Abr 10, 2017 | Actualidad
Una palabra cargada de fuerza. De sentido. De evocaciones. Decimos que hay vidas apasionantes, relaciones apasionadas, crímenes pasionales… Pero estos días, desde la fe… hablamos de la Pasión de Jesús. Pasión que es amor y que es padecimiento de quien ama y por ello se enfrenta a cualquier poder injusto. Contemplar la pasión, en cuadros y pasos, en escenas evangélicas cargadas de dramatismo, es asomarse a un misterio que nos desborda
Se ha explicado de muchas formas .¿Por qué fue así? ¿Estaba escrito? ¿Dios quería sangre?
¡No! La sangre la querían los verdugos, los que no querían el Evangelio anunciado por Jesús.
El sufrimiento del justo no nos es tan lejano.
Es la sangre de los inocentes abusados.
Es el dolor de quien se estremece por el mal de otros.
Es el cansancio de quien se esfuerza para intentar construir algo bueno.
Es el vaciamiento de quien va dando la vida, poco a poco, por amor.
Es la duda mordiente de quien da el salto de la fe, cuando callan las certezas.
Es la sensación de fracaso de algunas veces, cuando no acompañan los resultados…
En un mundo de éxito visible, de titulares y rankings, de fotos vistosas; en un mundo de triunfadores y vedetismo; en un mundo de méritos y medallas, de galardones y vitrinas, de diplomas y reconocimientos… ¿Qué sentido puede tener el fracaso, la derrota, el vaciamiento? ¿Qué sentido puede tener el no saber, no llegar, no conseguir cruzar la meta soñada? La lógica de Dios es sorprendente. Habla con una palabra que parece última pero que no es definitiva. Muestra que el amor que habla más alto es el que se da –hasta el extremo. Que la verdad que libera es la que se proclama en defensa de los bienaventurados, sin dejar que venza el miedo o la prudencia. Que la fe que canta es la que es capaz de soportar la incertidumbre. Misteriosa forma de dar vida.
Prantxes Xabier de Echarri y Moltó
Abr 3, 2017 | Actualidad
Nos lo has puesto difícil, Señor. Y, sin embargo, es mejor la dificultad tras tus huellas que una vida anodina. Es mejor buscar, aunque a veces desesperemos, cuando ignoramos el rumbo. Es mejor aprender de Ti que creer que ya lo sabemos todo. Es mejor crecer a tu manera, que conformarnos con vidas raquíticas. Es mejor aprender el verdadero amor, aunque a veces el camino nos vuelva un poco locos
¿Cómo poder decirte que lo eres todo?
¿Cómo hacer de Ti el centro de la vida?
¿Cómo atreverse a abrazar tu evangelio, sin reservas?
¿Cómo construir nuestra casa sobre el suelo firme de tu vida?
Son muchas preguntas, señor. Y, con todo, debe ser posible. Pero no hay que jugar a decirlo, como que fuera lo más fácil del mundo. Más bien hay que decirlo en voz bajita, y tratar de ir haciéndolo real. Hacerte espacio lleva tiempo. Supone vaciar muchos trasteros que tenemos llenos de morralla. Y atreverse a creer en tu vida.
¿Y quién querría una vida cómoda sin ti? ¡Yo no! No quiero vidas blandas, un camino plano o una existencia sin retos… si me faltas tú. Porque lo difícil, en ti, nace del amor. Porque en tu vida, en tu ejemplo, en tu camino, tu verdad y tu vida, hay exigencia, pero sobre todo hay ilusión. Hay renuncias, pero sobre todo hay un horizonte, una pasión y mucho que vivir. Hay cruz, pero una cruz que nace de ver el mundo de una forma y creer que es posible tu evangelio. Así que, Dios difícil, aquí me tienes. Para lo bueno y para lo malo.
Mar 27, 2017 | Actualidad
No podemos luchar todo el tiempo ni en todas las causas. Hay batallas que merecen la pena y otras que no. Hay en la vida algunas historias que claman por rebeldía, y otras que quizás es mejor asumir. También en la fe. Y en el amor. Y en la esperanza. Por eso es necesario que nos des luz para acoger tu llamada, para pelear donde haga falta y no embestir contra muros insalvables.
La palabra conformismo suena mal. Evoca la falta de espíritu para luchar, para oponerse a lo que conviene derribar, para gritar contra el silencio injusto. Y ciertamente, hay que ser un poco inconformistas. Intuir nuevos caminos. Pelear. No hay que caer en una resignación derrotada, convencidos de que “Dios quiere esto” y ya está. Dios no quiere muchas de las cosas que ocurren, y ahí nos toca a nosotros imaginar otros caminos.
Sin embargo, no todo puede ser contestación o rebeldía. Hay cosas que nos toca aceptar, por muchos motivos. A veces te exigiríamos más. Nos preguntamos por qué no has hecho el mundo un poco más plácido. Por qué las vidas tienen tormentas. Por qué la libertad es un arma de doble filo. Por qué el amor a ratos duele. Por qué los pobres, las enfermedades, las muertes prematuras. Por qué los propios demonios que a veces muerden. Y aunque brota, una y otra vez, el deseo de que algo fuera distinto, también hay una sabiduría muy humana en aceptar parte de la vida como es. Aceptar alguna que otra dosis de fracaso. Aceptar la espera. Aceptar el misterio…
Mar 20, 2017 | Actualidad
¿Qué es lo importante en la vida? ¿Buena presencia? ¿Títulos? ¿Prácticas en el extranjero? ¿Referencias? ¿Idiomas? ¿Un máster? ¿Ser joven? Cualquiera que haya tenido que buscar trabajo sabe que eso, al menos en el ámbito laboral, importa. Pero si uno se pregunta qué debería tener el currículum vitae a la hora de la verdad, la respuesta seguramente será distinta.
Si pensamos, no en el trabajo, sino en pasar bien por el mundo y por la historia de los tuyos, entonces en el CV no deberían faltar muchos nombres, alguna lágrima, meteduras de pata garrafales, pero seguramente también aciertos. Historias de amor, real, aterrizado. Preguntas de esas que te quitan el sueño. El magisterio que da el tiempo, que nos ayuda a madurar, a aceptar lo limitado, a reconocer lo frágil, y a reírnos de lo pomposo…
Al fin y al cabo, todos vivimos. Pero es que vivir es mucho más que respirar, caminar, andar de un lado para otro, estudiar, trabajar, tuitear, comer, amar, salir, entrar…
Es decir, todo eso puede hacerse a medias.
O puede hacerse con hondura, con intensidad, aprovechando el tiempo y el propio talento. Huyendo de la inercia y la mediocridad, si esta nos lleva a desperdiciar lo bueno que hay en nosotros y en otros.
Vivamos muchos o pocos años, siempre hay poco tiempo para todo lo que se cuela en nuestro horizonte. Así que, ¡Que no se nos pase la vida sin vivirla!
Prantxes Xabier de Echarri y Moltó
Mar 13, 2017 | Actualidad
Así se construyen los paisajes que poblamos: entre la distancia inevitable, y la presencia en la que, a veces, conseguimos vernos. ¿Te has sentido alguna vez solo?¿Has gozado alguna vez del encuentro con otros? ¿Has disfrutado de una conversación sincera, de esas en las que hay intimidad, reconocimiento y confianza? ¿Has notado, en tu entraña, la mordedura de las ausencias? ¿Has compartido risas, ilusiones y empeños, con la conciencia lúcida de estar viviendo momentos que nadie te podrá robar?
Todo eso es el amor. Y si hay amor en nuestras vidas, entonces todo está a nuestro alcance. Aunque no siempre sea fácil.
¡Gracias por nuestras gentes! Por todos esos nombres que arrebatan, que llenan, que evocan episodios compartidos. Gracias por todas esas figuras que pueblan mi día a día, al menos en tramos del camino.
Y gracias por todos esos momentos de celebración o de rutina, por las conversaciones donde otros se asoman a mi historia y yo me asomo a otras historias. Por las miradas que hablan. Por los esfuerzos compartidos para conseguir algo. Gracias porque están ahí.
Hay una nostalgia mala, que es la de quien se ha quedado atascado en el pasado, y se lamenta. Pero hay otra forma de memoria que puede ser buena, cuando evoca episodios que te hacen fuerte, y te da motivos para luchar, un horizonte hacia el que caminar, y la seguridad de que hay vivencias que nadie te puede arrebatar.
Por eso es tan común, cuando nos juntamos los amigos, recordar sucesos de la infancia, de la escuela, de la juventud… Porque todo eso es real, y es parte del sustento sobre el que se van construyendo las vidas.
Prantxes Xabier de Echarri y Moltó