientos.

En este sentido, las denuncias jugaron un rol fundamental en el inicio de las causas; y si bien, también los inquisidores o los comisarios podían actuar de oficio- aún a partir de un simple rumor- , la institución trabajó denodadamente para conseguirlas; puesto que obligó a denunciar a todos los bautizados, mayores de 14 años, si eran varones o de 12 años, para las mujeres, independientemente de su estado o posición social, bajo pena de “pecado mortal” y excomunión.

Secreto de sumario.

Utilizando, tanto métodos coercitivos como persuasivos, la Iglesia las convocaba de manera constante desde los púlpitos, y las estimulaba en los confesionarios, llegando a favorecerlas con el secreto procesal, que las liberaba de toda responsabilidad jurídica o moral, (que a su vez los protegía de las posibles represalias de los acusados).

Funciones de los Comisarios.

En este punto, es imprescindible mencionar que los Comisarios – como en el caso del de Córdoba- tenían entre sus labores ineludibles, la recepción de las denuncias, para dar curso a las sumarias y proceder a la detención del o la “hereje”. Quienes en definitiva, debían ser enviados al Tribunal de Lima, para que definiera la situación.

No es casual, por tanto, que en el Archivo del Arzobispado hayamos encontrado gran cantidad de estos documentos.

Denuncias recibidas.

La recepción de la denuncia, constituía un acto solemne, que debía reflejarse en un acta especial, labrada por el escribano que colaboraba con el Comisario, siguiendo las normas del procedimiento inquisitivo, a través del cual se juzgaba a las personas.

Comparecencias.

Ahora bien, una vez que el delator (o delatora) decidía comparecer ante el Comisario, el escribano de turno elaboraba el acta correspondiente, que daba inicio a la sumaria, colocando en primer lugar la data, el momento del día en el que él, o la compareciente, se había presentado, el nombre del Comisario de instrucción, la constancia de que el denunciante lo hacía: “sin ser llamado”, si era hombre o mujer, y al grupo social de pertenencia.

Juramento.

A continuación, se le tomaba juramento y se le obligaba aguardar secreto de cuanto sucediese en esa instancia. Recordemos que el secreto era un componente crucial en el procedimiento inquisitivo, puesto que se entendía que garantizaba las actuaciones del tribunal, lo que en todo procedimiento judicial hoy en día es  llamado secreto de sumario durante la fase de investigación de un procedimiento.

Toma de declaración.

A continuación, el compareciente daba sus datos personales: nombre y apellido, “calidad” (don, doña, grado universitario, esclavo/a perteneciente a… , etc.), estado, lugar de nacimiento, si era vecino de la ciudad, ocupación y edad. Inmediatamente, y previa aclaración de que formulaba los cargos “por descargo de su conciencia”, describía los hechos, mencionaba al presunto culpable- algunas veces añadiendo una somera descripción física-, facilitaba el nombre de quienes habían presenciado los hechos; y en algunos casos hasta formularon apreciaciones personales, sobre el acusado o el suceso en cuestión.

Ratificación los hechos declarados.

Finalmente, ratificaban que los hechos aludidos eran veraces, y previa lectura de la declaración- que realizaba el escribano-, firmaban la declaración, junto al escribano y el comisario de turno. Previamente, habiendo pasado nuevamente por la instancia de reiterar que todo lo actuado se hacía por “descargo de conciencia” y que quedaría en secreto.

En este punto, cabe aclarar que, como se trata de documentos oficiales, entendemos que sus dichos pudieron quedar atrapados dentro de las fórmulas procesales de los escribanos,  quienes les hicieron decir a todos los y las comparecientes, que informaban.

Testigos llamados a declarar.

A partir de entonces, el comisario continuaba la sumaria, llamando a testigos y en algunos casos, procediendo a la detención del o la implicada, que en Córdoba operó en la cárcel capitular.

Interrogación de los testigos.

Los testigos eran interrogados, de manera similar a lo ya referido para quienes comparecieron voluntariamente.

Finalizada la sumaria, se solicitaba la ratificación de todo lo dicho, bajo la atenta mirada de testigos que trabajaban para la Inquisición, para luego disponer su envío a Lima o tribunal de orden superior (junto con el o la detenida, si lo tenían).

Exhortos.

Finalmente, debemos mencionar las múltiples cartas y exhortos recibidos del tribunal de Lima y las que los comisarios enviaron, mediante los cuales se hacían apelaciones de la época a tribunales superiores, con lo que la garantía del procesado estaba presente durante todo el proceso.

4. Conclusión.

A manera de conclusión, diremos que en este trabajo nos hemos concentrado en trabajar un aspecto habitualmente no abordado, a pesar de que siempre se los utiliza como fuentes imprescindibles para realizar las investigaciones.

Pensamos que trabajar desde esta perspectiva, nos acerca, sin lugar a dudas, al pensamiento de quien legisló, de quien codificó, de quienes detentaron el lenguaje para “ordenar” con un fin determinado: “la salvaguarda de la pureza de la verdad”.

A través de su individualización y su rescate, hoy conocemos los instrumentos conceptuales con los que operaban los inquisidores, para poder abordar con mayor riqueza y profundidad lo que aconteció con la Inquisición en América. Como también, que forman parte de un tejido jurídico singular y complejo, en el que aparecen normas y práctica acumuladas y de distintos orígenes.

Los documentos, devenidos en instrumentos necesarios para la prosecución de los fines de este peculiar tribunal, nos devela una Inquisición, discreta, burocrática y hasta silenciosa, a la par de la ostentosa y ceremonialista, que aterrorizaba con el humo de las hogueras, que supo trazar -a través de los papeles- una extensa red. que cubría el territorio de sus dominios, buscando eficacia y eficiencia en la persecución de “herejes” y “herejías”.

Autora :  Carolina Campillay

Bibliografía.
Historia de la Inquisición en España y en América, II: Las estructuras del Santo Oficio.
El Palacio de la Inquisición y las hogueras para herejes
Epílogo
     por Sandra Fernández

Conviene también conocer el porqué y para qué se crearon los Tribunales de la Inquisición e interrelacionar las rutas comerciales en las que intervenían los perseguidos como herejes y piratas, su relación con las rutas de esclavos y la interrelación con financiación del protestantismo, puede verse en la entrada:

Contexto en el que fueron creados los tribunales de la Inquisición en América.

En el anterior artículo, se exponen cuando, donde y cómo se realizaron los tribunales de la inquisición en América, y en qué consistían: conviene además conocer el porqué fueron creados y su origen, para así poder situar los tribunales de la Inquisición tanto en Europa como en América en su contexto histórico.

Por Sandra Fernández González

 

RELIQUIAS Y ANACRONISMOS ECONÓMICOS DESDE EL SIGLO XVI AL SIGLO XXI.

RELIQUIAS Y ANACRONISMOS ECONÓMICOS DESDE EL SIGLO XVI AL SIGLO XXI.

 

Aportaciones de la Iglesia Católica 
a la cultura económica. 

3ª parte. Los anacronismos en el siglo XXI –

– Juan Carlos García García –

Contenido:

Aportaciones de la Iglesia Católica  a la cultura económica desde el siglo XVI. 1

1. Reliquias y anacronismos económicos entre el génesis y el momento presente.

a. Anacronismos y puntualizaciones. 

b. Evolución de la economía y la sociedad.

2. Crecimiento económico y de población. 

a. Principios de la Iglesia.

b. El crecimiento hoy.

c. Sostenibilidad ambiental. 

d. Hambre. 

3. Objetivos ODS.

a. Agua.

b. Salud y medicina para todos. 

Conclusión.

Epílogo.

Introducción.

El tiempo es la clave que da Dios para que vayamos comprendiendo y haciendo cambios con la ciencia. El tiempo es un don del Creador. 

El tiempo es la clave que da Dios para que vayamos comprendiendo y haciendo cambios con la ciencia. El tiempo es un don del Creador y permite situar cada cosa del pasado en su contexto.  

1. Reliquias y anacronismos económicos entre el Génesis y el momento presente.

a. Anacronismos y puntualizaciones. 

«Si no hay democracia, la sociedad no existe«. Es un anacronismo el confundir épocas pasadas con el presente. ¿Qué es el estado? Un absoluto busca el paraíso en la Tierra. Comporta límites y no sólo desde Montesquieu con su división de poderes del estado. Incluso Tocqueville deslumbrado con la realización de la democracia en América, no vio los empates técnicos de este siglo en sus intuiciones geniales.

Papa Benedicto XVI, 03/67 “El Relativismo ¿presupuesto necesario de una democracia?”. [1]

El pensamiento de Benedicto XVI sobre relativismo y fundamentalismo

El anacronismo es un error  “Consistente en confundir épocas o situar algo fuera de su época. Cuando la interpretación temporal no corresponde con la verdad. 

¡¡-El situar a una persona o cosa en un período de tiempo que no se corresponde con el que le es propio o descontextualizar intentando aplicar soluciones de un momento del tiempo en otro si las condiciones ya han cambiado o sin tener todo el conocimiento necesario. 

El primer error actual es pensar que la Iglesia Católica es sólo casa antigua porque se remonta a XXI siglos o más, contando con el Antiguo Testamento. Algunos afirman que la Iglesia no influye en las sociedades y en la persona actuales. Aunque, el que lo afirme lo crea firmemente para llegar a la nada.  

Por otra parte, una reliquia [2] es un vestigio de algo pasado, aunque no se esté pensando únicamente en el respeto a los santos y cosas santas.

Comprobé la tarea que Dios ha encomendado a los hombres para que se ocupen de ella. Todo lo hizo bueno a su tiempo. Dios proporciona a los hombres el sentido del tiempo”2.  

Durante más siglos que la democracia actual, el estado ha estado unido a la iglesia. El estado ha sido confesional y todavía otras religiones distintas a la Iglesia Católica, que lo mantienen.

    Puente Romano y Mezquita-Catedral de Córdoba

¿Qué es la Iglesia? Está relacionada con Dios. Este es Trinitario por Revelación propia en la historia de los hombres del Verbo. Es el Señor del Antiguo Testamento. Jesucristo su Hijo, el Verbo convoca a todos los bautizados [3]

Todos los hombres, por el hecho de ser, son personas libres y responsables [4]. Luego, la verdad no depende del tiempo sino del ser.  Entre los otros sentidos transcendentales también están la belleza y el bien. 

b. Evolución de la economía y la sociedad.

En el aspecto económico hay coherencia entre la persona y sus sociedades. La Iglesia Católica ayuda en esta coherencia y colaboración. Esta sociedad, que es la Iglesia, es más que una institución, porque es un misterio humano y divino. Así, esta Iglesia es indestructible y santa con ojos de la fe.  

La economía en el tiempo de los cartagineses o de los romanos sería un anacronismo, visto desde los problemas y objetivos económicos actuales, como son el crecimiento económico y la sostenibilidad. El hambre, el agua o la salud pueden desenfocarse en la sociedad.   

Desde la torre de Babel, o incluso antes, los hombres se reúnen y hacen planes. Así, para ir a la Luna, se le ocurre tanto a novelistas, poetas, para llegar a ingenieros y políticos como objetivo nacional.  

Las acciones afectan a la persona y a sus sociedades. Actualmente, los objetivos de desarrollo sostenible del milenio (ODS, agenda 2030 o 2050 en sus actualizaciones) implican directrices férreas sobre los gobiernos y las organizaciones sociales. La persona nada entre el azul cielo de la libertad y el azul marino de la responsabilidad.  

c. Agnosticismo.

El agnosticismo [6] actual está emparentado con el ateísmo clásico. Kant lo definiría como una etiqueta atea [7]. El papa Benedicto XVI como contradictorio a sí mismo.  [8]

Observo que el agnosticismo siempre hace violencia a la razón, y cree en un ciego progreso necesario sin retrocesos. Podríamos decir que el agnosticismo crea la verdad y destruye la convivencia social con alguna forma de totalitarismo . El relativismo puede ser peligroso. No es algo limpio. 

En definitiva, plantearse la existencia o no de Dios es meterse con la existencia o no del tiempo y con la inmortalidad del hombre.

En principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios,

y el verbo era Dios

San Juan 1, 1. 
Detalle de las manos en la Capilla Sixtina de la creación por Miguel Ángel

 

2. Crecimiento económico y de población. 

a. Principios de la Iglesia.

 El sobre el crecimiento en la Biblia dice como principio desde su creación encomendando una triple misión: 

 “Dios bendijo al hombre, varón y mujer los creó.

Y les dijo Dios: Sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra y sometedla…” .

Génesis 1, 27 [9]

Familia con hijos trasmitiendo la palabra de Dios en sus escritos

Esta triple misión de crecer llenar y someter inspiró el crecimiento de los cartagineses con la riqueza de las ciudades, el desarrollo para los romanos fue la expansión militar constante. Para Portugal y Castilla su crecimiento fue la ampliación de la cultura católica por toda la tierra descubierta en propiedad.

El crecimiento económico en los Estados Unidos llegó después de la segunda guerra mundial, fue la ampliación de mercados por todo el globo terrestre. Vemos con algunos ejemplos cómo el crecimiento de la economía cambia y evoluciona según los acontecimientos de cada época.

b. El crecimiento hoy.

La primera “Cumbre para la Tierra” [10] de Rio de Janeiro en 1992, concluyó  que el concepto de desarrollo sostenible era un objetivo alcanzable para todas las personas del mundo, independientemente de que fueran a nivel local, nacional, regional o internacional.  Luego que el desarrollo sea sostenible no elude a nadie en conseguirlo.

c. Sostenibilidad ambiental. 

Según consta en las publicaciones de la Universidad Europea  [11] 

“El desarrollo económico, industrial y social que la humanidad ha vivido en los últimos siglos ha dejado una huella negativa en el medio ambiente. Las consecuencias de la sobreexplotación de los recursos, el calentamiento global y el cambio climático ya se están haciendo sentir, por lo que es imprescindible que los estados tomen medidas dirigidas a garantizar la sostenibilidad ambiental” 

Hoy en día se recoge una tendencia de los ODS, sobre los estados mundiales, sin una autoridad común visible. No reconoce, por otra parte, el avance desde el siglo XVI al XXI. Entre estos avances indicaría a grandes líneas: el descubrimiento geográfico de la Tierra, la predicación de la verdadera fe en toda cultura, las herramientas para el trasporte y el trabajo humano, la alimentación para una mayor población a llegar a los más de 8.000.000.000 en 2023.

También, hay grandes sombras: como las guerras, la ignorancia en un siglo de las luces, la rebeldía ante Dios. Y, la reducción de la capa de ozono y la deforestación masiva consecuencia de este rápido del crecimiento demográfico y sus repercusiones, tanto ambientales como de pobreza. 

El papa Francisco ha dedicado la encíclica «Laudato si» [12] a los daños medioambientales mundiales: «En la medida en que todos generamos pequeños daños ecológicos», estamos llamados a reconocer «nuestra contribución –pequeña o grande– a la desfiguración y destrucción de la creación».12 

 d. Hambre. 

Con una población mundial de 8 mil millones, se calcula que en 2016 había 925 millones de hambrientos, que vivían con menos de 1 euro al día. Muchos sacerdotes y misioneros están dedicando su tiempo a combatirla en esos momentos, porque hambre ha habido más allá del tiempo y el espacio.  

“Dijo también Dios: «Ahí os doy cuantas hierbas de semilla hay sobre la faz de la tierra toda, y cuántos árboles producen fruto de simiente, para que todos os sirvan de alimento. También a todos los animales de la tierra y a todas las aves del cielo, y a todos los vivientes que sobre la tierra están y se mueven les doy para comida cuanto de verde la tierra produce» y así fue” .  

La sabiduría de estas palabras ahora está avalada por la ciencia agrícola y las políticas regionales mundiales a falta de la ONU. Dios las crea pero es el ser humano quien tiene que gestionarlas y administrar los bienes de la creación. 

El hambre estaba relacionada primeramente con la producción agrícola. La Tierra es muy variada y no se produce lo mismo en todas partes. Luego los humanos tienen que comerciar internacionalmente para compensar los mercados primarios, que funcionan al revés que el resto de los productos y servicios.  

Esto es, cuando hay una cosecha abundante, no siempre implica mayor beneficio, también puede suponer todo lo contrario; porque a más cantidad, menor precio del producto agrícola. Cada producto tiene su mercado en cualquier sociedad humana, porque el intercambio ya se ha inventado como la rueda para el movimiento.

La eliminación de mercados de intercambio, de bienes y servicios se ha dado desde el siglo XVI, por las guerras y por la voluntad impuesta contra la libertad de la persona. La atenuación del hambre implica la organización de la sociedad y los abastos acumulados y un intercambio de trabajo por bienes, pero si la población sigue creciendo al mismo ritmo, agotará sus propios recursos y emigrará.

Nunca está de más, dar gracias por “el pan nuestro de cada día” y esperar la Mano de Dios con el ciclo de las cosechas y las lluvias.  

 La bendición de los alimentos en la eucaristía.

El anacronismo respecto al hambre está en la interpretación de algunos economistas hacia el futuro. Así, en el siglo XIX se dijo que la ciudad de Chicago desaparecería por el gran número de caballos. Pero, en 1914 casi todos sus ciudadanos tenían el fort_T.  

En 1968 el Club de Roma [13] predijo el hambre por el gran número de hombres. Hoy en 2023, hemos llegado a mil millones más y el problema ya no son sólo los alimentos, buscan mejor calidad de vida y más consumo, es decir más contaminación.  

Los economistas clásicos se equivocaron cuando analizaron la productividad del factor trabajo sólo por más comida, la revolución industrial mejoró la tecnología y permitió que una gran parte de la población que vivía en la miseria alcanzase la clase media y acceso a la educación. Pero no se puede olvidar los nuevos factores que sean una amenaza para su entorno. 

3. Objetivos ODS.

a. Agua. Objetivos 6, 14; 13 y 15.

El agua es lo esencial en el Planeta Azul. Es un milagro del día a día. Es un objetivo la disponibilidad y gestión sostenible de agua potable y su saneamiento para toda la humanidad, porque el ciclo de la renovación del agua no mira fronteras. El agua es una realidad económica y un recurso imprescindible en el mantenimiento de los ecosistemas, la vida submarina. Para algunos de nosotros, recurso más interesante que el espacial. El agua cambia el clima y da vida a los ecosistemas. 

El ciclo del agua  [14] potable viene del 2,5% del agua dulce, del agua que hay en la Tierra13. De ese pequeño porcentaje el 30,0% es subterránea y el 0,3% superficial. El hombre obtiene 600 km3 agua dulce unos 1.600 litros/habitante-día. 30.169 Hm3 en territorio español en 2019, pero a más población más demanda y más baja el nivel freático, menos disponibilidad habrá para la población.

La falta de agua en una zona no es sólo un problema de distribución, no la hay por igual en todos los lugares del planeta. El agua ya no es económicamente un bien libre, su distribución tiene un coste. Ahora, debería de tener un precio para hacer la asignación económica eficaz. También técnicamente, es algo difícil, la tierra en su ciclo del agua tiene una capacidad limitada somos los humanos los que tenemos que adaptarnos. 

Ciclo del carbono y su absorción por la atmósfera

b. Salud y medicina para todos. Objetivo 14 [15]

Otro objetivo político actual es la salud. Esta se relaciona con la solidaridad y la igualdad de oportunidades. La salud es un bien de todos, pero no siempre ha sido así, ha tenido una evolución, en la cual la Iglesia a aportado su colaboración desde sus inicios, antes de ser un objetivo político, según los ODS.

Ha habido hospitales desde Justiniano (Siglo VI), Ordenes hospitalarias de la Iglesia durante las Cruzadas y la edad media. La reina Ysabel de Castilla propició hospitales de campaña y fijos como en Segovia.

En 1670 el rey sol, Luis XIV de Francia, mandó construir “los inválidos hotel” [15] para veteranos militares, con templo incluido, anterior a Napoleón, para atender las necesidades cirujanas en sus guerras a cañón y pólvora.

También en tiempos pasados hubo epidemias que se superaron con nuevos avances. Así, la campaña mundial de la erradicación de la viruela ocurrió en la España de 1804 con la “Real expedición filantrópica” de la vacuna. 

La sanidad ha mejorado y las iniciativas ahora son principalmente de personas o entes, privadas o públicas, pero como todo servicio tiene un coste, es decir requiere de una contraprestación que cada pueblo ha de saber sostener y administrar, el equilibrio está en saber gestionarlo.

Se podría decir que en el año 2000 la salud había alcanzado niveles como nunca antes en su historia. Pero, hemos padecido en 2020 una pandemia desconocida del covid-19 que ha puesto a prueba a todas las instituciones.

Conclusión. 

Las verdades demostradas pueden y deben actualizarse. Los argumentos y motivos estarán vivos en cada generación. El principio de no contradicción está vigente desde Aristóteles, vemos que la pereza intelectual es incompatible con la evolución de la ciencia. El error ha de ser rechazado, sin miedo al entendimiento humano. Si hacer lo correcto prevalece entre nosotros, el hombre puede salvarse. 

 Por otra parte, la aportación de la ONU debería ser cuestionada, porque señala principios altruistas y se echa en falta pragmatismo en asignar las tareas a quien depende de ayudas sin estar dispuesto a hacer cambios, esto empaña la visión de futuro.

En el pasado, personajes como Carlomagno o de Isabel la Católica fueron grandes estadistas que revolucionaron positivamente su tiempo. Hay que recordar de dónde venimos para tener claro a donde vamos.   

Juan García García, 7 de marzo 2023 

Epílogo.  

¿Anacronismos o errores de contemporización?

Como hemos visto en el artículo sobre anacronismos hay palabras sabias atemporales, adaptadas a unos albores de la religión, que no siempre se han sabido interpretar en todo su contexto y que dan lugar a errores de contemporización o interpretaciones del pasado que llegan a nuestros días creyendo que en el pasado se dieron mismas condiciones que en el presente, no se debe juzgar desde las condiciones actuales, hay que respetar en cada momento el conocimiento disponible por cada generación y las decisiones que se tomasen en función de aquella época para entenderlas en su contexto.

Hay formas de expresión de escritos antiguos a aún nos cuesta interpretar, son unas normas básicas de referencia, que pasaron del Verbo, es decir de ser habladas, a ser escritas con sabiduría y una visión de futuro, para ser trasmitidas a las siguientes generaciones. Gracias a esta valiosa trasmisión cultural, hoy son una reliquia que transmite un legado para que cada generación no haya de aprender desde cero, algo que el agnóstico no llega a alcanzar a comprender.

Un divino ejemplo que pone a prueba la inteligencia es la sentencia de Dios al inicio de los tiempos, era una sentencia perfecta y muy avanzada para su época, muy anterior a Malthus; “Creced y multiplicaros, llenad la tierra y sometedla”, cumplida la segunda parte de la sentencia – la tierra ya está llena superpoblada, explotados sus recursos en exceso más de lo que el ciclo natural puede regenerar- entonces no hay necesidad de multiplicarse, es decir, ya está superada la primera misión asignada al hombre en la creación, el crecimiento ha de ser sostenido sin necesidad de una explosión demográfica, el reto es que no todo el planeta ha llegado al mismo nivel de conclusiones al mismo tiempo.

Hemos de estar atentos a las señales que sean puntos de inflexión entre los cambios de época y saber adelantarse con  conocimiento para poder alumbrarse como así dijo Jesús en la parábola de las diez vírgenes, Mateo 25, 1. que hoy merecen una segunda reflexión.

                                                                                                                                      SEO Sandra Fernández González 8 de marzo 2023

[1] Relativismo según Benedicto XVI: https://es.aleteia.org/2014/05/06/el-relativismo-segun-benedicto-xvi/

[2] ] Reliquia: https://educalingo.com/es/dic-es/reliquia

[3] “Dios quiere la Iglesia porque no nos quiere salvar individualmente, sino juntos”; somos responsables unos de otros. CIC, youCat n.122

[4] CIC, youCat n.124.

[5] Papa Benedicto XVI, 03/67 “El Relativismo ¿presupuesto necesario de una democracia?”.

[6] Agnosticismo: https://concepto.de/agnosticismo/  

[7] agnosticismo segun Kant: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1367719

[8] Agnosticismo según Benedicto XVI: https://culturizando.com/cual-es-la-diferencia-entre-ateos-agnosticos-y-escepticos/

El pensamiento de Benedicto XVI sobre relativismo y fundamentalismo

 

[9] Génesis 1, 27 https://arquidiocesisdeibague.org/delegaciones/pastoral-familiar/136-dios-los-creo-varon-y-mujer

[10] Cumbre para la Tierra: https://www.un.org/es/conferences/environment/rio1992

[11] Universidad Europea: https://universidadeuropea.com/blog/que-es-sostenibilidad-ambiental/

[12] «Laudato si» https://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html

[13] Club de Roma https://www.clubensayos.com/Ciencia/Antecedentes-del-Desarrollo-Sustentable-Club-de-Roma-1968/4088798.html

[14] Ciclo del agua https://www.fundacionaquae.org/el-ciclo-del-agua-en-que-consiste/

[15] ODS 14 https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/sdgbookclub-14archive/

[16] Los inválidos, Paris https://www.paris.es/los-invalidos

 

 

 Bibliografía

Comellas, José Luis. 2007. “Historia breve del mundo contemporáneo” 5º edición. En 1776 Adam Smith publica ‘The Wealth of Nation’. 

Papa Francisco. Laudato si’. 2015.    https://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html 

“La puerta de entrada al Pueblo de Dios es el bautismo” CIC, youCat n.125

Sobre Ecología. El cuidado de la casa común. 

Papa Benedicto XVI, Páginas /67 en pdf. “El Relativismo ¿presupuesto necesario de una democracia?”. 

Varios. “Catecismo de la Iglesia Católica” (CIC). Catecismo youCat, temático. Versión digital. 

 

 

HOSPITALES DESDE LA EDAD MEDIA A NUESTROS DÍAS.

HOSPITALES DESDE LA EDAD MEDIA A NUESTROS DÍAS.

   NUEVOS HOSPITALES PARA VIEJAS ENFERMEDADES

–  Hospitales y la Iglesia desde la Edad Media –

José Jara

1. ENFERMEDADES QUE ESTIGMATIZAN: LA LEPRA.

2. HOSPITALES DE LA ÉPOCA CAROLINGIA.

3. HOSPITALES DE LAS ÓRDENES MILITARES HOSPITALARIAS.

4. LA PESTE NEGRA.

 

Breve Introducción.

Releyendo un libro sobre Historia de la Medicina (1), en el capítulo dedicado a La Iglesia y la Medicina en la Edad Media, se pueden encontrar las siguientes aseveraciones:

Cuando Mondino de Luzzi publicó por primera vez el resultado de sus disecciones de cadáveres en 1316, la Iglesia Católica no se opuso”, y también “en contra de lo que se piensa, el gran Vesalio no fue condenado por la inquisición española”.

Siendo esto verdad, presentar la implicación de la Iglesia en ese tono únicamente negativo no es realmente una opción en absoluto neutral, ya que deja muchos aspectos de la labor de la Iglesia ocultos bajo un velo de ignorancia.

Afortunadamente, hoy en día podemos salir de esa ignorancia fácilmente, si realmente queremos saber toda la verdad, como veremos en el presente artículo.

_________________________ & _________________________

1. ENFERMEDADES QUE ESTIGMATIZAN: LA LEPRA.

Desde los remotos tiempos de la civilización sumeria y el imperio babilónico, se tenía asumido que algunas enfermedades por su carácter contagioso podían ser consideradas no sólo como un castigo de los dioses, sino como un signo de “impureza moral” de quien las padecía, ya que no sólo no se curaban con las prácticas de los habituales ritos purificadores, sino que podían afectar al resto de la sociedad.

Por ello, la solución que se había asumido para quien contraía estas enfermedades, de la que la lepra constituía el mayor exponente, era la exclusión social, el aislamiento del enfermo respecto a sus seres queridos, y la separación de su comunidad, de modo que estos enfermos debían ir, proclamando al grito de “¡impuro, impuro!”, su condición de enfermo, para advertir a sus coetáneos que debían apartarse de ellos si no querían correr el riesgo se ser contagiados.

Secuelas de la Peste Negra por la ciencia
Restos óseos con secuelas de la lepra.

De este modo, al sufrimiento corporal causado por las malolientes ulceraciones cutáneas, la progresiva y repugnante deformidad facial y, en los casos avanzados, la lastimosa amputación de los dedos de manos y pies, se unía un gran sufrimiento psicológico, el del rechazo social, lo que hacía de esta enfermedad una situación terriblemente temible.

Actitud de la Iglesia.

Frente a esto, según cuentan los Evangelios, Jesús de Nazaret opuso una actitud radicalmente contraria,  favoreciendo la acogida de estos enfermos y curando a personas concretas, lo que debió de impactar fuertemente a los discípulos que le acompañaban y que fueron testigos directos de estos gestos, tan llenos de compasión y tan rompedores, con lo hasta ese momento asumido como normal.

No es de extrañar, por tanto, que ya desde principios del siglo XII cuando la lepra aparece en Europa como consecuencia de los grandes flujos de población entre Oriente y Occidente que estimulan las Cruzadas, surjan los primeros hospitales específicamente dedicados a cuidar a los enfermos de lepra, fruto de la implicación de monjes de diferentes órdenes religiosas.

Estos entramados hospitalarios, situados en las afueras de las ciudades se denominaron leproserías o lazaretos, y a los leprosos se les llamaba con frecuencia “enfermos de Dios” o “mártires de Cristo”, lo cual, como acertadamente señala Santiago Cantera en su obra «La acción social de la Iglesia en la Historia» (2), parece reflejar cómo la iglesia consiguió ir haciendo superar prejuicios sociales y adoptar actitudes de comprensión y caridad hacia estos enfermos.

 2. HOSPITALES DE LA ÉPOCA CAROLINGIA.

Previamente, ya desde la época carolingia, los monasterios sobresalían por las actividades caritativas que en ellos se llevaban a cabo. Por ejemplo, en las disposiciones monásticas hispano-visigóticas, la regla de San Isidoro determinaba que una tercera parte de los ingresos fuera destinada a los pobres.

Un aspecto singular de la caridad monástica, además del reparto de limosnas o el reparto de comidas, fue el regalo de medicinas a los enfermos pobres, por lo que las boticas -en las que se elaboraban estos medicamentos- solían con frecuencia situarse cerca de la puerta de entrada al monasterio.

Todo esto nos hace ver que, a pesar de los escasos medios con los que contaban y el limitado cuidado que ofrecían, que  actualmente nos puede parecer deficiente, con camas compartidas por dos o más enfermos y una mortalidad de un tercio de los ingresados, sin embargo, se estaba abriendo un camino en el que, de hecho, la asistencia ofrecida llegó a ser de mucha más calidad humana que la recibida posteriormente por los pacientes ingresados en los hospicios de Francia, durante el ya más cercano siglo XVIII, cuestión que merecerá ser tratada en otro artículo.

España visigótica.

Como contraste con lo anteriormente mencionado, en la España visigótica destacó el hospital fundado por el obispo Mausona, de Mérida, (fallecido en 506 d.C.) que estaba perfectamente equipado para su tiempo.

El personal estaba compuesto por médicos y enfermeros, quienes estaban encargados de de recorrer la ciudad y recoger a aquellas personas que necesitaban ser atendidas hospitalariamente, tanto cristianos como judíos.

Existían también normas destinadas a favorecer la buena alimentación y la preparación de los lechos, evitando el contagio de parásitos, así como, se aconsejaba a los médicos que tratasen a los pacientes con un trato personal que mantuviese la mejor calidad humana posible.

3. HOSPITALES DE LAS ÓRDENES MILITARES HOSPITALARIAS.

A pesar de la mala fama, que Walter Scott en su popular novela Ivanhoe, difundió sobre las órdenes de caballería, especialmente de los templarios, la realidad, al ser estudiada y contrastada por historiadores y especialistas en la Edad Media, resulta ser mucho más compleja.

Ciertamente las Cruzadas dieron lugar a un ambiente de fervor religioso que hoy en día nos resulta difícil de imaginar. En ese contexto, surgen las órdenes religiosas y militares hospitalarias, incorporando la novedad de la figura del monje soldado, ya que se veía necesario ofrecer protección a los peregrinos a Tierra Santa, frente a posibles agresiones externas y, a la vez, al objetivar que los peregrinos podían enfermar durante esos largos peregrinajes, aparecía la necesidad de posibilitarles cuidados y atención médica, más tarde sobre el terreno también se vio la necesidad de protegerlos con las armas.

La Fundación de algunas Órdenes de Caballería y su labor en los hospitales.

En ese contexto, la Orden de los Caballeros del Hospital de San Juan de Jerusalén, u Hospitalarios, se fundó en 1099. Así como adicionalmente, la Orden de los Caballeros del Templo de Salomón (Templarios) y la Orden de de San Lázaro, que se fundaron a principios del siglo XII, la de los Caballeros Teutónicos y  la Orden del Santo Espíritu se crearon algo más tarde.

Estas son sólo las más conocidas de una larga serie de Órdenes unidas al desarrollo de las Cruzadas y de evolución posterior muy diversa (3).

Los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén.

Los Hospitalarios fueron víctimas de muchas epidemias, ocasionadas por los cruzados en su camino de vuelta hacia Europa, por tanto crearon hospitales, no sólo en Tierra Santa donde prestaron una importante labor asistencial durante las Cruzadas, siguiendo su labor que continuaron haciendo a vuelta en Europa abriendo nuevos hospitales, ya no de campaña, sino para atender a la población.

Los Caballeros de la Orden de Templo de Salomón.

Los Templarios, surge de una escisión de la Orden de los Hospitalarios de San Lázaro que decide tomar las armas, con el nuevo nombre de la Orden del Tempo de Salomón, cuyo carácter militar se acentuó progresivamente hasta tomar un gran poder, en detrimento de la labor asistencial, fueron finalmente disueltos por motivos de ambiciones económicas y de poder, por el monarca francés Felipe IV, presionando al Romano Pontífice, quien finalmente se prestó a declarar la disolución de la Orden con su correspondiente condena eclesiástica.

Caballeros Hospitalarios y templarios  Caballeros Hospitalarios y Templarios

La Orden Teutónica.

Los Teutones, que comenzó como un hospital de campaña durante el asedio de Acre en la Tercera Cruzada, tuvieron un importante papel en el establecimiento de una asistencia médica regular en tierras germanas, pero finalmente, derivó hacia guerras de conquistas territoriales en lo que se denominaron las Cruzadas Bálticas.

Orden del Santo Espíritu.

Contrariamente a lo anterior, la aprobación papal de la Orden del Santo Espíritu condujo a la creación de nuevos hospitales en casi todas las ciudades europeas. Además de los viajeros y enfermos, estos religiosos atendían a parturientas, niños abandonados y huérfanos y también realizaban atención a domicilio, además de distribuir comidas a los indigentes de las ciudades.

Simultáneamente, se fundaron en Europa otros muchos hospitales de inspiración católica, pero casi nunca eran independientes de las municipalidades en donde estaban ubicados, a pesar de sus antecedentes monásticos, lo que limitaba sus iniciativas y los hacía depender económicamente de los concejos municipales de cada burgo o ciudad de acogida.

Como síntesis de toda esta tesitura de errático desarrollo histórico, se podría afirmar que, pese a las humanas contradicciones internas de algunas de estas Órdenes, la mayor parte de su labor asistencial y de protección a los peregrinos revistió un importante carácter de beneficencia que, previamente, se veía como algo imposible de alcanzar.

Caballeros de Rodas

Templo del Gran Maestre de los Caballeros de Rodas.

Los Caballeros de Malta.

Los Caballeros de Malta, derivados de los antiguos Caballeros de Rodas, siguen vigentes en la actualidad y se dedican de lleno a actividades benéficas, incorporándose parte de ellos a una vida religiosa habitual.

4. LA PESTE NEGRA.

Llegamos así al año 1348, con la aparición por toda Europa de la epidemia llamada “Peste Negra”, debido a la presencia de ganglios que se gangrenaban, originando ese aspecto de coloración negra o parduzca que los hacía tan característicos de esta enfermedad.

A diferencia de epidemias anteriores, ésta se caracterizó desde el primer momento por su alto índice de contagiosidad y su rápida evolución, que llevaba a la muerte a un gran número de casos y que, por tanto, no se beneficiaba de posibles hospitalizaciones, donde el contagio hubiera sido aún más favorecido.

Se ha calculado que, como consecuencia de esta infección, la población europea disminuyó en una tercera parte, decreciendo temporalmente la epidemia, para reaparecer después a diferentes intervalos hasta finales del siglo XVII.

Testimonios y referencias de la época.

Del pánico masivo que se originó nos han quedado abundantes testimonios, siendo uno de ellos el que nos ofrece Boccaccio en su obra El Decamerón:

La situación del pueblo era lastimosa. Enfermaban diariamente miles de personas que morían sin ser atendidas ni socorridas Muchos morían en mitad de la calle, otros en sus casas, sabiéndose que habían muerto por el hedor de sus cadáveres putrefactos. Los cementerios no eran bastantes para enterrar es ingente multitud de cadáveres, siendo preciso cavar centenares de fosas. ¿Cuántos hombres valientes, cuántas hermosas damas almorzaban con sus invitados alegremente para cenar aquella misma noche con sus antepasados en el otro mundo’?” (4).

En la región de la Toscana (Italia), las ciudades más afectadas fueron Florencia, donde fallecieron 3/5 partes de la población, y Siena, en la que se produjeron 80.000 víctimas.

El triunfo de la muerte, oleo de Peter Brueghel.

San Bernardo Tolomei.

Entre los que se atrevieron a atender a estos enfermos destacó San Bernardo Tolomei, fundador de la Congregación de monjes Olivetanos. Durante cuatro meses él y sus religiosos se entregaron de lleno a la tarea de confortar a los apestados, alentar a las familias de éstos y ayudar a los moribundos.

En pocos días murieron 20 monjes  por contagio entre los que se encontró el propio Bernardo Tolomei. Con los que fallecieron posteriormente, se ha contabilizado un total de 80 monjes muertos en este frente de la caridad.

Durante esta época, en la que muchos huían de las ciudades al campo, entre ellos el propio Giovanni Boccaccio, buscando seguridad, estos religiosos prefirieron salir de sus conventos en el campo para meterse en la boca del lobo acudiendo a las ciudades contagiadas mientras afirmaban:

 “Es hermoso morir por amor de Dios  y al servicio de los hermanos” (5)

Lo que es testimonio que demuestra el espíritu de ayuda al prójimo que tenían interiorizado ante la adversidad.

San Luis Gonzaga.

Más adelante, en 1591, San Luis Gonzaga llevado de su caridad para con el prójimo, aceptó atender a las pobres víctimas de la peste que asolaba Roma una vez más en aquella época.

Sin embargo, poco tiempo pasó para que él mismo fuera contagiado, muriendo después de tres meses de intensa fiebre a los 23 años de edad. Este nuevo brote epidémico segó la vida de treinta mil personas.

Los religiosos de distintas órdenes -que corrieron a atenderles- lo hacían en los hospitales, en las casas privadas y en las calles. Veinticinco religiosos jóvenes dieron su vida por ellos en esta ocasión (6).

En nuestros días.

Actualmente, la pandemia del Covid-19 ha vuelto a poner de relieve la necesidad de posibilitar el acceso del pueblo cristiano a los sacramentos -en tan dolorosas situaciones-  y ofertar ayuda, tanto material como afectiva, a los enfermos y familiares de éstos, como se vio especialmente en la labor de los sacerdotes de los hospitales desbordados, sirviendo de conexión entre las familias, en una tarea diaria e incansable, al servicio de cada necesidad, haciendo compañía a pacientes aislados, en el último momento de su vida, supliendo la ausencia de personas queridas, consolando a todos, fortaleciendo a los sanitarios en su agotadora labor, aún sabiendo que el riesgo de contagio que suponía para ellos si no pudiesen burlar las habituales medidas de prevención. (7)

Recordemos el alto número de sanitarios infectados, así como, que también murieron sacerdotes en las primeras olas de la pandemia. Para quien ve los toros únicamente desde la barrera, (utilizando un símil taurino), la implicación de los sacerdotes ha podido ser calificada de “comportamiento adolescente”, etiquetándola como una falta de responsabilidad, pero ¿es de verdad más elogiable esa actitud de aferrarse a la propia seguridad, frente a la actitud de socorrer también espiritualmente a los que lo necesitan, aún corriendo riesgos?

Cada uno debería poder responder en su interior a esta pregunta, que nos lleva a recordar las palabras de Jesús:

“Este es mi precepto: Que os améis los unos a los otros,

nadie tiene un amor mayor que este de dar la vida por sus amigos

  (Juan 15,12-13).

Con este artículo recordamos a todos y cada uno de ellos, tanto a lo largo de la historia como en el momento presente, por su labor y coraje que han aportado a la humanidad y así han de ser recordados para la posteridad.

                                                                                       Autor:  José Jara

REFERENCIAS:

1.- JN Fabián, Ph Bercovici. La increíble Historia de la Medicina. Norma Editorial. Barcelona 2020.

2.- Santiago Cantera. La acción social de la Iglesia en la Historia. Digital Rehaznos. Madrid, 2016.

3.-  AS Lyons, J Petrucelli. Historia de la Medicina. Doyma Libros SA. Barcelona 1994. p 338- 345.

4.- Boccaccio. El Decamerón. (citado en Alberto García Valdés. Historia de la Medicina. Heriwalds Art Studio SL. Madrid, 2010. p 197)

5.- Op cit. Santiago Cantera. La acción social de la Iglesia en la Historia. p 55-57.

6.-  Juan María Laboa. Atlas histórico de la caridad. Edibesa. Madrid, 2014. p 146-152

7- ¿Qué hacen los curas? 11/4/2020 El Confidencial Digital  https://www.elconfidencialdigital.com/blog/jose-apezarena/que-hacen-los-curas/20200410194406142697.html

 

PROMOVIENDO LA DIGNIDAD DE LA MUJER

PROMOVIENDO LA DIGNIDAD DE LA MUJER

La Dignidad de la mujer en la Iglesia.

Introducción:

A continuación veremos la importancia de la Dignidad y promoción de la mujer en la Iglesia Católica.

El papel principal se reserva para la Virgen María -como madre  y esposa- madre que educa a su hijo con su ejemplo en la bondad y la humildad, pero aquí desarrollaremos otra formas menos ponderadas de la dignificación de la mujer en la Iglesia, desde sus inicios, como la labor de las Diaconisas, la promoción de la monogamia en su Evangelización y la fidelidad del matrimonio, como método de dignificar a la mujer y a la familia.

En contraste compara las reformas de Lutero a la visión de San Agustín o Santo Tomás de Aquino o el Islam.

Con este artículo el autor, José Lara, desmitifica las críticas demostrando, con ejemplos, la labor persistente de la Iglesia durante siglos.

– Artículo redactado por José Jara-

Uno de los tópicos sobre la Iglesia, que suelen oírse repetidamente, consiste en afirmar que desde el cristianismo no se ha hecho prácticamente nada positivo por afianzar la dignidad de la mujer frente al varón o, peor aún, que el papel de la Iglesia ha sido frecuentemente de incomprensión hacia la mujer, impidiendo su desarrollo en la sociedad,  con este artículo el autor desmonta estos mitos.

Sin embargo, si bien no encontramos grandes declaraciones magisteriales sobre la mujer de modo específico hasta la carta apostólica Mulieris Dignitatem de Juan Pablo II, la acción directa -que ha ido poniéndose en práctica a lo largo de los veintiún siglos de historia del cristianismo- parece mostrar claramente que en este gran periodo de tiempo constantemente se ha optado por la vía de los hechos, en vez de sólo las simples palabras, teniendo en cuenta también que los cambios de mentalidad no se consiguen siempre de un día para otro.

SUMARIO:

      1. De los gineceos de Grecia al derecho romano.
      2. ¿Quiénes fueron las Diaconisas? aclaraciones.
      3. La vocación de la Mujer y su labor Humanitaria en la enfermería.
      4. Edad Media y tiempos luminosos.
      5. De Lutero a nuestros días.

1.- DE LOS GINECEOS DE GRECIA AL DERECHO ROMANO. 

Como muestra de las ideas preconcebidas que inundan nuestra concepción de la historia y de la sociedad, en una entrevista realizada a una actriz, se le preguntaba cual hubiera sido su época ideal para vivir, a lo que ella respondió que, sin duda, la época de la Grecia clásica. Probablemente, como es bastante habitual, quien respondió no era consciente de que las mujeres en esa época no tenían derechos cívicos plenos.

a) La mujer durante la Antigua Grecia.

Las mujeres de Grecia -en su periodo clásico- no asistían a las grandes fiestas religiosas ni a los teatros y tenían prohibido acudir al gimnasio. Su lugar era el gineceo, una parte de la casa reservada para ellas, donde tejían lana en compañía de sus hijas (que no recibían instrucción hasta que se casaban con el hombre que su padre había elegido).

LAS BODAS EN GRECIA ANTIGÚA - YouTube

Los varones, tal era la costumbre habitual, raramente invitaban a sus esposas a los banquetes organizados, prefiriendo la compañía de esclavas o de otros varones para divertirse.

Respecto a los hijos, el esposo también podía decidir si la mujer debía abortarlo o simplemente abandonarlo después de nacer si no era de su agrado[1].

           Mujeres griegas en el Gineceo.

b) La Mujer durante el Imperio Romano.

Afortunadamente, esta visión tan restrictiva sobre la mujer, no se mantuvo en el desarrollo de la cultura del Imperio Romano, aunque la autoridad del “pater familias” también era indiscutible, pudiendo decidir no sólo el destino de los negocios familiares sino, al igual que en la Grecia clásica, la aceptación o el rechazo de los hijos que, si eran abandonados, solían ser recogidos por personas que aprovechaban estas vidas indefensas para convertirles en esclavos.

Si la mujer quedaba viuda, las decisiones sobre sus bienes materiales pasaban a depender de otro varón de la familia, negándose a la mujer el derecho a decidir sobre los mismos. De hecho, los romanos no sólo aceptaban el divorcio por decisión del varón sino también el simple repudio, sin necesidad de justificación consistente ni acusación probada, como muestra la conocida anécdota de Julio César cuando repudió a su mujer aduciendo únicamente que “la mujer del César no sólo ha de ser honrada, sino también parecerlo”.

c) Primera promoción de la mujer por el cristianismo.

¿Qué aportó el primitivo cristianismo sobre esta arraigada mentalidad de predominio del varón en la poderosa y consolidada sociedad romana? En primer lugar, se debería tener en cuenta que una de las novedades del Evangelio consistía en enseñar la igualdad del hombre y la mujer, la grandeza de la virginidad, en contraste con la legislación romana que prohibía el celibato[2], su aportación a la dignidad e indisolubilidad del matrimonio, en una sociedad que era plenamente divorcista.

Por este motivo, aunque frecuentemente se ha malentendido a San Pablo cuando exhorta:

Mujeres, sean dóciles a su marido, como corresponde a los discípulos del Señor. Maridos, amen a su mujer” (Colosenses, 3).

Esta segunda parte de la frase supone un gran cambio de paradigma, ante la visión instrumentalizadora de la mujer que tenían los varones, circunstancia que se extendía a la prostitución.

Por contraste, el llamado “Himno al amor”, expresado en su carta a los Corintios es de una belleza literaria difícilmente alcanzable y expone un ideal de vida compartida igualmente exigente tanto para el hombre como para la mujer. En él afirma:

Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada. El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido…” (Corintios 1, 13).

d) La Fidelidad y el Matrimonio en el ámbito cristiano.

De hecho, la indisolubilidad y la fidelidad en el matrimonio aparecieron inicialmente como exigencias inauditas, no sólo en el ámbito romano, sino también en la mentalidad judía del tiempo de la predicación de Jesús quien, a pesar de las reticencias que veía que despertaba su mensaje sobre la vida conyugal, no dudó en afianzarlo ante sus dubitativos primeros discípulos:

Cualquiera que repudia a su mujer, y se casa con otra, adultera y quien se casa con una mujer repudiada comete adulterio” (Lucas, 16: 18)”.

Es difícil para nuestra mentalidad actual llegar a comprender el grado de corrupción y de depravación moral en el que estaba sumida la civilización romana desde sus inicios hasta el siglo IV. Conocemos datos sobre los emperadores que, ciertamente, nos dan pinceladas sobre ello.

Los hechos del emperador Cómodo, en cuyo harén había trescientas mujeres y trescientos muchachos[3], la lujuria del joven Heliogábalo, las acciones sin freno de Nerón o del emperador Tiberio o de su sucesor, Calígula, parecen la punta del iceberg de la extendida depravación reinante en la que la mujer frecuentemente quedaba reducida a ser alguien sin la mínima independencia o a ser un objeto sexual.

Es en este contexto donde Minucio Félix[4],  converso del siglo III, podía sin dificultad afirmar:

¡Nos acusáis de falsos incestos, pero vosotros los cometéis verdaderos!

2.- ¿Quiénes fueron las Diaconisas? aclaraciones.

Como contraste, habría que mencionar el reconocimiento de la autonomía de la mujer dentro de la Iglesia, mediante la institucionalización de la figura de diaconisas, para atender viudas y huérfanos, personas excluidas de la comunidad ya en el ámbito judío, y que pronto fueron vistas por la comunidad cristiana como necesitadas de una efectiva ayuda, para dejar de ser marginadas por su ausencia de recursos de supervivencia.

Esta eficaz labor caritativa sobre las mujeres fue encomendada a las diaconisas de las primeras comunidades cristianas, tal como nos han referido diversos textos: 

 «Es cierto que en la Iglesia hay un orden de diaconisas, pero no para ser sacerdotisas, ni para cualquier tipo de trabajo de la administración, sino por el bien de la dignidad del sexo femenino, ya sea en el momento del Bautismo, o de examinar a los enfermos o de sufrimiento, de modo que el cuerpo desnudo de una mujer no debe ser visto por los hombres al administrar los ritos sagrados como el bautismo por inmersión, sino por el diácono. «

(San Epifanio, Panarion, 79:3 (AD 377), en JUR, II: 76.)[5]   

3.- La vocación de la mujer y su labor humanitaria en la enfermería.

Esta función de servicio, y no de búsqueda de poder, ha estado siempre presente en la ingente labor humanitaria desarrollada por las órdenes religiosas femeninas que, a lo largo de la historia, han dado muestras incluso de heroísmo en el ejercicio de la caridad, sin necesidad de reivindicar un sacerdocio femenino, ajeno a la voluntad de Jesús, de la que dan fe los Evangelios.

Diaconisas atendiendo a un enfermo.

La Mujer durante la reforma Luterana.

Respecto a esto último, parece importante reseñar que la Reforma Protestante impulsada por Martín Lutero, al disolver todas las comunidades monásticas, tanto de hombres como de mujeres, hizo un flaco servicio al sexo femenino, pues dejó a las mujeres sin posibilidad de participación en la vida de la Iglesia, excluyéndolas de todo tipo de actividad eclesiástica institucional.

De este modo, los deseos de vivir una vida de oración compartida comunitariamente, o de dedicar sus capacidades a labores de asistencia organizadas institucionalmente mediante el apoyo mutuo, tal como se viven en la Iglesia Católica, se vieron frustradas en su totalidad.

Quizás del sustrato de esa situación haya surgido la idea adoptada por parte de las comunidades protestante y anglicana de recurrir al sacerdocio femenino, para dar cauce al deseo de mujeres de esas confesiones religiosas de vivir una vida consagrada dentro de la estructura eclesiástica, a pesar de que ello ha supuesto romper con lo que marcan las Sagradas Escrituras y la Tradición de la Iglesia refrendada unánimemente por los Santos Padres que han abordado este tema.

4.- EDAD MEDIA Y TIEMPOS LUMINOSOS. 

Aunque ya es un tópico asociar el concepto de Edad Media con unos supuestos “tiempos oscuros” del desarrollo de nuestra civilización, posiblemente nada hay más lejos de la verdad y son abundantes los tratados y textos eruditos  sobre el desarrollo progresivo de la ciencia y las artes, tanto arquitectónicas, con la deslumbrante edificación de catedrales, como de la pintura o la literatura y la poesía expresada a través de cantigas, leyendas o cantares épicos sobre los héroes de ese tiempo, a los que habría que sumar el amor cortés expresado en los ideales de caballería, que configuran sagas heroicas de la época.

Para no extendernos sobre este tema sobre el que hay abundante literatura especializada, merece la pena volver a ahondar sobre lo que supuso la defensa de los valores de la dignidad femenina en esta época y quizás el contraste más aclaratorio sea ver la consideración que las mujeres recibieron a partir del siglo VII con la aparición del Islam.

a) La defensa del matrimonio monógamo dentro de la Iglesia.

Como punto de partida, no se suele ponderar adecuadamente lo que supuso la defensa del matrimonio monógamo e indisoluble en la civilización de inspiración cristiana, frente a la aceptación de la poligamia en el mundo musulmán o de otras culturas a lo largo de los siglos.

 b) La poligamia en otros ámbitos y culturas.

Sin embargo, la poligamia ha sido y sigue siendo un punto de inflexión que ha supuesto una fuente de humillación -para no pocas mujeres- y que tuvo su máxima expresión en la instauración de harenes o serrallos como lugar de confinamiento de las mujeres, para uso y disfrute sexual del varón que regentaba dichos lugares, y para los que se contaba no sólo con la aquiescencia del pueblo, que colaboraba a ello, sino también con la degradante existencia de eunucos- como guardianes- encargados de mantener la reclusión de estas mujeres, esposas o concubinas del dueño del harén.

Según la Enciclopedia Iránica, la práctica de tomar grandes números de esposas o concubinas y mantenerlas en áreas apartadas solo empezó en Irán con las primeras conquistas de los medos.

Por ejemplo, Estrabón en su Geografía escribe que:

«La costumbre entre los medos de que los reyes tengan muchas esposas es más general, se encuentra también entre las tribus de las montañas, pero no se les permite tener menos de cinco. De igual manera, a las mujeres les parece honorable que los esposos tengan tantas esposas como puedan, y consideran que es un infortunio tener menos de cinco.«

(Harenes:  https://es.wikipedia.org/wiki/Har%C3%A9n)

El objeto de estas prácticas era el de tener muchos hijos.

«Es necesario saber contextualizar, en una época en la que la práctica del infanticidio femenino estaba generaliza desde tiempos remotos, la población descendía por falta de fecundidad, para compensar la alta mortalidad, que por diversas causas propias de aquella época, estaba reduciendo la población y llevando a desaparecer algunas tribus. Luego el crecimiento de la natalidad era una necesidad de pura supervivencia, que a falta de una organización estatal entre las tribus del desierto, la religión permitió compensar como la forma de llevar a todos el mismo mensaje, priorizando la natalidad».

c) Las Mujeres durante el Emirato de Córdoba.

Una muestra, del afán de acaparar mujeres para usarlas como objeto de consumo sexual, aún se recuerda hoy en día en la conmemoración anual en León del Tributo de las Cien Doncellas que los habitantes del reino de Asturias y León se vieron obligados a aportar repetidamente al Emirato de Córdoba.

Parece  constatado que en 788, los condes Arias y Oveco se rebelaron contra el rey Mauregato y lo mataron, como venganza de haber otorgado a los moros tal tributo a pesar de lo cual, Abderramán II posteriormente, se atrevió a exigir de nuevo esta humillante sumisión.

Asimismo, en la iglesia románica de Carrión de los Condes se encuentra un antiguo cuadro que representa la liberación del tributo[6].

Como contraste se podrían contar muchas más cosas sobre la situación de la mujer existente en varios países islámicos, que todos conocemos y que consideramos que no están ayudando a la dignificación de la mujer,  dejaremos que el lector haga su propia reflexión.

d) La defensa de los Derechos de la Mujer dentro de la Iglesia.

Medieval Illustration Depicting Christine de Pisan Presenting Manuscript to Isabel of Bavaria

Frente a esto, la civilización cristiana occidental de la Edad Media, supuso un muro de contención, no dejándose contagiar por esa visión tan restrictiva sobre los derechos de la mujer.

Estampa de mujeres en la Edad Media.

 

 

 

«También ante una alta mortalidad, la prioridad de hacer crecer la natalidad preservaba a la mujer de los duros trabajos de la época, priorizando su naturaleza gestante de la siguiente generación, así pudo salvarse de un contexto tras la caída del Imperio Romano de recesión demográfica, recuperándose lentamente el crecimiento de la población con la ayuda del mensaje de monasterios e iglesias y más tarde con la construcción de grandes catedrales en lo que hoy en día son grandes núcleos de población».

e) Testimonios de mujeres en la edad media:

De hecho, durante el amplio periodo de tiempo de la Edad Media hay múltiples testimonios de mujeres, que llevaron a sus esposos o familiares hacia el cristianismo, citándose como algunos ejemplos ilustres a Clotilde, esposa del rey Clodoveo de los francos, Euduvigis de Bohemia o Olga de Kiev, provocando incluso que pueblos enteros aceptasen el cristianismo a través del ejemplo de conversión de sus reyes.

Estas mujeres debieron encontrar en los ideales cristianos una fuente de liberación -no de opresión frente a la visión del paganismo- ya que en caso contrario es poco probable que hubieran actuado de este modo.

Simultáneamente, en esta época vemos que incluso ejércitos organizados fueron capaces de aceptar el liderazgo femenino en el campo de batalla, como ocurrió con Matilde de Inglaterra, Isabel, la loba de Francia, o Margarita de Anjou, sin poder olvidar el caso particular de Juana de Arco.

      • Leonor de Aquitania.

Pero quizás el mayor exponente de mujer respetada y valorada en su tiempo sea el de Leonor de Aquitania quien, no sólo participó en la segunda cruzada sino que fue una hábil diplomática tejiendo conspiraciones y alianzas entre los poderosos de su tiempo y que nos dice mucho sobre la consideración de la mujer en esa época.

f) Cambio de mentalidad sobre la mujer durante la Edad Media.

Asimismo, es significativo comprobar el progresivo, aunque lento, cambio de mentalidad respecto a la capacidad de la mujer para participar en tareas profesionales estimadas por su gran responsabilidad. De modo que, mientras en el siglo IV a.C. la mujer que quería ejercer la medicina, no parecía tener otra opción que disfrazarse de hombre, como fue el caso de Agnódice.

En el siglo XI, vemos que en plena Edad Media en Salerno, cerca de Nápoles, se funda la primera escuela médica laica  a la que ya tenían acceso las mujeres. En ella, las estudiantes de medicina podían acceder a conocimientos médicos amplios, más allá de los relacionados con las tareas de las parturientas. De hecho, una de las figuras más relevantes de esta escuela fue una mujer, Trótula de Salerno, cuyos escritos sobre ginecología fueron referencia durante varios siglos.

g) Promoción de la mujer dentro de la Iglesia.

En el ámbito estrictamente eclesiástico, también es de destacar cómo se fue dotando a las mujeres de una cada vez mayor responsabilidad ya que, si bien en la primera época del monacato los conventos femeninos estaban puestos bajo la custodia y protección de monjes varones, progresivamente esos lazos fueron desapareciendo y se aceptó que religiosas, como la famosa Hildegarda de Bingen, lograran dirigir sus propias comunidades con completa autonomía.

h) Ejemplo del Monasterio de Santa María de la Real de las Huelgas.

El exponente máximo de esta aceptación quizás sea el monasterio de Santa María la Real de las Huelgas, en Burgos, ya que este monasterio cisterciense acumuló tales privilegios, autonomía y poder desde el siglo XII que sus abadesas gobernaban la vida monacal, pero también medio centenar de villas y sus tierras. Gracias a su propio fuero impartían justicia y controlaban impuestos.

En resumen: estaban por encima de la curia episcopal y sólo debían obediencia al Papa. Algo similar respecto al status femenino hubiera sido impensable en otras culturas de esa época.

Sería conveniente hacer referencia a la monja alemana Hroswitha o Roswitha de Gandersheim que vivió en el siglo entre 935 y 1002, quien por un viaje que realizó a Córdoba, durante el califato de Abderramán III, dijo de esta que era el ornamento del mundo.

5.- DE LUTERO A NUESTROS DÍAS.

a) La doctrina de la Iglesia.

Merece también destacarse que la doctrina de la Iglesia respecto al matrimonio ha sido constante, desde San Agustín presentando la unión conyugal como un sacramento por el que el propio acto conyugal, que puede ser considerado incluso meritorio y santificante, según afirma también Santo Tomás de Aquino.

b) El pensamiento del Protestantismo.

Sin embargo, el pensamiento de Martín Lutero al introducir la reforma protestante, que posteriormente degeneró en la ruptura más abrupta de la unidad de la Iglesia, introdujo un planteamiento equivocadamente puritano considerando a la mujer como una mera ocasión de pecado, aunque lo consideraba perdonable debido a la necesidad de procrear.

De hecho, son conocidos algunos de sus textos sobre este tema en los que afirma:

las mujeres evidentemente no pueden servir más que para el matrimonio o para la prostitución” o también “Tan pronto como cualquier hombre sienta en sí la plenitud de los fueros del macho, tome una mujer y no tiente a Dios.

Para eso la doncella tiene su sexo de mujer; para que le suministre al hombre un remedio saludable para evitar el onanismo”.

       Y lo que es menos conocido, con esos postulados llegó también a justificar que la poligamia no es opuesta a la Sagrada Escritura proponiendo al rey Enrique VIII que, dejando aparte problemas de conciencia, mantuviera una relación de bigamia con su legítima esposa y con su concubina, nombrándolas reinas a ambas simultáneamente[7].

Afortunadamente la influencia del pensamiento Luterano -respecto a la consideración de la mujer en el ámbito protestante- no fue aceptada por los reformadores posteriores.

Luther and his Family, Engraving by L Schulz after original Painting by Gustav Adolph Spangenberg.   Lutero con su familia.

c) La emancipación de la mujer hoy en día.

Actualmente, podríamos afirmar que, la emancipación de la mujer y el reconocimiento de sus derechos inherentes a su dignidad, han dado un paso de gigante en el siglo XX, aunque la Iglesia no formó parte activa del movimiento sufragista, que reclamaba el derecho al voto femenino,  sí que podemos decir que las obras asistenciales impulsadas por la Iglesia Católica se han posicionado, incluso de forma muchas veces heroica,  promoviendo el acceso de la mujer en países en vías de desarrollo a la educación y a actividades de formación profesional, que permitan su desarrollo autónomo y su revaloración en la sociedad.

d) La Mujer y la evangelización en África.

Son ejemplo de todo esto las misioneras, que dedican su vida a estas labores fomentando escuelas, hospitales y dando formación a mujeres, sin importar su procedencia étnica o religiosa.

Asimismo, es de destacar la evangelización y la inculturación de tribus africanas, como los temibles barabaig en Tanzania, llevándolos a abandonar la violencia a través de la presencia de religiosas, o el proyecto Harambee, que promueve en Kenia formación específica para mujeres.

e) Atención a la mujer prostituida.

En nuestras sociedades supuestamente civilizadas, una de las actividades más valientes y comprometidas es también la atención directa a las mujeres que han adoptado la prostitución como forma de vida, para las que no se ha ofrecido una alternativa a pesar de que deseen salir de su situación.

f) La Iglesia y la promoción de la dignidad de la mujer a lo largo de su historia.

De nuevo, las personas vinculadas a la Iglesia están ahí, en primera línea luchando por los derechos de la mujer, al igual que en la asistencia a mujeres, con embarazos en situación de vulnerabilidad, o que no desean abortar si se les dan las ayudas necesarias para llevar sus embarazos a término.

Conclusiones.

Como vemos, en todas estas ocasiones las palabras solas no bastan, como reflejaba Cervantes en la cultura de la época; «Obras son amores y no buenas razones«, luego por tanto son las obras, predicando sobre el ejemplo, como se ha actuado durante siglos, hechos que hoy en día son testimonios que nos muestran lo que ha sido el persistente compromiso de la Iglesia con la dignidad de la mujer.

 

[1] Perrudin F, Beaumont E, Allemand S.. Civilizaciones antiguas. Editions Fleurus., 2000. p 38-39.

[2] Hamman, Adalbert. La vida cotidiana de los primeros cristianos. Ed Palabra SA. Madrid, 1985. p 61-67.

[3] Op cit p 63

[4] Op cit p 63

[5] Diaconisas: Citado en https://www.religionenlibertad.com/blog/476988778/mujeres-sacerdotes.html?eti=7192#%23STAT_CONTROL_CODE_3_476988778%23%23

[6] El tributo de las 100 doncellas  http://cosinasdeleon.com/el-tributo-de-las-cien-doncellas/

[7] Ravasi, Javier. Luterándonos. Vida y obra de un fraile alemán. Parresía Ediciones. Madrid, 2017. p 41-43.

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